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02 de mayo de 2024

Michael Caine, en la película El cuarto protocolo, de 1987

Michael Caine, en la película El cuarto protocolo, de 1987GTRES

Historias de película

Los dos trucos de Michael Caine que todo actor de cine debería seguir

Además de sus lecciones en las películas, el actor impartió una clase magistral en la BBC sobre la interpretación

A sus recién cumplidos 90 años, Michael Caine es uno de los actores que, fruto de una carrera admirable, más lecciones magistrales de interpretación nos ha dejado. Más allá de los premios recibidos, como sus dos Oscar (los dos al mejor actor de reparto, por Hannah y sus hermanas y Las normas de la casa de la sidra) y sus seis nominaciones en total, Michael Caine representa uno de los ejemplos más perfectos del oficio de actor. Con él, de hecho, la expresión noble oficio adquiere más sentido que nunca.
Una de sus grandes lecciones como actor la impartió no en una película, sino en un programa especial de la BBC que grabó en 1987. Michael Caine tenía 44 años cuando compartió dos consejos que todo actor debería seguir siempre en las películas. El primero hacía referencia a la mirada.
«Hay actores que al actuar hacen una cosa infinitesimal con los ojos. Cambian de ojo mientras hablan. ¿Ves mis ojos cambiando ahí? Cambio de ojo a ojo. Y parpadeo. Son dos de las peores cosas que puedes hacer. Lo primero, nunca cambies de ojo. Lo que haces es elegir un ojo. Y ese ojo elegido, lo miro con este ojo porque la cámara está ahí. Miro con este ojo al ojo contrario. Si miro con este ojo a ese otro ojo, mira lo que consigues. ¿Ves la diferencia? Siendo la misma mirada, si pestañeo, me debilita», explica Michael Caine.
«La cámara es como alguien que te ama profundamente. Y te amará siempre, a pesar del hecho de que, durante el resto de tu carrera, la ignorarás. No existe. Nunca la miras. No está ahí. Solo mantienes los ojos de la otra persona y escuchas», continuaba. Y ese es, precisamente, el segundo gran consejo de Michael Caine a todo actor de cine.
«Escuchar es realmente de lo que se trata actuar en el cine. No es como el teatro». Y, en ese momento, Michael Caine recuerda la anécdota de Jack Lemmon y George Cukor en La rubia fenómeno (1954), la primera película del actor, que procedía del teatro y de la televisión.
Con su fina ironía y su magnetismo, Michael Caine explica cómo a Jack Lemmon le costó al principio adaptarse al cine y actuaba como si estuviera en el teatro. George Cukor cortaba la escena que estaban filmando entonces y pedía una cosa a Lemmon: «Menos, Jack». Y Jack lo intentaba de nuevo, pero Cukor volvía a gritar ‘¡corten!: «Menos, menos». Y allá que iba otra vez el joven Jack Lemmon hasta que, sin entender por qué el director insistía en que actuara menos cada vez. «Si hago menos, no estaré haciendo nada», se quejó el actor. Y ahí Cukor, por fin, mostró su satisfacción con Jack Lemmon: «¡Ahora lo has entendido!»
Han transcurrido 36 años desde entonces, pero la clase de Michael Caine permanece intacta. La de interpretación que impartió en la BBC, y la suya como actor y como persona.

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