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Sergi López en Sirat, trance en el desierto

Sergi López en Sirat, trance en el desierto

Cine

El Festival de Cannes comienza con dos películas españolas en la carrera por la Palma de Oro

El filme de Carla Simón, Romería, y el cuarto del gallego Oliver Laxe, Sirat. Trance en el desierto, compiten en el certamen

Con veintidós filmes en concurso, entre ellos un inhabitual dúo español con Romería de la catalana Carla Simón y Sirat del gallego Oliver Laxe, y medio centenar desparramados en más de media docena de secciones, oficiales e independientes, se inaugura hoy en el 78º Festival Internacional de Cine de Cannes que este año parece más intencionado a descubrir lo nuevo que a confirmar lo pasado.

En efecto, de estos 22 filmes, siete han sido dirigidos por cineastas jóvenes y/o nunca invitados, cuatro lo son por segunda vez y otros tantos por tercera, mientras un tercio de los seleccionados han sido realizados por mujeres (siete sobre 22).

Otrora reconocido por invitar una y otra vez a directores conocidos (dos casos flagrantes, Carlos Saura y Pedro Almodóvar, para limitarse a nuestra cinematografía), Cannes ha decidido en los últimos años invitar a las nuevas generaciones, sin por ello dejar de apuntar a lo consagrado, como es el caso de Carla Simón, Oso de Oro en Berlín 2022 por Alcarrás, o de la francesa Julia Ducournau que con su segunda película conquistó aquí mismo la Palma de Oro en 2021 por Titane.

Y todo esto sin dejar de invitar con suma frecuencia a viejos amigos como los norteamericanos Wes Anderson y Richard Linklater o los hermanos belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne que este año ambicionan con lograr conquistar una tercera Palma de Oro en Cannes, algo que directores más famosos, como el británico Ken Loach, han dejado de soñar debido a la edad o a impedimentos físicos y mentales.

Romería cuenta la historia de una joven que al quedar huérfana de padre, drogadicto y enfermo de SIDA, busca reencontrarse en Vigo con su familia biológica, descubriendo en cambio secretos inconfesables y Sirat trata sobre un padre que en compañía de su hijo busca dar con el paradero de su hermana y su hija, perdidas en el Magreb.

Laxe, 42 años, debuta en el concurso después de haber pasado por todas las etapas posibles de Cannes (la informativa Una cierta mirada en 2019 con Lo que arde, Semana de la Crítica en 2016 con Mimosas y Quincena de Realizadores en 2010 con Todos vós sodes capitáns.

Y pasemos al pelotón de los veteranos que a veces visitan la Croisette sin saltarse un año (o al máximo dos). Tal es el caso del norteamericano Wes Anderson, cuya última aparición fue en 2023 con Asteroid City y que hoy presenta The Phoenician Scheme, con Benicio del Toro en el papel de un magnate que decide designar como heredera a su hija monja mientras en su alrededor se desata una batalla legal por la posesión de la empresa.

Le sigue el también norteamericano Richard Linklater que a sus 64 años y su 27o. largometraje decide rendir homenaje a la Nueva Ola del Cine francés, rodando en este idioma Nouvelle vague que rememora el mítico rodaje de A bout de souffle (Sin aliento) de Jean-Luc Godard con Jean Seberg y Jean-Paul Belmondo, con el que no solo se renovó el cine francés sino también el occidental, cambiando para siempre las reglas estilísticas y económico-industriales del séptimo arte.

Los Dardennes buscan desde 2005 recibir su tercera palma de oro (después de L’enfant de ese año y Rosetta de 1999) que la decena de obras sucesivas (la última en 2022 con Tori et Lokita) no han sabido merecer y que esperan conseguir con Jeunes mères, historia de cinco madres jóvenes solteras que tratan de crear un futuro mejor para sus hijos.

Otros «abonados» del festival son el italiano Mario Martone, dos veces en concurso en 1995 con L’amore molesto y en 2022 con Nostalgia, y que en Fuori recuerda a una escritora legendaria de su país, Goliarda Sapienza, y su paso por la cárcel donde descubrió un mundo de marginadas que le serviría para su obra literaria, el brasileño Kleber Mendonça Filho (por tercera vez en Cannes) con O agente secreto

sobre un colaborador de la última dictadura militar que trata de rehacerse una nueva vida en Recife y el noruego Joachim Trier que en Sentimental Value discurre sobre dos hermanas que tras la muerte de la madre deben reconciliarse con el padre, un director de cine que le ofrece el papel principal de su nueva película a una de sus hijas.

También son habituales invitados el bielorruso Serguiei Loznitsa con Dos fiscales y su historia de un fiscal integérrimo que investiga casos de corrupción durante las purgas stalinianas poco antes de la segunda guerra mundial, el iraní Jafar Panahi que sigue desobedeciendo la prohibición conminada por el régimen de filmar y dar entrevistas por 20 años, con la coproducción franco-luxemburguesa It was just an Accident, anunciada como un policial misterioso cuyo argumento es top secret, y el alemán con pasaporte francés Dominik Moll con Dossier 137

en el que la investigadora Lea Drucker trata de encontrar al culpable de una agresión sindical en perjuicio de un joven manifestante.

Un joven cineasta norteamericano de 28 años, Ari Aster, autor ya de cuatro largometrajes, debuta en Cannes con Eddington, mezcla de western y policial contemporáneo sobre una pareja, interpretada por Joaquin Phoenix y Emma Stone, que durante la pandemia del Covid debe pasar la noche en una ciudad de provincia habitada por presencias misteriosas.

En cambio, el japonés Chie Hayakawa con sus 48 años ha dirigido solo dos filmes, el último de los cuales, Renoir, trata del poder curativo de la imaginación mientras el chino Bi Gan en Resurrection afronta un futuro 2068 donde una mujer cuenta ocho episodios de su vida a un androide muerto y la alemana Mascha Schilinski mezcla tiempos y épocas en In die Sonne schauen, ambientado en una remota granja que esconde generaciones de secretos.

El director egipcio Tarik Saleh revela en su sexto filme, Eagles of the Republic, la historia de un astro del cine egipcio caído en desgracia que debe aceptar trabajar en una película de propaganda del régimen, la iraní Said Rustayi describe en Madre e hijo un drama familiar de perdón y venganza y la norteamericana Kelly Reichardt asegura en The Mastermind que más difícil que robar cuadros de un museo es ocultarlos para que nadie más se entere.

Las últimas dos directoras del concurso son la británica Lynne Ramsay, a su quinto largometraje con Die, My Love sobre una madre que sufre de una depresión post parto que degenera en psicosis, y la francesa Hafsia Herzi que en La petite dernière afronta un verdadero tabú para la religión musulmana, la de la homosexualidad femenina, describiendo el drama de una adolescente que debe luchar entre sus sentimientos sexuales y el amor de la entrañable familia franco-argelina que ni siquiera sospecha sus tendencias eróticas.

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