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David Broncano, presentador de La Revuelta

David Broncano, presentador de La RevueltaRTVE

Televisión

El humor de David Broncano ni existe ni interesa

Aunque adolece de gracia, chispa y humor inteligente, huele a rancio, cutre y repetitivo

David Broncano se apaga aceleradamente en La Revuelta, programa de la 1 de TVE. Ya no es competencia de El Hormiguero de Pablo Motos. Y su último dato 9,8 % share, por debajo de los dos dígitos y a punto de perder el millón de espectadores, marca una tendencia poco esperanzadora.

El plató del teatro donde se graba La Revuelta, suelta un tufo de rancio, cutre, repetitivo, con un presentador Broncano que adolece de gracia, de chispa, de humor inteligente, algo que camuflan sus compañeros con chispazos de humor guionizado: Bezos, maestro de ceremonias durante el previo en el teatro; Grison, que suelta las gracietas pero siempre aterrizando en temas que hay que «anular» por groseros o prohibidos, y Jorge Ponce, que se dedica a justificar la contratación del programa apoyando al Gobierno o Pedro Sánchez.

David Broncano presenta todos los días de la misma forma, preguntando al público si alguien le ha insultado y el resto de los minutos, ladeado, mirando a Grison y Ricardo Castella. Las intervenciones del presentador ofrecen un humor sin gracia, simplón, repetitivo, basado en la improvisación que no es precisamente una de sus facetas más potentes. Cuando ha querido ser ácido se ha metido en problemas, el último intentando hacer humor con el estado de salud de la ganadora de Eurovisión, Melody.

La psicóloga Pilar Guerra lo analiza así: «A través de la excusa de poder decir algo desde el sentido del humor, uno puede darse permiso para machacar o agredir a la persona que tiene delante. Bajo la excusa del sentido del humor, puede haber muchísima manipulación, cayendo en el maltrato psicológico subliminal». El propio Broncano hablando de la comedia en una entrevista decía: «No se puede pensar antes de crear un chiste que el requisito sea que no ofenda a nadie, porque eso es, por definición, imposible».

Desde su personaje Christian To Loko en Callejeros Barriobajeros, año 2009, hasta hoy en La Revuelta de TVE, la progresión en el humor de David Broncano ha sido escasa. Sus seguidores en las redes desde La Resistencia, creen que ha perdido frescura: «No es gracioso, no sabe entrevistar ni hacer de host y empieza a oler a rancio». «Es bastante cutre», referencias que perduran en el tiempo. Eso sí, se esfuerza, pero su sentido del humor es para muy pocos. Broncano, sonríe, se pasea por el plató, hace dos gestos para imitar a los invitados, son tan reiterativas sus preguntas a los invitados que ya no hacen gracia… a veces, molestan. Ser gracioso no es lo mismo que hacerse el gracioso.

Jorge Ponce, a la izquierda, y David Broncano, en un programa de La Revuelta

Jorge Ponce, a la izquierda, y David Broncano, en un programa de La RevueltaTVE

TVE, además de los arietes políticos que ha sembrado por toda la programación, con La Revuelta ha camuflado los mensajes políticos en prime time con un presentador Broncano, que sirve para mover la orquesta que se encarga de cumplir el contrato que la Moncloa les puso sobre la mesa. 28 millones en dos años. Así justifica una televisión pública mantener a La Revuelta, con Broncano de risas. El humor de Broncano ni existe ni interesa.

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