Los peores remakes de la historia del cine

En el difuso terreno que separa la secuela del remake llega el momento de elaborar una lista con los peores regresos de viejos títulos. En ningún caso aquí estarán todos los que deberían, y el puesto en la lista no se debe a ningún criterio ordenador

Psycho (Psicosis) (1998)

Como en la mayoría de los casos que ocupan esta lista, más el afán recaudatorio que ninguna otra razón llevó a la realización de esta película, que no debe confundirse con la segunda parte estrenada en 1983. En cualquier caso, Gus Van Sant pretendió ponerse a la altura de Alfred Hitchcock, aunque aún no queda claro si pretendió o no hacer una parodia.

El planeta de los simios (2001)

El final de la original, de 1968, sigue siendo uno de los momento culminantes de la cinematografía distópica. Tim Burton realizó esta nueva cinta, en la que se utilizaron los más avanzados efectos especiales para recrear un mundo y unos simios más realistas –se supone-. Sin embargo, los fuegos de artificio no suplieron la carga dramática del filme que en su día protagonizara Charlton Heston. Y, asombrosamente, los primates digitales palidecen antes los de los 60, cuyo maquillaje supuso un Oscar honorífico para John Chambers.

Esta nueva entrega, eso sí, ha sido la primera de un sinfín de secuelas que aún siguen llegando a las pantallas.

Blancanieves (2025)

Remake en eso que se denomina live action que no solo recuperó la trama del primer largometraje de Disney, sino que lo adaptó a los nuevos tiempos, incluidas las directrices de lo políticamente correcto. Precisamente, ese intento, junto a la inclusión de la israelí Gal Gadot como la madrastra, la han convertido en una de las películas más polémicas de la historia. A pesar de haber recaudado más de 200 millones de dólares, no ha cubierto costes, lo que dice mucho del exorbitante presupuesto con el que contó.

The Women (2008)

Escrita y dirigida por Diane English, pasó sin pena ni gloria por las pantallas y los premios. Recuperó el argumento de Mujeres, película dirigida en 1939 por George Cukor. La nueva versión estuvo protagonizada por, entre otras, Meg Ryan y Annette Benning, pero se quedó muy lejos del original, un filme que demuestra que antaño había producciones tan valientes como actuales. La gran virtud de la nueva versión es que quizás descubrió el cine clásico a muchos espectadores jóvenes.

The Mummy (2017)

Con esta película se intentó relanzar el universo de monstruos de la Universal, valga la redundancia. Sin embargo, con mucho de acción y un terror tan ingenuo que rayaba en la comedia bufa, la película protagonizada por Tom Cruise fue un fracaso mayúsculo, y no sé si un parón definitivo en este intento de volver al pasado glorioso del cine de terror. Infinitamente más recomendable La momia (1932) «encarnada» en Boris Karloff.

Nosferatu (2024)

En las listas de peores remakes aparecen un montón de películas de terror que escapan a las capacidades de este redactor. Sin embargo, sí que acudió a ver esta recuperación de la famosa película homónima de 1922. La nueva, dirigida por Robert Eggers, para muchos fue un gran acierto, mientras que para otros nos resultó un fiasco. Con una trama en la que todo el protagonismo recae en una joven hiperestimulada que parece encaminada a cumplir con su trágico destino, el monstruo quedó convertido en alguien digno de lástima. Una muestra clara de cómo los nuevos tiempos desvirtúan el viejo concepto de lo sublime, es decir, de la belleza que subyace en el miedo a la muerte.

La pantera rosa (2006)

Que Steve Martin se vistiera del inspector Clouseau, de Peter Sellers, lo dice prácticamente todo de esta fallida película de Shawn Levy, que queda a años luz de las películas dirigidas por Blake Edwards en los años 60 –especialmente recomendables las dos primeras-. La nueva versión permitió observar la evolución (?) experimentada por el humor en medio siglo de cine.

Adivina quién (2005)

Nuevo intento a principios del siglo XXI de rescatar un clásico de los años 60, Adivina quién viene esta noche (1967). Tanto los protagonistas –muy superiores Katharine Hepburn, Spencer Tracy y Sidney Poitier a Ashton Kutcher y Bernie Mac-, como el sentido de la comedia y la capacidad crítica y reflexiva muestran la superioridad de la original, que dirigió Stanley Kramer. La nueva versión fracasó por no saberse tomar el humor en serio, aunque lo que más llama la atención es que en los años 60 hubiese más valor para abordar determinadas polémicas.

Ultimátum a la Tierra (2008)

De nuevo la implementación de unos complejos efectos especiales y la incorporación de estrellas como Keanu Reeves o Jennifer Connelly no consiguieron que la nueva entrega superara al original, un clásico de la ciencia ficción de 1951, que en su día se concibió como una película que apostaba por el entendimiento entre naciones en plena Guerra Fría. La tecnología por sí misma poco consigue aportar.

King Kong (1976)

En mi opinión, podría añadirse el filme de Peter Jackson de 2005. Por muchos efectos y mucho naturalismo que se hayan implementado, la película de 1933 sigue siendo muy superior a la hora de presentar personajes, trama y la relación entre la chica y el gorila. En cualquier caso, por la versión de los 70, como sucede con muchas películas de la época, se nota el paso del tiempo. Como curiosidad, se debe recordar que en esa versión el primate escalaba las desaparecidas Torres Gemelas.

Charlie y la fábrica de chocolate (2005)

Incluir en esta lista la versión de Tim Burton y Johnny Depp decepcionará a muchos, sobre todo a los que encantó esta adaptación de la famosa novela del inglés de ascendencia noruega Roald Dahl. Sin embargo, a otros les pareció muy inferior a la primera, Un mundo de fantasía, estrenada en 1971 con el protagonismo de Gene Wilder. La nueva, muy en la línea del director, quizás se centre más en lo visual que en el fondo que hay detrás del argumento.

Furia de titanes (2010)

Adaptación moderna del clásico de 1981, aquel rodado con stop motion –bajo la supervisión de Ray Harryhausen- y otros recursos cutres muy de la época. La nueva, con un elenco estelar y muchísimos efectos digitales, se dejó fuera del guion el desarrollo de personajes y la buena construcción de una trama mínimamente coherente. A pesar de ser un filme más que mediocre, fue un éxito de taquilla en todo el mundo.

La máquina del tiempo (2002)

De nuevo se pensó que con efectos especiales se podría mejorar el clásico de 1960, protagonizado por Rod Taylor, un clásico de la ciencia ficción que mostraba claramente la crítica subyacente en la novela distópica de H.G. Wells. La nueva versión fracasó también en eso, y se dejó fuera gran parte de lo realmente importante.

Point of No Return (La asesina) (1993)

Valga este remake como ejemplo de versiones de Hollywood que lejos de mejorar, fueron claramente inferiores al original de otro cine. Aquí, el filme de John Banham y protagonizado por Bridget Fonda quedó lejísimos de Nikita, dirigida por Luc Besson y estrenada solo tres años antes. Es más, el nombre ha trascendido como ejemplo de asesina a sueldo y se ha llevado a la televisión en dos versiones. Clara muestra del empoderamiento de la mujer en el cine.

Viernes 13 (2009)

Se han hecho tantas películas de la saga –como ocurre con Pesadilla en Elm Street, Halloween, Saw, etc.- que no se sabe dónde termina la secuela y comienza el remake. En cualquier caso, de nuevo los muchos medios no consiguieron que esta versión mejorara el resultado de la original, de 1980, un clásico del cine gore de asesino «inasesinable».

Poseidón (2006)

La aventura del Poseidón (1972) fue una típica película de desastres de la época, en la que se acumulaban nombres de estrellas como maniobra de marketing. Tres décadas más tarde Wolfgang Petersen rescató la historia del barco al que da la vuelta una ola. Mejores efectos, sobre todo los del accidente, pero de nuevo una menos sólida construcción de personajes e, incluso, de recursos narrativos que permitan la salvación.

Conan, el Bárbaro (2011)

Por alguna razón alguien pensó que sería una buena idea recuperar la vieja película que lanzó a la fama a Arnold Schwarzenegger en 1982. No lo fue.

Sabrina (y sus amores) (2005)

Aunque la dirigió Sydney Pollack y la protagonizó Harrison Ford, quedó muy lejos del original, la deliciosa historia de una cenicienta moderna protagonizada por Audrey Hepburn y Humphrey Bogart. A la nueva le faltó, sobre todo, el guion y la dirección de Billy Wilder, que consiguió superar incluso el error de casting del protagonista –nadie en su sano juicio se creería que alguien eligiese a Bogart antes que a William Holden, como también es imposible creerse a Harrison Ford como el hermano menos atractivo-.

Total Recall (2012)

La nueva versión del siglo XXI parece ser más fiel al relato original de Philip K. Dick. Sin embargo, tanto el protagonista, Colin Farrell, como la construcción de la trama quedan muy lejos del Desafío total (1990) de Paul Verhoeven. Reveladoramente, la primera versión era mucho más valiente en su carga crítica, por mucho que se quiera ver de otra manera, teñida de esa mala leche que caracterizó a las pelis de ciencia ficción del director holandés.