Fotograma de la película 'Tierra sin pan' de Luis Buñuel
Las exageraciones del documental 'Las Hurdes. Tierra sin pan' de Luis Buñuel
En el centenario de Buñuel, los alcaldes de tres pueblos de la comarca se opusieron a rendirle un homenaje por la imagen que el cineasta había mostrado de sus habitantes
La visita de los reyes de España a Las Hurdes ha vuelto a traer a la memoria el documental que el surrealista Luis Buñuel grabó sobre la pobreza de la zona.
Las Hurdes que los reyes se han encontrado cien años después del viaje que realizó Alfonso XIII a estas tierras ya no son las mismas, ni están determinadas por la miseria y la carencia de los servicios más básicos. Sin embargo, esta parte de España es especialmente recordada por aquél documental que el director de Calanda grabó, generando una gran polémica en su estreno y estigmatizando a esta tierra sin pan hasta nuestro días en el imaginario de los españoles.
Luis Buñuel se presentó en la entrada de Las Hurdes, financiado con el premio de la lotería que su amigo Ramón Acín había ganado, para grabar las imágenes de miseria, enfermedad y atavismo atrasado que luego pasaron a la historia del cine.
Acomodar la realidad al relato
El director aragonés, excitado por la lectura del relato que Maurice Legendre, había hecho de su viaje por Las Hurdes junto a Miguel de Unamuno y Gregorio Marañón, cambió una y otra vez la realidad, sin duda durísima, para acomodarla a su concepción cinematográfica.
El cineasta rodó aquello que quería ver. Para dar una imagen salvaje de sus habitantes y su naturaleza, mató animales, degolló una gallina para los planos de una fiesta, disparó contra las cabras de los riscos para que se despeñaran, o ató a un burro y colocó debajo una colmena de abejas para dar rienda suelta a su tremendismo surrealista. Además, pagó a una familia para que escenificara el viaje funerario con una niña dormida.
El bisnieto repite el viaje centenario
La transformación de Las Hurdes desde Alfonso XIII a Felipe VI
Prohibida por la República
Cuando se estrenó Tierra sin pan en las salas, el escándalo fue mayúsculo. Todos los asistentes a aquella aventura clamaron contra la exageración buñuelística y su licencia historiográfica. El Gobierno de la República terminó por vetar la cinta por la lúgubre imagen que el cineasta había dado de la comarca. Con motivos de la efeméride del centenario de Luis Buñuel en el año 2000, los alcaldes de varios pueblos de la zona se opusieron a hacer honores al cineasta, ya que éste habría mostrado a los hurdanos como «seres extraños, amorales, sin sentimientos ni dignidad», causando un daño irreparable a la zona, además de acusarle de inventarse la práctica del incesto entre las familias de los pueblos.
