El sonido de las campanas ha acompañado a nuestros pueblos y ciudades desde hace cientos de años: un método de comunicación universal que se ha utilizado a lo largo de los siglos. El pasado miércoles, el Comité del Patrimonio de la Unesco, reunido en Rabat, incluyó en su lista de Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad el toque manual de campana español.
«Representa ese gran legado histórico que es el toque manual de campana, que han sabido mantenerlo en el tiempo, trasladarlo a los jóvenes. Es un ejemplo de memoria, de historia, de tradición y comunicación», señaló el embajador español en Marruecos, José Manuel Rodríguez Uribe, sobre esta tradición. El diplomático estaba presente en la ceremonia junto a varios campaneros de distintas localidades españolas. La asociación Hispania Nostra –organismo que se encarga de la protección del patrimonio español– también participó en el acto, y aprovechó para recordar que llevan luchando desde 2017 para conseguir el reconocimiento de esta tradición.
Los diferentes representantes de este oficio pusieron en valor la profesión de campanero: «El toque manual de campanas es un lenguaje rico y diverso con características propias de cada región, es un código sonoro que se ha transmitido en el tiempo de los campaneros jóvenes a los mayores», afirma el coordinador de Campaners d'Albaira, en Valencia.
«Los toques manuales de campanas siempre comunican algún mensaje, son siempre inmediatos y objetivos y hacen saber a los lugareños el transcurrir del día, la alerta, la fiesta, la devoción, la pena, la despedida. El sonido de las campanas es un lenguaje universal que une pueblos, países y continentes y a la vez marca una identidad propia», añadió. Tradición que hoy en día es mantenida por campaneros voluntarios, aficionados y por los propios sacristanes de las iglesias.
El repiqueteo de las campanas se ha utilizado desde siempre como medio de expresión, cumpliendo todo tipo de funciones sociales: informar de las horas, celebraciones de festividades, comunicar defunciones… El documento ofrecido por la Unesco informa de que el sonido de las campanas tiene diversas utilidades y de que es reconocible por personas de todas las edades y procedencias. Solamente en España están asociadas a más de 8.000 municipios.
La candidatura explica que esta tradición se trata de «un rico repertorio en el ámbito religioso y civil para marcar diferentes momentos del día, alertar a la población en caso de incendio o inundación, anunciar funerales, decretos u otras noticias y acompañar eventos, celebraciones, actuaciones y otras circunstancias de la vida, especialmente en el plano profesional y litúrgico». Destaca que en España se mantenga esta tradición al igual que en Iberoamérica, frente a otros países europeos como Francia o Alemania, donde es ya casi inexistente.
Una tradición que tiene más de mil de años de antigüedad, según la que existen hasta 30 maneras distintas de tocar (en España) y que, con la entrada en esta nueva categoría, es reconocida como parte muy importante de la historia que merece ser preservada.
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