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20 de abril de 2024

opiniónMarta álvarez López

El caso Maruja Mallo: perversión del mercado del arte

Borja-Villel y Gómez-Sinde rechazaron la petición cursada por el colectivo feminista gallego para que el Museo Reina Sofía no avalara la edición del 'Catálogo Razonado de Maruja Mallo', de dudosa calidad

Actualizada 14:04

La reciente dimisión (¿forzada, forzosa?) de Manuel Borja-Villel (MBV) de la dirección del Museo Nacional Reina Sofía (MNRS) concitó la toma de posición mediática, apasionadamente a favor y en contra, que era de esperar tratándose de director tan militante. Hasta el punto de convertirse el MNRS en escaparate descaradamente propagandístico no tanto de las actuales tendencias en arte como de las propias filias y fobias políticas de MBV. En algunos medios afines se ha hecho pasar a Borja-Villel por mártir calumniado por la derecha reaccionaria en connivencia con instancias conservadoras como el Tribunal de Cuentas. Mi propia experiencia, soy feminista y de izquierdas, apuntaría más bien a actitudes represivas y elitistas por parte de MBV. Como feminista y gallega siempre me ha atraído Maruja Mallo (MM), personaje icónico en nuestra tierra. Y es Maruja Mallo, precisamente, la causa de que venga aquí hoy a dar mi opinión respecto a MBV.
La atracción por el personaje MM –en su época mujer liberada y desacomplejada en un mundo hostilmente patriarcal– me llevó al estudio de la vida y obra de la artista lucense (plagada de mitos, mentiras, incluso patrañas, leyendas urbanas, las propias y las que inventó la familia y mezquinos personajillos, náufragos de la movida madrileña, etc.) En mi formación fui directamente a coleccionistas de antiguo (La Coruña, Santiago, Paris, Madrid, etc.) que me informaron y asesoraron con datos que no aparecen en libros ni archivos potencialmente manipulados. Por supuesto, también recabé información de los mejores especialistas gallegos, como Antón Castro o Pilar Corredoira, que conocieron a Maruja Mallo en vida, habilitados a confirmar autoría. Pertrechada de elementos probatorios inapelables llegué a la conclusión de que, a partir de cierto momento, la familia de MM (los así llamados causahabientes, muerta la artista) en asociación con el galerista y hombre de negocios De Osma Wakonigg –y una cohorte madrileña de expertos de conveniencia– habían raptado culturalmente al personaje descentrándolo de Galicia para, eventualmente, sacar ventaja comercial de su obra centrándola en el glamuroso y ventajista mercado del arte madrileño. Al lector le conviene saber que los herederos han vendido obra, y el supuesto archivo de la artista, al galerista y hombre de negocios De Osma Wakonigg con quien quizás hayan suscrito algún acuerdo secreto tal es la evidente sincronización entre todos ellos: «Tras adquirir (Guillermo de Osma) a su sobrino (de MM) un baúl que contenía algunos óleos, numerosos dibujos y bocetos, y un archivo»
El siguiente paso en la escalada de monopolización de la obra de MM fue la edición de un Catálogo Razonado (CR) de la artista incluyendo la obra en propiedad, revalorizándola, y excluyendo la que podría hacer competencia. Respecto a la chapuza técnica, sesgada y partidista que es el CR han dejado documentada constancia, entre otros, Antón Castro o Adolfo Alonso Ares.
Por si fuera poco la chapuza, en privativo beneficio de algunos, Borja-Villel puso a disposición de De Osma Wakonigg el prestigio internacional del MNRS avalando el contenido del CR –perteneciente a empresa particular, cuyos editores podrían incurrir en conflicto de intereses económicos– habida cuenta que en sus instalaciones se hizo la presentación. Esto fue la gota que colmó el vaso. Un comité feminista gallego, del que formo parte, decidió informar a la opinión pública española de semejante despropósito institucional: los soviets aliados con el PNV de Neguri.
Pacíficamente distribuimos información ante la galería de De Osma Wakonigg, que llamó a la Policía intentando amedrentaros e impedir la acción informativa. No obstante, los funcionarios, muy profesionalmente al comprobar nuestra moderada actitud, nos permitieron proseguir. Todo fue muy distinto al día siguiente ante el MNRS. Varios coches de la Policía guardaban el Museo, impidiéndonos el paso personal de la casa, en evitación de que informáramos pacíficamente a la asistencia allí reunida. Desde entonces, para nosotras MBV es conspicuo representante del patriarcado represor más inclinado al empleo de la fuerza institucional que al diálogo que nosotras buscábamos. Sorprendentemente, o no tanto, su acción represora fue amparada por la dizque muy izquierdista ex ministra socialista señora Gómez-Sinde.
En efecto, el manifiesto Acción Feminista Contra la Corrupción Institucional que sacamos a buen seguro los/as puso muy nerviosos/as. Informábamos que el día 11 de noviembre, a las 11h (2021) el Museo Reina Sofía albergaría la presentación del CR de la pintora gallega. Redactado y editado, con subvención, por empresas e instituciones privadas que podrían incurrir en conflicto de intereses económicos. Concretamente la Galería Guillermo de Osma y la Fundación Azcona. La información era social y políticamente relevante.
El galerista y hombre de negocios Guillermo de Osma y Wakonigg, hijo del conde de Vistaflorida y hermano del actual conde, José Domingo de Osma y Wakonigg, es nieto de Wilhem Wakonigg, cónsul de Austria en Bilbao durante la Guerra Civil, espía franquista fusilado por los republicanos. Wakonigg, nazi hasta el último minuto de su vida, al ser fusilado gritó «¡Heil Hitler!» según información ampliamente disponible. Sin que mediara denuncia ni decision judicial alguna, su nieto, el galerista Guillermo de Osma Wakonigg, excluyó del CR de MM cuadros indubitablemente auténticos propiedad de familia galaico-judía, residente en Paris, que además propone donar obra si se constituye una Fundación Maruja Mallo, residenciada en Galicia, de la que quede excluido el galerista y hombre de negocios en cuestión. Lo cual se explica bien claramente aquí: «los propietarios (familia galaico-judeo-parisina, muy secreta, poco dada a mundanidades, coleccionista por las tres ramas, cuya casa familiar alberga la colección desde hace más de ochenta años»
Así, feministas gallegas de izquierdas advertían a la presidenta del Patronato del Museo Nacional Reina Sofía, Ángeles González-Sinde, y al director, Borja-Villel, que podrían personarse, acusación popular, por corrupción institucional al dar cobijo en las dependencias del Museo a la presentación pública de un Catálogo Razonado asaz dudoso editado en privativo beneficio, con el lucro como principal objetivo. Si Manuel Borja-Villel fuese tan de izquierdas como dice hubiera sido mucho más comprensivo para con nuestras demandas tomando en cuenta la pacífica denuncia informativa. En lugar de ello nos cerró el paso con Policía incluida.
Feministas gallegas seguimos movilizándonos en aras de devolver a Galicia la figura señera de Maruja Mallo, nuestra pintora universal, actualmente monopolizada por instituciones y empresas privadas con el sospechoso aval de la familia de la artista. Con el CR se sustrae a gallegas/os el disfrute y exposición permanente en Galicia de parte de la obra de la pintora lucense. Los cuadros excluidos del CR son impugnados por falsos si se exhiben en museos gallegos.
Como el asunto podría asemejarse a una especie de nuevo expolio nazi estamos buscando fondos, mediante crowdfunding, para contratar los servicios del prestigioso bufete internacional B. Cremades & Asociados que tiene experiencia en esta problemática. Sucede que Borja-Villel ha recibido el aval de Francesca Thyssen. Dios los da y ellos se juntan. Los Thyssen están implicados, no digo fraudulentamente, en el expolio nazi, actualmente sub iúdice, de un Pissarro de la familia judía Cassirer. Se han personado como amicus curiae la Federación de Comunidades Judías de España y la Comunidad Judía de Madrid, representadas por el bufete español B. Cremades & Asociados. Pues ocurre que al antisemitismo latente (o evidente) que transita todo el expediente Maruja Mallo hay que sumarle la soez expresión emitida, negro sobre blanco, por uno de los autores del CR, expresándose en nombre propio y solidariamente en el de los otros coautores, cuando le enviaron fotografía antigua de un marchante de apariencia judía con dos cuadros de la pintora: «No sabemos quién es ese jodío judío». Tal cual.
Antes o después ganaremos la batalla y recentraremos a Maruja Mallo en una Fundación en Galicia, lejos de las manos que la utilizan en privativo beneficio.
  • Marta Álvarez López es sicóloga.
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