Fundado en 1910

17 de mayo de 2024

Flujo de carreteras

Flujo de carreteras

El Debate de las Ideas

España, gran potencia circense en la democracia mehrspurig

La forma política en la que el pueblo se autogobierna en la democracia moderna por medio de sus representantes está en crisis

Stanley G. Payne decía el año pasado, «la situación política en España es desastrosa»; José T. Raga: «cualquier relato de la España actual, hecho a alguien ajeno a nuestra tierra, seguramente provocará el mayor de los asombros»; Alfonso Ussía: «hoy España es una nación gobernada por sinvergüenzas y traidores, y con una oposición que no sirve»; «la desvergüenza política y la gandulería mental generalizadas se han hecho crónicas», dice J. van Halen. Etc.
Es lo normal, cuando los partidos políticos no subordinan o, por lo menos, combinan sus intereses con el bien común. Entonces, la política interior se convierte en un espectáculo que puede ser hasta cómico. Como en la España convertida a la fe socialista durante la transición a la Monarquía y la democracia sexual.
1.- El Estado de la curtida «piel de toro», gobernada por sacerdotes y sacerdotisas de Koalemos, el dios griego de la estupidez, adoradores de Hermes, el dios de los ladrones, y de Mammon, el dios del dinero, ha devenido una empresa taurina, que explota democráticamente a la nación. Los toreros son miembros de los partidos que fungen de directores, consejeros o accionistas, naturalmente tan bien remunerados como los toreros de verdad.
J. García Isaac dice que «han convertido España en un mercado persa, Agapito Maestre, que “la política española está muerta, porque al político español no le interesa nada que no sea él mismo» y España es para los políticos «una dehesa convertida en corral», Juan Abreu, que la «situación es psiquiátrica».
Las imágenes del mercado persa, la dehesa y la psiquiátrica describen la situación de la nación. La del Estado es diferente: es el circo donde se divierten los políticos y políticas representando el papel de salvadores, tiranos, explotadores, benefactores, títeres, bufones, orates, destructores, hombrecillos de estado, etc. Papeles bien pagados con el dinero público, que, como manda la religión socialista, no es de nadie.
2.- En la chabacana España socialista hay que «reír por no llorar». Así, mientras se aguarda con impaciencia el brillante espectáculo circense que tendrá lugar en las Cortes hablando en las lenguas regionales –con traducción simultánea para ahorrar gastos–, está teniendo lugar otro gran espectáculo circense, ciertamente inesperado, suscitado por un beso. «En un momento de exaltación patriótica», hace constar Alfonso Ussía.
2,1.- El presidente de la Real Federación Española de Fútbol Luís Rubiales besó en público a la capitana del equipo de la selección feminista española –«la bien pagada» con impuestos-, una tal Jennifer Hermoso (que, por cierto, falló un penalti), en el torneo mundial de fútbol. En el ambiente excitado por la progresista ley liberadora de la bondadosa ministra Montero, la popular ley del «sólo el sí, es sí», bastó que se le ocurriera a alguien decir que fue un pecado machista, para que se convirtiese en un gravísimo asunto de la Iglesia-Estado socialista. Aunque el Rubiales es, ahora hay que suponer «era», amiguete del Dr. Sánchez, el ilustre presidente doctor reaccionó súbito –«estando en funciones» precisa Ussía– acusándole de «abuso de autoridad» y la Inquisición socialista se puso inmediatamente al servicio de la Hermoso, «una víctima que redimir para trincar», dice escéptico F. Jiménez Losantos –que parecía satisfecha con el beso según consta en un video y no se decide a denunciarlo- equiparando el beso con una agresión sexual, para que denuncie al pecador.
2,2.- El enchufado Rubiales, víctima, lamenta con razón, de un «linchamiento feminista», merece un respeto por atreverse a plantar cara al Sánchez, un típico hombre nuevo, y a su folklórica Inquisición de new women. Pues, como dice el ministro de Deportes Miguel Iceta, «somos una sociedad feminista». Olvidó añadir S. L.: el millón y medio de ciudadanas y ciudadanos que se calcula disfrutan de la caridad del erario público. Sociedad Limitada que sintetiza las minorías -de izquierdas y de derechas- que explotan, corrompen, arruinan y amenazan desintegrar la Nación.
2,3.- En el gravísimo conflicto del beso, aunque fue sólo uno, tienen que intervenir entidades internaciones futboleras. El Rubiales y el Sánchez son socialistas piadosos o eso parece. Pero si el Rubiales, se mantiene, no obstante, firme –y revestido con el chándal que usa habitualmente para honrar su cargo– versus el demiurgo Sánchez, risum teneatis en el mundo socialfeminista: ¡un beso causa de un conflicto mundial!. Gracias al beso, dicho sea de paso, volverá a contar el Reino de España en la historia, de la que está marginada desde el comienzo de la transacción, como bautizó Jesús Fueyo a la celebrada transición a la «democracia avanzada», sin duda ya en su modalidad circense, que manda la Carta constitucional. Lo malo es que Woody Allen ha opinado quitando hierro al conflicto.
Otra consecuencia positiva del beso es que se ha dejado de dar la matraca sobre el desgobierno, el peligro de la disolución de España, el empobrecimiento de la Nación, en particular de las clases medias, el aumento de los delitos y la inseguridad, etc.
2,4.- Con todo, es triste tener que dar la razón a Guy Milliére: además de las pecaminosas excepciones fascistas de gentes que viven todavía en el mundo del sentido común, la mayoría de los jefes religiosos de los partidos socialistas de derechas e izquierdas son impostores metidos a políticos para medrar, que confunden el arte de gobernar con hacer payasadas y leyes estúpidas para distraer a los súbditos. Y España no podía ser la excepción en la Unión Burocrática Europea. Pero no hay mal que por bien no venga: una gallega turuleta de confesión comunista -el socialismo «rígido»- ha montado afortunadamente un partido político circense para alegrar la vida política y dar trabajo a periodistas que le hacen gratis la propaganda. Uno de sus chistes más graciosos es, el de que las mareas son un efecto del cambio climático. Si la turulata consiguiera ser presidente -perdón, presidenta- del gobierno -todo es posible en la tierra de Sancho Panza-, se convertiría España en la gran potencia de la risa al ser el país más divertido políticamente del mundo entero. Y, además, se beneficiaría enormemente el negocio turístico.
3.- Die Religion ist das Opium des Volkes (la religión es el opio del pueblo) para el socialismo, según la célebre y celebrada frase de Marx. Sin embargo, en el estricto sentido de la palabra religión, es la fe socialista la religión dominante en la que llamaban desconcertados Vladímir Bukowski y otros disidentes del paraíso soviético Unión Europea de Repúblicas Socialistas Soviéticas. En la que tiende lógicamente a prevalecer el ateísmo como Ersatz del cristianismo, la religión tradicional, que está de capa caída. Hasta el punto que la Iglesia ha tenido que ponerse «en salida», aunque no se sabe todavía hacia dónde. Intentan descubrirlo los Sínodos.
El método del socialismo, cuyo principio rector es, parodiando al cristianismo, del que es claramente una inversión, especialmente en el caso del marxista, la creación de un «hombre nuevo», consiste en lo que llamaba Jules Monnerot ”revolucionarismo”; « el movimiento continuo» del totalitarismo (H. Arendt). Algo así como un golpe de Estado permanente que elimina la seguridad jurídica -los decretos y decretos leyes inventados por Napoleón III-, reduce la democracia al festival electoral, a la clientela que obedece a la nomenklatura sacerdotal guiada por el partido y destruye sistemáticamente la enseñanza tradicional -monopolizada prácticamente por el Estado, el deus mortalis al que quiere inmortalizar haciéndolo total, totalitario-, para crear los hombres nuevos. De ahí, entre más cosas, las «habilidades y competencias» que sustituyen la formación del carácter, la famosa Bildung alemana, tradicional por naturaleza en tanto se basa en la experiencia da la vida. En realidad, la educación es propaganda desde hace tiempo, siendo seguramente el caso español el más escandaloso de la UERSS. Gregorio Morán asegura en un jugoso artículo, que las nuevas generaciones ni siquiera saben ya jugar al «tute cabrón»,
Y es que, la idea rectora del socialismo, que une estrechamente la religión y la política, en realidad las funde, consiste en transformar la democracia en Idiocracia (hay quien considera más exactos los términos Burrocracia o Borregocracia). Una innovadora forma de gobierno inédita desde el origen de los tiempos, que facilita la gobernanza y la formación de hombres nuevos. De ahí, que los súbditos de la UBE (Unión Burocrática Europea) crean ingenuamente que, die Demokratie von Oben, «la democracia desde arriba» de que habla Gabor Steingart en Die gestohlene Demokratie (la democracia robada) -donde incita impíamente, contra la pasión votadora, a abstenerse de votar-, es el Paraíso vislumbrado por Carlos Marx: die wahre Demokratie (la democracia auténtica), inversión de la expresión de Hegel der wahre Geist.
4.- Los partidos políticos son el talón de Aquiles de la democracia. No solo por lo que decía Simone Weil: «Un hombre que se afilia a un partido seguramente ha percibido, en la acción y la propaganda de ese partido, cosas que le han parecido justas y buenas. Pero jamás ha estudiado la posición del partido respecto a todos los problemas de la vida pública. Al entrar en el partido, acepta posiciones que ignora. De esa manera somete su pensamiento a la autoridad del partido». Partidos que dependen del dogma del sufragio universal indiscriminado, que hace que las democracias actuales sean meramente procedimentales. «Nada más deplorable y opuesto al bien común de la nación, que la representación a base del sufragio universal, decía ya Julio Meinvielle en Concepción Católica de la Política (1932). Porque el sufragio universal es injusto, incompetente, corruptor». Es el gran problema de la individualista democracia inorgánica de «un hombre , un voto». Forma de la democracia -se han contado más de seiscientas- que ignora, rechaza y hasta condena los poderes intermediarios de Montesquieu a los que teme. Markus Krall propone abolir el sufragio universal.
Ante el fracaso de la democracia inorgánica, aunque sigue siendo la vigente, propuso Salvador de Madariaga, en 1935, una concepción organicista en la que cuente el pueblo.
5.- La democracia «orgánica» es la democracia natural, no artificial como la inorgánica, correlativa al artificialismo del Estado. La concepción organicista presupone entre otras cosas la libertad política colectiva y el autogobierno de los entes intermediarios. Pierre Mesnard mostró sin mucho éxito, que Norteamérica es una democracia orgánica surgida, no de la llamada sociedad civil, un concepto artificioso, sino del pueblo, ni del Estado, para el que, a la postre, hay sólo individuos como en la inorgánica.
Sin los entes intermediarios, poderes sociales o populares espontáneos o naturales -no políticos como los subvencionados por los gobiernos progresistas- hay sólo individuos indefensos ante el poder, que tienen que encomendar su protección a los partidos.
Sin los entes intermediarios, poderes sociales o populares espontáneos, los gobernantes y los aspirantes a serlo actúan a ciegas. Pendientes de la próxima cita electoral, gobiernan a corto plazo para conseguir votos –lo que invita a la demagogia– guiándose por encuestas y estadísticas. Las encuestas, los consultores y especialistas en todo pero «competentes en nada» sustituyen al pensamiento (M. Onfray) y de las estadísticas se burlaba Disraeli: «hay tres clases de veracidad: mentiras, malditas mentiras y estadísticas». Lo cierto es que «lo esencial nunca aparece en las estadísticas» (C. Marín-Blázquez).
6.- Los hechos sociales, obra de la libertad humana, se diferencian de los de la naturaleza en que implican muchas variables, dependiendo su interés e importancia del significado emotivo, racional o interesado que se les atribuya. Los modelos econométricos pueden ser orientadores, pero se utilizan con frecuencia para justificar una mayor intervención y control.
Las mismas elecciones fungen como una especie de encuestas para «legitimar» los juegos de poder entre las oligarquías dominantes, mediante el rito de participar en los aburridos festivales electorales –votar es una obligación legal en bastantes países– de la democracia mehrspurig, de varios carriles, de Burkhard Wehner.
En la democracia de partidos, se engaña a los electores, encantados –especialmente los de izquierdas, los de derechas son más escépticos– con que les dejen votar para elegir a quienes les engañan, explotan y humillan. Tras la rutinaria refriega electoral, regresa la quincallería política y mediática y los elegidos presumen de gobernar de acuerdo con el dictamen de las urnas. Escribe el arzobispo argentino monseñor Agüer: «el electoralismo es un remedo de la auténtica democracia. La población debe someterse al sistema, y sus esperanzas quedan defraudadas en cada turno; en el que la casta retiene su poder e inclusive lo incrementa». La inexorable ley de hierro de las oligarquías, que se cumple mejor en la democracia inorgánica.
7.- ¿Qué puede ser la democracia cuando la mayoría de la gente no sabe o no entiende qué vota ni a quien vota o vota ritualmente? Ernst Jünger escribió en 1951, cuando no estaban tan extendidos el escepticismo –«la castidad de la inteligencia» (Jorge Santayana)– sobre la democracia y la desafección de que habla Ortí Bordás : «¿Por qué votar, es decir, elegir, en una situación en que no queda ya elección? La respuesta al ofrecerle a nuestro votante la papeleta de voto, es que se le da la ocasión de participar en un acto de aclamación». Se trata de la «democracia procedimental que, dice Gustavo Bueno en su Panfleto contra la democracia realmente existente, no versa sobre materia política», sino sobre el consenso político procedimental. Es decir, sobre lo no fundamental de la política que ignora o proscribe «las verdades autoevidentes» de los padres fundadores de Norteamérica, Tocqueville, etc. Algo así como la neocracia de Wehner.
8.- La elogiada «democracia liberal realmente existente» no es la democracia política sino la democracia pseudosocial del progresismo revolucionarista socializante que aumenta sin cesar el «gasto social» para comprar votos. La auténtica democracia política es menos complicada: respeta el autogobierno de los entes y poderes sociales naturales, que expresan la espontaneidad popular, limitándose a establecer reglas de juego formales, iguales para todos, y controles y contrapesos que limitan la actividad fáctica y legal del poder político.
Aristóteles sabía ya muy bien la necesidad de que el peso de los números –la clase media– contenga la tendencia de la oligarquía a expandirse y aislarse del pueblo (la «sociedad» es un invento de Hobbes. «La sociedad no existe», decía tajante Margaret Thatcher). El maestro de Alejandro Magno aprendió de Platón, que la libertad política colectiva, el principio de la democracia, corre el riesgo, cuando no está respaldada por las virtudes, de hacer derivar la democracia hacia la demagogia y transformarse en oclocracia, crisocracia, cleptocracia y formas parecidas de la tiranía de las mayorías, cuyo peligro advirtió también Jenofonte y profetizó Tocqueville. Pues lo decisivo en la democracia son las limitaciones que impone al poder, no las mayorías, que, en realidad, son manipuladas.
9.- En efecto, la tiranía democrática o de las mayorías -que hoy suele llamarse púdicamente «democracia autoritaria»- viene a ser la de la opinión pública más o menos manipulada, que dicta incluso sentencias más duras que las de los jueces, en los que influye. Opinión que suele ser ahora la de los medios de comunicación - los periodistas- «the priesthood of the ruling class», el sacerdocio de las clases dirigentes (Z. Janowski), que no coincide necesariamente con la del pueblo. Lo evidencian los populismos auténticos, que están empezando a reaccionar contra la hegemonía cultural, moral y política de la oligarquía establecida de la izquierda y la derecha socializantes. Y la segmentación del mundo por Internet, es devastadora para la democracia. Aristóteles: «en la democracia, el ciudadano no está obligado a obedecer a cualquiera; o si obedece, es a condición de mandar él a su vez; y en este sistema se concilia la libertad con la igualdad» (Política, VII). Pero la forma política en la que el pueblo se autogobierna en la democracia moderna por medio de sus representantes está en crisis: ¿pasajera o terminal? La literatura sobre la crisis de la democracia aumenta cada día.
10.- La democracia existente es efectivamente, denuncia Javier Barraycoa, totalitarismo o autoritarismo, esclavismo, mata (aborto, eutanasia), empobrece, partitocracia, burocracia, utopía y religión. En suma, una postdemocracia, dice Günter Scholdt al comentar que la Ley Fundamental de Bonn ha sufrido tal transformación, que la democracia es sólo de fachada. Democracia en marcha hacia el nuevo totalitarismo. Existente ya en los Estados europeos, decía Robert Spaemann poco antes de morir.
Una causa determinante es la «política» progresista de destruir las virtudes en que descansa el êthos de los pueblos, que rige el sentido común, en nombre de la democracia, y sustituirlas por valores –por supuesto, los «democráticos», que son hoy los vicios de la decadencia– utilizando la educación, la propaganda y el «relato» a fin de encaminarlos en el sentido correcto de la historia, que sólo conocen los que los proclaman. Mas, si alguna forma de gobierno necesita imperativamente de las virtudes en que se concretan los principios de las tradiciones de la conducta, es la democrática. Los griegos sabían también por experiencia, que la democracia sin virtudes acaba en tiranía. Pero, ¿que se entiende hoy por virtudes? ¿Las sinsorgadas woke? ¿Las estupideces de género y las histerias ecologistas? MacIntyre se dedicó al final de su vida a buscar la virtud para enterarse de qué es.
11.- Si Rodney Stark muestra en El auge del cristianismo, que la marcha hacia la democracia comenzó con la revolución cristiana –«la única revolución que triunfó sin derramar otra sangre que la suya» (Leonardo Castellani)–, porque «era especialmente atractivo para las mujeres paganas”, Gabriele Kuby afirma en el ensayo Christliche Prinzipien des politischen Kampfes: «Erosionado el fundamento cristiano, se llega a una nueva forma de totalitarismo partiendo de la democracia y, partiendo del capitalismo, a un sistema de explotación del hombre y la naturaleza, que destruye los fundamentos naturales y morales de la familia humana». El bolchevismo de los privilegiados de algunos multimillonarios, principalmente useños sionistas, los Foros de Sao Paulo, Davos, etc…. y de la UBE o UERSS.
Comentarios
tracking