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12 de mayo de 2024

Grupos de manifestantes convocados por Vox protestan contra la obra `Altsasua´

Grupos de manifestantes convocados por Vox protestan contra la obra `Altsasua´

'Altsasu' se estrena en Madrid en medio de la indignación de cientos de madrileños convocados por Vox

Rocío Monasterio y Ortega Smith fueron las voces de la concentración de protesta a las puertas del Teatro de la Abadía

Las abadías son lugares de retiro. En ellas también reposan los muertos. Es precisamente su paz, la de los vivos y la de los muertos, la que en el Teatro de la Abadía de Madrid se ha visto perturbada. Altsasu, estrenada en la capital el jueves 18 de enero, después de un recorrido titiritero por la España diversa, es la «ficción» sobre los hechos ocurridos en el bar Koxka, en Alsasua, cuando una turba radical atacó a dos guardias civiles de paisano y a sus respectivas parejas.
La obra de la directora María Goiricelaya se representa en los teatros españoles equiparando a víctimas y verdugos. La dignidad de las víctimas y la libertad a la que apeló Rocío Monasterio en los aledaños del teatro, desde donde pidió la dimisión del consejero de Cultura de la Comunidad. «Sánchez es un pelele de los terroristas y de los golpistas», dijo, para continuar con dureza sus acusaciones contra el PP, contra el Gobierno de la Comunidad y contra el alcalde de la capital por permitir la representación que «pretende blanquear el terrorismo como si no hubiera existido».

Sánchez es un pelele de los terroristas y de los golpistasRocío Monasterio

Un aclamado Ortega Smith se quedó sin voz (del altavoz), pero entonces tomaron protagonismo los gritos y las frases de los congregados. «ETA a prisión», fue lo más coreado. «No es libertad de expresión ni tampoco una manifestación cultural, pero la pregunta verdadera es por qué la comunidad financia un teatro (1.800.000 euros, dijo) que representa una obra como esta. Blanquear a Sánchez es blanquear a sus socios», concluyó.
Allí quedaron los varios centenares de manifestantes reunidos tras la intervención política, mientras los espectadores del espectáculo triste iban llegando, rodeando a la masa o sorteándola. Antes, una pequeña comitiva «contramanifestante» se paseó silenciosa, orgullosa y provocadora con carteles de color lila:
Un manifestante en la concentración frente al Teatro de La Abadía

Un manifestante en la concentración frente al Teatro de La AbadíaEFE

«Es una simple obra de teatro», dijo uno de sus miembros como respuesta a los gritos de rechazo y con la sonrisa sardónica, de labios casi serpenteantes como la misma siniestra bicha enroscada que repta desde hoy en el Teatro de la Abadía, perturbando la paz de los vivos y de los muertos.
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