
Vista de la ciudad a mediados del siglo XIX en L' Espagne a vol d'oiseau de Alfred Guesdon
La ciudad española de moda (si es que alguna vez dejó de serlo) con más patrimonios de la Humanidad
También es la más valorada por los turistas internacionales con su centro histórico, núcleo de diferentes culturas y también sus alrededores
Algunos italianos no se muestran tan orgullosos de Roma y de tantas ciudades del antiguo imperio como cabría suponer. Hay italianos que dicen que en Italia todo es «vecchio» (viejo), y ponen a España como ejemplo de lo nuevo con indisimulada envidia.
Cada italiano que piense lo que quiera, como cualquier otro ciudadano del mundo. Puede ser verdad que hay muchas cosas nuevas en España en comparación con Italia, pero no le anda a la zaga en cosas «vecchie», que no son tal, no son viejas, sino antiguas, bellas como no se harán nunca. Se podrán hacer bellas de otra forma, pero no como entonces.
Hay quienes la llaman, precisamente, la Roma española. Y no es para menos. No es una comparación gratuita. Es la ciudad histórica española de moda (si es que alguna vez dejó de serlo), entre otras cosas porque es la más valorada por los turistas internacionales en tiempos de turismo masivo, poco delicado, lo cual es un elogio más.
Córdoba es la ciudad española con más patrimonios de la Humanidad en toda su geografía. La Mezquita-Catedral es el símbolo mayor, el reclamo impresionante: una catedral dentro de una mezquita, el cristianismo artístico respetando el islamismo artístico.
Y allí, donde se ubica, todo el centro histórico que sigue creciendo, con descubrimientos constantes, con nuevos hallazgos de la civilización y de la cultura inagotables. En Córdoba hay familias cuyas casas tiene muros de la época del califato. Paredes de un califa en el hogar porque así se construyeron, como construyeron la propia mezquita.
Córdoba tiene los patios, Bien Cultural Inmaterial, y también Medina Azahara, la ciudad palatina de Abderramán III en las faldas de Sierra Morena. En época romana, Córdoba (Corduba) fue la capital de aquella Hispania. Allí nacieron los dos Séneca, Marco Anneo y Lucio Anneo, también el poeta Lucano, sobrino de este. En su casco histórico también resiste la sinagoga, los baños califales, el alcázar de los reyes Cristianos, la antigua muralla romana, la puerta de Sevilla y la árabe de Almodóvar.
En Córdoba nació Ibn Hazm, el autor del maravilloso poema en prosa sobre el amor El collar de la paloma. No se pueden olvidar la iglesias fernandinas, las que Fernando III el Santo mandó construir tras la Reconquista. Y se recuerda a Averroes y a Maimónides, dentro o fuera del puente romano. Y a Góngora y al Gran Capitán y a Julio Romero de Torres entre tantos nombres de hombres y de lugares y de monumentos que quedan por nombrar y que hacen de Córdoba una grandiosa ciudad española.