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Gilles Deleuze

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El Debate de las Ideas

Rizoma: la clave de Deleuze para entender el mundo contemporáneo

En términos filosóficos, el rizoma también desafía la idea de un conocimiento lineal y jerárquico, sugiriendo que todas las ideas y conceptos están interconectados de manera múltiple y no jerárquica

Gilles Deleuze, uno de los pensadores más provocadores del siglo XX, nos dejó una herencia conceptual que sigue resonando con fuerza en el mundo contemporáneo. De entre sus contribuciones filosóficas, pocas son tan fascinantes y útiles como la idea del «rizoma». Este concepto, desarrollado junto con Félix Guattari en Mil Mesetas, ofrece una alternativa radical al pensamiento jerárquico y estructurado que ha dominado la filosofía occidental. Pero, ¿qué es un rizoma y cómo nos ayuda a entender el mundo actual?

El rizoma es una estructura sin centro ni jerarquía, que se extiende de manera horizontal y conecta múltiples puntos de manera directa. Mientras que el pensamiento occidental tradicional ha privilegiado estructuras arbóreas, como el árbol del conocimiento —con sus ramas que derivan de un tronco central—, Deleuze y Guattari proponen el rizoma como una forma de organización más adecuada para comprender la multiplicidad y la complejidad.

Un ejemplo sencillo de rizoma es el sistema de raíces de algunas plantas, como el bambú, que crecen en todas direcciones y pueden generar nuevos brotes en cualquier punto. Esta idea también se puede aplicar a sistemas humanos y tecnológicos, donde las conexiones son descentralizadas y multidireccionales.

En términos filosóficos, el rizoma también desafía la idea de un conocimiento lineal y jerárquico, sugiriendo que todas las ideas y conceptos están interconectados de manera múltiple y no jerárquica. Esto implica que el pensamiento no debe seguir una lógica de causa y efecto estricta, sino más bien adoptar una perspectiva en la que las relaciones son dinámicas y en constante evolución.

Rizoma y el mundo digital

En el mundo contemporáneo, el rizoma encuentra una de sus expresiones más claras en la estructura de internet. A diferencia de los medios de comunicación tradicionales, que operaban bajo una lógica jerárquica y centralizada, internet permite conexiones horizontales entre usuarios, sitios web y plataformas. Cualquier nodo puede conectarse con otro, permitiendo la difusión de información de manera rápida y descentralizada.

Redes sociales como Twitter o Instagram también funcionan de manera rizomática: una idea, un video o un meme pueden surgir en cualquier lugar y extenderse globalmente sin necesidad de pasar por un centro regulador. Este modelo ha democratizado el acceso a la información, pero también ha generado fenómenos como la desinformación y las burbujas de filtro.

Por otro lado, el modelo rizomático de internet también ha transformado el activismo. Campañas globales, como las relacionadas con el cambio climático o los derechos humanos, se han beneficiado de esta estructura para movilizar a millones de personas en todo el mundo, eliminando la necesidad de un líder centralizado. Sin embargo, esta misma estructura también permite la propagación de discursos de odio y campañas de acoso, mostrando que el rizoma no está exento de riesgos. El ejemplo más reciente lo encontramos en lo sucedido con Karla Sofía Gascón.

El rizoma en la educación y el conocimiento

Otro campo donde el rizoma tiene un impacto profundo es en la educación y la producción de conocimiento. En lugar de pensar el aprendizaje como una trayectoria lineal que avanza de lo básico a lo avanzado, el modelo rizomático propone un enfoque interdisciplinario, donde las conexiones entre diferentes áreas del saber son tan importantes como el conocimiento en sí.

Por ejemplo, en un entorno rizomático, un estudiante puede explorar temas de biología, arte y tecnología de manera simultánea, estableciendo conexiones inesperadas que enriquecen su comprensión. Este enfoque está en el corazón de muchas innovaciones pedagógicas actuales, como el aprendizaje basado en proyectos y el pensamiento de diseño.

No es de extrañar entonces que el modelo rizomático esté influyendo en el diseño de currículos universitarios. Muchas instituciones están comenzando a implementar programas que combinan disciplinas aparentemente dispares, como la ciencia de datos con las humanidades, fomentando un enfoque más holístico y conectado al aprendizaje. En este sentido, el rizoma también invita a los educadores a repensar las herramientas y metodologías que utilizan para enseñar, favoreciendo aquellas que promueven la exploración y la creatividad.

Alcances del modelo rizomático

El concepto de rizoma no solo describe estructuras existentes, sino que también inspira nuevas formas de organización social y empresarial. En el ámbito corporativo, muchas startups han adoptado modelos de gestión planos y flexibles que se asemejan a un rizoma. Esto les permite adaptarse rápidamente a los cambios del mercado y fomentar la creatividad entre sus empleados.

En política, los movimientos sociales contemporáneos también muestran -al menos en apariencia- una estructura rizomática. A diferencia de los movimientos tradicionales, con líderes visibles y jerarquías claras, movimientos como Black Lives Matter o las protestas por el cambio climático operan a través de redes descentralizadas, donde cada participante puede actuar como un nodo independiente. No hay que olvidar, sin embargo, que detrás de estos movimientos siempre hay impulsores ocultos que, a través de su poder e influencia impulsan determinadas ideas en la sombra.

En el ámbito empresarial, el modelo rizomático también ha llevado al surgimiento de economías colaborativas, como Airbnb y Uber, donde los usuarios interactúan directamente entre sí sin la necesidad de intermediarios tradicionales. Este tipo de economías aprovechan la estructura rizomática para ofrecer servicios más flexibles y accesibles, aunque también han planteado importantes desafíos regulatorios.

Límites y paradojas del rizoma

A pesar de sus ventajas aparentes el rizoma no está exento de límites. Uno de los principales es la tendencia de los sistemas descentralizados a generar nuevas formas de centralización. Por ejemplo, aunque internet fue diseñado como una red descentralizada, hoy está dominado por unas pocas plataformas tecnológicas gigantes como Google, Amazon y Facebook, que concentran gran parte del poder y la información.

Otro límite del modelo rizomático es su potencial para fragmentar la cohesión social. En un sistema donde todo está conectado pero nada es central, puede ser difícil establecer valores compartidos o un sentido de dirección común. Esta fragmentación es visible en fenómenos como las guerras culturales en redes sociales, donde diferentes comunidades operan en universos paralelos sin puntos de encuentro.

Por último, el pensamiento rizomático puede llevar a una sobrecarga cognitiva en un mundo saturado de información. La ausencia de jerarquías claras puede dificultar la tarea de discernir qué información es relevante o fiable, lo que plantea un desafío significativo en la era digital.

Rizoma y realidad

El pensamiento rizomático nos invita a reconsiderar cómo organizamos nuestras vidas, nuestras instituciones y nuestras sociedades. Sin embargo, también nos recuerda que incluso los sistemas más descentralizados y flexibles necesitan ciertos puntos de anclaje para garantizar la estabilidad y la coherencia.

Por ejemplo, en la educación, aunque el modelo rizomático fomenta la creatividad y el pensamiento crítico, también es esencial mantener ciertos estándares básicos que aseguren un nivel mínimo de competencia en áreas fundamentales como la alfabetización y las matemáticas. De manera similar, en internet, la descentralización debe equilibrarse con regulaciones que protejan la privacidad y prevengan el abuso.

En la organización empresarial, la estructura rizomática puede coexistir con elementos jerárquicos que aseguren la rendición de cuentas y la eficiencia. Este equilibrio es clave para aprovechar las ventajas del rizoma sin sucumbir a sus potenciales desventajas.

Conclusión

El rizoma de Deleuze no es solo una herramienta para describir la complejidad del mundo moderno; es también una invitación a imaginar nuevas formas de organización y pensamiento. Sus aplicaciones en el mundo digital, la educación y la política demuestran su relevancia, pero también nos recuerdan que ningún modelo es perfecto. Como cualquier idea poderosa, el rizoma debe ser utilizado con discernimiento, reconociendo tanto sus fortalezas como sus límites.

En un mundo cada vez más interconectado y caótico, el pensamiento rizomático nos ofrece una forma de navegar la complejidad sin perder de vista la necesidad de equilibrio y coherencia. Tal vez esa sea la mayor lección de Deleuze: que en el caos también hay un orden, y que este orden puede ser tan diverso, flexible y sorprendente como el mundo mismo.

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