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El escritor José Juan Picos, autor de 'El dragón del fin del mundo'

El escritor José Juan Picos, autor de 'El dragón del fin del mundo'Cedida por el autor

Entrevista a José Juan Picos, escritor

«En España quien se apellida Fernández, Martínez o Pérez tiene algo de vikingo»

El periodista y escritor José Juan Picos explora en su nuevo libro ‘El dragón del fin del mundo’ los mitos vikingos

La curiosidad, el afán de conocimiento o, tal vez, la imprudencia, llevó a José Juan Picos a interesarse por la historia de los mitos y de sus ecos en el mundo de hoy ya desde niño, con una enciclopedia y mucha paciencia.

Con el tiempo, este periodista residente en La Coruña ha sabido plasmar ese conocimiento en dos libros (habrá un tercero) y ofrecerlo de una manera sencilla y divulgativa al gran público.

Si en Animales divinos exploraba la «fauna mitológica de la antigua Grecia», en El dragón del fin del mundo se lanza a por las criaturas fabulosas de las sagas vikingas. Ambos libros, editados por Siruela.

— ¿Por qué un libro sobre la mitología vikinga?

— Surgió de una reunión que tuvimos en la editorial donde una de las editoras me dijo que estaría bien que sacara un libro de dragones. A partir de ahí se me ocurrió echar la mirada a las sagas vikingas. En realidad, yo ya había empezado por mi cuenta a documentarme.

Una vez que publicaron el primer libro (Animales divinos) empecé a idear el compartimentar en varios libros una mitología universal. Esa fue la idea.

Habla de la influencia de los mitos vikingos en los cómics y películas de Marvel, en El Señor de los Anillos, en La Guerra de las Galaxias… ¿La mitología y cultura vikinga sigue presente en la cultura popular incluso en un país, como España, que, en principio, los temas vikingos le quedan un tanto lejanos?

— Ahí está Thor en Los Vengadores. En El Señor de los Anillos Tolkien lo que hace es mezclar la mitología vikinga con la germana, como un compendio de la mitología del norte de Europa. Y en La Guerra de las Galaxias, ¿qué no han usado para montar todo su universo?

Cubierta de 'El dragón del fin del mundo'

Cubierta de 'El dragón del fin del mundo'Siruela

Otro ejemplo: si nosotros, para nombrar los días de la semana, usamos los dioses romanos, ellos tienen sus propios dioses. Friday, el viernes, es el día de Freya, la diosa del amor, igual que en nuestra semana el viernes es el día de Venus, diosa del amor.

Pero es que el lunes, Monday, es el día de Mani, dios de la luna, o Tuesday, está dedicado a Tiw, dios de la guerra… Quiero decir que ellos, igual que nosotros, cada vez que mencionan un día de la semana están invocando a un dios.

Es decir, yo creo que la mitología está en todo y, sobre todo, sirve para explicarnos. Tiene unas imágenes, tanto en una mitología como en otra, que compendian, que resumen. Son como parábolas. Gracias a esas imágenes potentes podemos entender muchas cosas, incluso las que están ocurriendo hoy.

Por ejemplo, en la mitología griega está el mito de Procustes, que era un bandido que tenía una posada con dos camas, una corta y otra larga, y descoyuntaba a los viajeros según fueran más altos o más bajos. Y eso es lo que están haciendo hoy con la verdad nuestros políticos: recortarla o descoyuntarla según les conviene, como bien hemos visto en esta última semana.

En su anterior libro se había centrado en los mitos griegos. Contraponiendo la mitología greco-latina con la nórdica, ¿existe un hilo que una ambas tradiciones mitológicas?

— La conexión es siempre la misma: tratar de explicar por qué estamos aquí, o incluso quitarnos responsabilidad o culpa, diciendo que todo es culpa de los dioses. Otras veces es buscar un sentido a lo que hacemos.

La mitología vikinga, o escandinava o nórdica, con ser tan fatalista como es, siempre pensando en el Ragnarok, en el fin del mundo, para ellos ese no es el final, sino que luego viene un mundo mejor.

En la mitología griega es al contrario. Empezamos por la edad de oro, un mundo mejor, y lo único que hacemos es degenerar. En ese sentido, son polos opuestos.

La mitología mediterránea, con todo el sol que la baña, a veces creo que es más fatalista y más terrible que la escandinava, donde a veces parece que los propios vikingos, los propios nórdicos se ríen de sus dioses en sus sagas. Hay bastante humor, un humor salvaje, pero lo hay.

Reside en Galicia, donde está muy arraigada la tradición de la presencia vikinga en Catoira. En Sevilla tienen muy presente la memoria de los asaltos vikingos remontando el Guadalquivir… La huella vikinga está muy marcada en España y, sin embargo, nos sigue resultando algo ajeno…

— Lo que pasa es que aquí estuvieron más de paso. Se asentaron en Sicilia, se asentaron en Francia (en Normandía), llegaron hasta Bizancio, donde había una guardia exclusivamente vikinga en la corte de los emperadores durante siglos.

Aquí saquearon, estuvieron de paso…, desde luego los musulmanes supieron cómo contrarrestarlos…

También, fueron tan terribles en sus saqueos que la gente de la época lo que pretendían era olvidar a los terribles hombres del norte, a los paganos que llegaban, saqueaban las costas y se iban.

Ellos aquí tampoco hicieron tentativa de asentarse como en Normandía o en Sicilia, lugares donde, como es lógico, la huella es mayor.

En nuestro sistema educativo, con tantas carencias en materia de humanidades, cultura clásica, ¿cree que no estaría de más también incidir en el conocimiento de esta mitología nórdica, que, al fin y al cabo, es también cultura nuestra?

— A mí la mitología me sirvió desde que tenía once años. Yo empecé a aficionarme a ella en una enciclopedia que había en el colegio donde yo iba. No sé por qué. No sé de dónde nació ese interés, pero yo empecé a buscar personajes mitológicos de todos lados.

La sensación de misterio, de aventura, de entusiasmo, de curiosidad que a mí me despertaba aquello no sé hasta qué punto existe en las escuelas y no sé hasta qué punto se fomenta, pero, desde luego, creo que se debería animar a los niños a que conocieran la mitología. Porque la mitología está en todo y todo, o buena parte de nuestra vida, se puede explicar con la mitología.

Hay que tener en cuenta algo. Cuando lees mitología, cuando conoces los miedos, los afanes, pero también la alegría, el amor de aquellas gentes te das cuenta de que la mitología es un puente larguísimo entre ellos y nosotros. Y te sirve para darte cuenta de que si ellos salieron adelante, nosotros también, igual que ellos.

Habla también de los apellidos y la huella de la mitología vikinga en ellos…

— Buena parte de nuestros apellidos más populares, más repetidos, son de raíz germana, visigoda: Fernández, Pérez, Martínez…, hijo de Fernando, hijo de Pedro, hijo de Martín… Gómez, hijo de Gomesco, que era un nombre visigodo.

Eso lo trajeron ellos, y los visigodos originalmente venía de Gotland, en Suecia, y allí también usaban los apellidos patronímicos: Erikson, hijo de Erik; Gudricson, hijo de Gudric…

En ese sentido, quien se llama en España Fernández, Martínez, Pérez y todos los demás algo de vikingo tiene.

¿Qué próximo proyecto tiene? ¿Qué próximos mitos explorará?

— Desde aquí, desde España, y siendo un escritor español, sin duda hay que mirar hacia el otro lado del Atlántico. Imagina incas, aztecas, mayas… Teniendo en cuenta que fueron civilizaciones que sometieron a otros pueblos y se quedaron con sus mitos.

Son unos mitos riquísimos y que, aunque parezca que no, guarda muchas similitudes con mitos de otras civilizaciones que jamás se encontraron.

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