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Andrés Amorós
Crónica deAndrés AmorósMadrid

Con toros flojos, todo flaquea

El esfuerzo de Daniel Luque queda a medias por el escaso juego de los toros de Alcurrucén

Daniel Luque, con el tercero de la tarde, toro con una preciosa capa

Daniel Luque, con el tercero de la tarde, un toro con una preciosa capaEFE

Acuden a Las Ventas los aficionados hablando con emoción de la sorpresa que dio el miércoles Fortes, mucho mejor torero que antes. Torean este jueves primeras figuras y vuelve a colgarse el cartel de «No hay billetes», con un enorme ambiente. Ya ve, señor Urtasun: la Fiesta apenas interesa ya a nadie…

Siempre me ha extrañado que toreen juntos muchas tardes Castella y Perera porque tienen estilos semejantes. Ya Cervantes elogiaba la variedad, en las obras literarias; en los carteles taurinos, también es conveniente.

Los toros de Alcurrucén no dan el resultado esperado: flojos, blandos, justos de fuerza y casta, no transmiten emoción. Me cuentan que ha habido baile de corrales, por la mañana: han tenido que sustituir varios de los toros previstos. Tres diestros poderosos se estrellan con estas reses: se salva a medias Daniel Luque, por su esfuerzo y su gran capacidad.

Sebastián Castella ha vuelto con más ganas, después de su parada. Al primer toro lo pican trasero y muy poco. Tienen razón los que protestan: «¡Hay que picar!». Despreciar la suerte de varas es muestra de mal aficionado y uno de los mayores pecados de algunos taurinos modernos. A banderillas llega el toro bastante parado. Brinda al ganadero López Gibaja. Comienza haciendo el poste, con un toro noble pero apagado. En el centro del ruedo, traza correctos muletazos pero el toro transmite muy poco: le falta viveza, alegría, bravura. Surge la división de opiniones entre los exigentes y los complacientes; yo tengo que estar con los primeros. Mata caído. No ha pasado casi nada: ésta no es la emoción de una corrida de toros.

Sebastián Castella, este jueves en Las VentasEFE

Flaquea claramente el cuarto después del primer puyazo y lo devuelven. El sobrero, de Zacarías Moreno (encaste Domecq), es bajo, no entra por los ojos; tardea en el caballo, también lo pican muy poco, pero va largo, en banderillas. Se luce con los palos Viotti y, en la lidia, Chacón. Brinda Sebastián al público. Cita desde el centro y el toro acude galopando con alegría a los habituales muletazos cambiados; tardea pero, cuando se arranca, va largo y repite; transmite emoción, lo que hemos echado de menos toda la tarde, aunque los muletazos sean desiguales. Prolonga Castella el trasteo, como suele, y surge la división de opiniones, en el final encimista. Mata mal: con salto, caído, aunque algunos aplaudan que el toro caiga rápido: petición de oreja con fuerte división. Así estamos…

Con el palmarés de éxitos que posee, no sé por qué Miguel Ángel Perera no tiene más gancho popular. Es, sin duda, uno de los diestros más poderosos, más capaces. En la Feria de Abril de este año lo hemos visto en muy buen momento.

Miguel Ángel Perera, con el quinto de la tardeEFE

Sale el segundo toro echando las manos por delante, rebrincado; en varas, se limitan a pararlo porque está muy justo de fuerza. Se repiten las protestas y vuelven a tener razón. Acude a la muleta pero sale suelto. Con gran técnica, Perera lo va metiendo en el engaño, muestra su dominio en los suaves circulares pero el toro transmite muy poco. Suena el aviso antes de entrar a matar. Todo lo emborrona con los aceros: dos pinchazos y tres descabellos.

Ilusiona el nombre musical del quinto, Tambor, pero también sale frío: no es raro, tal como se está poniendo la tarde, después de dos horas de corrida, cuando faltan por lidiarse dos toros. También lo pican trasero y también sale suelto; en la muleta, repite pero intenta irse, al final del pase. Se ha desatado una ventolera fría, que complica todo. Se esfuerza Perera por sujetarlo pero la faena no remonta. No lo ve claro con la espada y es empitonado por la espalda, después del segundo pinchazo; necesita tres, antes de dejar media defectuosa: suena un aviso.

Suelo repetir que, en estos momentos, Daniel Luque me parece el mejor lidiador. (Morante, artista y lidiador, es un caso aparte). El pasado domingo, con los toros de La Quinta, no estuvo mal pero tampoco estuvo bien: para una figura de su categoría, en San Isidro, eso es poco, tiene que apretar más. Entre otras cosas, porque rivaliza a distancia con Roca Rey, que torea el viernes. El peruano no acepta esa rivalidad directa, en los ruedos. Para demostrar que se equivoca, Luque necesita dar el do de pecho, esta tarde.

Daniel Luque, con la capa ante el primero de su loteEFE

Tarda en salir el tercero, de preciosa capa: nada menos que castaño listón, lucero, bragado, meano (según el lugar de las distintas manchas blancas). Lo recibe Luque con capotazos mandones pero el toro mansea, sale suelto y también le miden el castigo. En banderillas, el toro espera y acaba huyendo a chiqueros: la lidia se hace premiosa, le dan muchos capotazos. Luque lo sujeta, con la pierna flexionada, metiéndolo en la muleta. El toro transmite poco: la seguridad del torero es tanta que roza la suficiencia. Tira la ayuda y logra luquecinas impecables. Mata de media defectuosa y saluda. La conclusión es fácil: ha estado bien pero un diestro tan poderoso necesita más toro.

El sexto tiene también nombre de instrumento musical, Cornetillo, pero ya en los lances de salida blandea, sale suelto. No dice nada. A pesar de eso, lo brinda al público: es su último toro de la Feria y no quiere irse así… Luque tantea, prueba, le consiente al toro. Con gran facilidad, se lo enrosca a la cintura, lo lleva imantado en la muleta, le saca todo lo que tiene y más. Logra excelentes naturales, ligados con el de pecho. Termina metido entre los pitones, cuando el toro se ha apagado del todo. Mata de una buena estocada. Sin triunfo, ha demostrado su capacidad y su actitud. Le ha faltado toro.

Alberto Núñez Feijóo y la diputada Noelia Núñez, en la barreraEFE

Mis conclusiones son tan claras como un teorema matemático: 1/ En Madrid, hoy en día, la pasión por la Fiesta sigue muy viva. 2/ El público no tiene por qué saber si ha habido o no baile de corrales: enjuicia los toros que salen al ruedo. 3/ La suerte de varas es una parte fundamental de la lidia, no se puede suprimir sin que toda la Tauromaquia se venga abajo. 4/ No se debe aplaudir una estocada mal ejecutada, aunque el toro caiga rápido. 5/ Para mostrar sus cualidades, los toreros poderosos necesitan toros fuertes, encastados, bravos; si no, todo queda a medias. 6/ Dos horas y tres cuartos es una duración muy excesiva para una corrida de toros.

Repito una vez más lo que escribió don Manuel Machado sobre «La fiesta nacional»; es decir, sobre «el primero / espectáculo español» : «La hermosa fiesta bravía / de terror y de alegría / de este viejo pueblo fiero… / Oro, seda, sangre y sol».

Sin toros fuertes y bravos, toda esta emocionante belleza se viene abajo.

FICHA

  • Madrid. Plaza de Las Ventas. Feria de San Isidro. Jueves, 23 de mayo. Cartel de «No hay billetes». Toros de Alcurrucén: en general, nobles pero justos de fuerza y casta; 4º, sobrero de Zacarías Moreno, con movilidad, manejable.
  • SEBASTIÁN CASTELLA, de tabaco y oro, estocada caída (silencio). En el cuarto, estocada caída, con salto (petición de oreja y saludos, con fuerte división).
  • MIGUEL ÁNGEL PERERA, de azul marino y oro, dos pinchazos y tres descabellos (silencio). En el quinto, tres pinchazos, media defectuosa y descabello (aviso, silencio).
  • DANIEL LUQUE, de gris plomo y oro, media defectuosa (saludos) En el sexto, buena estocada (aviso, ovación de despedida).