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Imagen del San Juan Bautista Niño de Miguel Ángel antes de su destrucción

Imagen del San Juan Bautista Niño de Miguel Ángel antes de su destrucciónWikipedia

La obra maestra de Miguel Ángel destruida por los republicanos en la Guerra Civil

El San Juan Bautista Niño, o San Juanito, era la única escultura de Miguel Ángel en España, pero los milicianos republicanos la destruyeron en 1936

Poco quedó de la pequeña escultura en mármol de San Juan Bautista Niño, o San Juanito, como se la conoce coloquialmente.

La única obra de florentino maestro del renacimiento italiano Miguel Ángel Buonarroti en España fue objeto de la ira anticatólica de las milicias izquierdistas durante la Guerra Civil.

Los milicianos asaltaron la capilla del Salvador de la ciudad de Úbeda, donde se custodiaba desde hacía cerca de 400 años, y se ensañaron con la escultura. Tal vez la delicadeza de la factura de la escultura surgida del mismo cincel que esculpió la Piedad o el Moisés.

Tal vez la sencillez de la fe cristiana reflejada en la piedra esculpida. Tal vez la simple ignorancia y la rabia causada por el odio sectario a la Iglesia llevó a los milicianos a machacar los trozos rotos de la escultura repartidos por el suelo.

Reconstrucción del San Juan Bautista Niño de Miguel Ángel

Reconstrucción del San Juan Bautista Niño de Miguel ÁngelEuropa Press

Poco quedó del mármol de Miguel Ángel. Únicamente pudieron rescatarse 14 trozos, el más grande de ellos correspondía a la parte superior del rostro de San Juan niño.

La escultura había llegado a España procedente de Florencia en el siglo XVI, regalo del duque Cosme I de Médici a don Francisco de los Cobos, secretario de Carlos V.

Por avatares de la historia y de los matrimonios de conveniencia, los títulos nobiliarios de don Francisco de los Cobos acabaron integrados en la Casa Ducal de Medinaceli, por lo que la escultura de Miguel Ángel acabó entre sus posesiones.

Tras la Guerra Civil los restos del San Juan Bautista Niño permanecieron custodiados en la capilla del Salvador, hasta que en 1994 se encargó a un prestigioso centro de restauración de Florencia la recuperación de la estatua, tarea que llevó cerca de 20 años.

Más que una restauración, ya que prácticamente nada quedó de la estatua original, lo que se ejecutó fue una reproducción en la que se han integrado los restos que se salvaron de la escultura original.

Obviamente, el San Juan Bautista Niño es irrecuperable, pero, al menos, su reconstrucción permite tener una idea fiel del Miguel Ángel de España perdido por culpa del odio anticlerical de la izquierda y permanece testigo de una memoria histórica verdadera de la que Sánchez y la izquierda española actual nada quieren sabe.

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