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25 de abril de 2024

Del hombre carnal al hombre digital de Agustín Domingo Moratalla

Portada de «Del hombre carnal al hombre digital» de Agustín Domingo MoratallaTEELL

El humanismo actualizado, vitaminas para sobrevivir en la era digital

Agustín Domingo Moratalla nos conduce por los retos del hombre de hoy a través de distintos ensayos sobre el cambio generacional, la emergencia educativa y sus múltiples problemas

Del hombre carnal al hombre digital de Agustín Domingo Moratalla

TEELL / 240 págs.

Del hombre carnal al hombre digital

Agustín Domingo Moratalla

Los cambios van más deprisa que nuestra capacidad de adaptación. Desde las tribus primitivas hasta hoy, el ser humano evoluciona adaptándose al medio y transformándolo. En esto consiste la cultura que determina y define lo que somos, nuestra propia comprensión, es decir, el humanismo. Ahora estamos inmersos en uno de esos procesos evolutivos culturales caracterizado por revolución digital. Esta nueva era digital se ha acelerado en los últimos años por culpa de la pandemia. En este contexto, Agustín Domingo Moratalla, catedrático de Filosofía Moral de la Universidad de Valencia nos proporciona vitaminas que permiten leer y comprender el presente. Y es de agradecer, porque estamos necesitados de luz para no ser hombres digitalizados, es decir, reducidos o virtuales.
¿Cómo se vive en una cultura nueva? ¿Cómo comprender lo humano y su transformación? ¿De qué forma la tecnología afecta a nuestras relaciones sociales? Estas y otras preguntas forman parte de la investigación de nuestro profesor. Desde la introducción nos propone situarnos en una posición intermedia entre los apocalípticos y los integrados; entre quienes ven solo el mal y quienes entienden el cambio como lo ideal. Si bien esta posición no es equidistante o relativista. Es la de quien tiene la necesidad de observar y pensar su época para comprenderla y vivir en ella. Así, ante los retos culturales de hoy, no tiene miedo de mirarlos de frente. La lectura de su obra nos pone en la tesitura de pensar sobre nuestro presente, no surfeando la realidad, sino situándonos en medio de ellas para ser capaces de iluminar el camino del hombre. Y a fe que lo consigue, gracias a un estilo sencillo y directo que parte siempre de la experiencia para, desde ella ser capaz de emitir un juicio iluminador de la realidad.
Este recurso a la experiencia en un mundo tan dinámico y cambiante es un acierto del autor porque nos pone delante de los ojos un camino siempre posible. Una experiencia que no concluye en un juicio no es verdadera experiencia ya que no ayuda a la comprensión de todas las dimensiones del problema. ¿Cuáles son los pasos de esta experiencia? Domingo Moratalla nos conduce por los retos del hombre de hoy a través de distintos ensayos sobre el cambio generacional, la emergencia educativa y sus múltiples problemas, la ciber democracia, la soledad, la necesidad de Dios en la era digital, así como las nuevas fronteras de lo humano (la IA y la bioética).
Mirando cada uno de esos rincones, se nos propone un juicio certero que nace de la experiencia, de la vivencia del hombre de hoy, sin negar las contradicciones y las dudas que los cambios digitales nos proporcionan. Así, por ejemplo, cuando nos pone frente al desafío educativo de hoy, lo hace desde situaciones reales vividas que nos llevan hacia una racionalidad del problema en cuestión. De esta forma, los retos de la educación se manifiestan como soluciones posibles para el bien del hombre. Por eso, nos provoca afirmando que «la potencia con la que la cultura digital está irrumpiendo en nuestras aulas no dejará indiferente a nadie. Todos tendremos que posicionarnos de nuevo ante un horizonte educativo que nos está desbordando y todos tenemos que reconstruir el tipo de humanismo que estamos transmitiendo». O, cuando se pregunta por las cuestiones políticas y las redes: «también pueden levantar muros porque muestran inmediatez incívica, irreflexividad demagógica y, sobre todo, un cortoplacismo totalitario para el que deberíamos empezar a vacunarnos».
El hombre de hoy habita una nueva realidad, una nueva carnalidad. Como todos hemos podido experimentar, debemos atravesar las pantallas y hacerlas habitables, a sabiendas que la tentación más inmediata es sustituir la carne por lo digital. ¿Qué humanismo debemos construir y transmitir para adecuarnos a los retos culturales de hoy? Ante los retos de la soledad o la cibernética, hay un aspecto que no debe faltar en el horizonte de lo humano: «ha llegado el momento de pensar la misericordia con categorías culturales nuevas en contextos culturales complejos”, mirando a la tradición, a Santo Tomás que, en palabras de nuestro, autor, «la misericordia se orienta a aquellas personas que, sean quienes sean, se sienten afligidas por un mal importante». La nueva cultura digital será humana, y engendrará un nuevo humanismo si acogemos al otro, si lo digital acoge en la carne.
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