Fundado en 1910

29 de abril de 2024

Cubierta de 'La malnacida' de Beatriz Salvioni

Cubierta de La malnacida de Beatrice SalvioniPenguin Libros

'La malnacida': amistad, violencia y abusos en la Italia de 1936

Beatrice Salvioni debuta con una novela sobre dos niñas, su barrio y sus familias en plena Monza del fascismo, con Mussolini de fondo

El 2 de octubre de 1935, en las radios de Italia y los altavoces de las plazas en las que se congregaban miles de hombres y mujeres, sonaba la voz de Benito Mussolini mientras pronunciaba el discurso con el que se declaraba la guerra a Etiopía. «Veinte millones de italianos, pero un único corazón, una única voluntad, una sola decisión. Esta manifestación debe demostrar al mundo, y de hecho lo demuestra, que Italia y el Fascismo constituyen una identidad perfecta, absoluta e inalterable».
Esas palabras resuenan en La malnacida, el debut literario de Beatrice Salvioni (Monza, 1995), que ha publicado este año Lumen y que se ha convertido en un tremendo éxito de crítica. No le falta razón a la obra, muestra de madurez de una autora formada en la Scuola Holden y que se graduó en Filología Moderna por la Universidad Católica de Milán.

Pronunciar su nombre traía mala suerte. Era una bruja, de esas que le pegaban a una el aliento de la muerte. Tenía el demonio dentro y yo no debía hablar con ella.La malnacidaBeatrice Salvioni

Francesca vive en Monza, tiene 13 años y yace a orillas del Lambro tras sufrir un intento de violación. Un hombre muerto está sobre ella. Su amiga Maddalena, a la que llaman La malnacida, cierra los ojos del cadáver, cubierto de ramas. «Nada en su cara recordaba al chico descarado y elegante que fue, con pantalón largo de raya bien planchada y el pasador con el haz de lictores y la bandera italiana», reza el prólogo. Un seguidor de Mussolini, ahora muerto, había tratado de abusar de la niña. Es la base de la novela de Salvioni.
Dos amigas que sufren para llegar a serlo pero que son libres para tratar de conseguirlo. Maddalena no está bien vista porque parece que quien trata con ella muere. «Por una parte, estaba la vida tal y como yo la conocía; por la otra, tal y como ella me la mostraba. Y lo que antes me parecía correcto se deformaba como mi reflejo en el agua de la pila cuando me lavaba la cara», relata Francesca. La vida transcurre en Monza mientras las rodea un ambiente humilde, familias con humanas fisuras, juegos en la calle y tenderos violentos. Y una pandilla en busca de libertad. «Sentía remordimientos por crecer», sirve como resumen.
Cubierta de 'La malnacida' de Beatriz Salvioni

LUMEN / 256 PÁGINAS

La malnacida

Beatrice Salvioni

La malnacida es llamativa por su dureza y por la sensibilidad con la que narra la historia de amistad –y en cierta forma de amor– de dos niñas que forman un tándem inolvidable. También por cómo retrata la naturalidad de una ciudad en la que los personajes pasan como en una obra de teatro. La Monza de Francesca y Maddalena, con sus casas, sus fruterías y sus plazas, en ocasiones es gris, pero otras veces tiene mucha luz y en ella huele a guiso casero cuando se entra en una intimidad familiar que a veces es más dura que la propia vida.
Salvioni retrata una etapa de Italia con aristas. El fascismo de Mussolini envuelve la obra y con algunos personajes plantea un enfoque sombrío de los hombres y la masculinidad, sin matices ni reservas, que puede ser tan cierto como lo plantearían los estereotipos. Ahí están, quizá, Tiziano y el señor Colombo.

Un fascista de verdad cumple su palabra, señor Strada. Obtendrá la contrata.La malnacidaBeatrice Salvioni

Más allá de lo político, aunque también influye, se encuentran las familias. Aquí los papeles femeninos también tienen importancia. Hay dos madres que se diferencian tanto como otras dos madres cualquiera. Las relaciones familiares son difíciles, naturales, nada exageradas. Salvioni retrata una realidad bien distinta en la casa de la Malnacida y en la de Francesca. Un hogar en el que los personajes dan forma a su vida entre gritos, gestos cariñosos, broncas, consejos y flirteos alejados del matrimonio y próximos al poder y al qué dirán.
Un hogar en el que sonaba la radio, que trasciende más allá del mero elemento decorativo. «Mi padre solo la usaba para escuchar los discursos de los mandamases de Roma, pero cuando Carla estaba sola en casa la radio difundía música», relata Francesca cuando la asistenta cantaba Dammi un bacio e ti dico di sì, un tema que suena en Non ti conosco più, la cinta dirigida por Mario Bonnard y Nunzio Malasomma estrenada en 1936 en la que Vittorio De Sica interpreta al professor Spinelli.

—Nunca jugamos a fingir.
​—¿Por qué no?
​—Porque fingir es peligroso.
La malnacidaBeatrice Salvioni

La relación con el resto de personajes también está muy bien dibujada. Y es interesante por lo diferente. Con el oscuro Tresoldi, dueño de la tienda de frutas y verduras, no encajan bien, aunque termina viéndolas con otros ojos. «Robar no está bien, pero vosotras dos tenéis un coraje que para sí querrían los soldados», les llega a decir. Distinto es Noè, su hijo, cariñoso, empático y enamoradizo. Filippo y Matteo, de la pandilla, se transforman. Los celos.
La edición de Lumen está traducida por Ana Ciurans Ferrándiz y los derechos de la obra se han vendido para una adaptación de televisión, por lo que se intuye que queda Malnacida para rato.
Comentarios
tracking