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Cubierta de Habitación sin vistas

Cubierta de Habitación sin vistasAnagrama

'Habitación sin vistas. Diario de guerra en Tel Aviv'

En este diario, el escritor israelí Dror Mishani realiza un relato intimista y comprometido desde un Israel en shock tras los atentados del 7 de octubre

Escribir sobre el conflicto palestino-israelí no es nada fácil, especialmente cuando se hace huyendo de apriorismos ideológicos y tratando de buscar el entendimiento entre las diferentes partes. Se lo dice alguien que lleva un tiempo dedicado a investigar este difícil asunto y a hablar sobre él, y que constantemente comprueba cómo se trata de un tema sobre el que es difícil mantener un debate sereno en el que se intenten entender todas las posiciones.

Cubierta de Habitación sin vistas

Traducido por Sonia de Pedro
Anagrama (2025). 181 páginas

Habitación sin vistas. Diario de guerra en Tel Aviv

Dror Mishani

Y si es delicado pronunciarse desde España, imagínense hacerlo desde el Israel posterior a los ataques del 7 de octubre. Más aún si tenemos en cuenta que el que lo hace es conocido por su postura antibelicista y favorable al entendimiento con los palestinos. Este es el caso de Dror Mishani, un afamado escritor israelí de novela negra a quien los ataques del 7 de octubre cogieron desprevenido en una feria literaria de Francia.

Mishani, aturdido por las noticias que veía en la televisión y alarmado por el estado de su familia en Israel, decidió coger el primer vuelo que pudo de vuelta a Tel Aviv. Una vez allí, comenzó a escribir un diario para recoger sus impresiones y sus reflexiones sobre el desarrollo de los acontecimientos en la región. Este diario acaba de ser publicado en español con el título de Habitación sin vistas. Diario de guerra en Tel Aviv, y constituye un relato de primera mano de cómo se vivieron en Israel las semanas posteriores al bárbaro ataque perpetrado por Hamás.

El relato, que abarca unos cinco meses, nos muestra a una nación en estado de shock, un país noqueado tras un ataque de unas proporciones y de una violencia nunca vistas hasta entonces. Mishani refleja de manera vívida cómo los atentados del 7 de octubre, que provocaron 1.200 muertes y el secuestro de unos 250 rehenes, hicieron revivir en la sociedad israelí el trauma del Holocausto, un referente histórico que, lejos de ser algo lejano en el tiempo, es una realidad inserta en el alma nacional y siempre presente en la mente de los israelíes, especialmente de los judíos.

Lejos de mostrarse insensible ante el sufrimiento de su pueblo, Moshani demuestra durante su diario que es partícipe de ese dolor. Lo que le diferencia del resto, y lo que hace especial a este relato, es que, en medio de ese aturdimiento y del ansia de venganza generalizada que sacudió a la sociedad israelí en los días posteriores al ataque, Mishani es capaz de mantener la cabeza fría y de preguntarse si la venganza sobre Gaza constituye una buena idea, y hasta qué punto responder a la violencia con más violencia logrará solucionar de manera definitiva el conflicto.

Lejos de presentar una opinión dogmática o categórica, Mishani se limita a formular preguntas retóricas en las que se cuestiona sobre cuál debe ser la respuesta de Israel, y qué futuro espera a la nación si continúa con su política de represalias hacia los civiles palestinos.

A través de estas preguntas, de las referencias a algunos fragmentos bíblicos que ponen de manifiesto sorprendentes paralelismos con la situación actual, queda clara la postura de Mishani, para quien el modo de responder por parte del gobierno de Netanyahu, lejos de solucionar el conflicto, solo logra que el sufrimiento pase de un lado de la valla al otro, haciendo que el horizonte en la región se torne cada vez más oscuro. Algo que el autor manifestaba ya en los días posteriores al 7 de octubre, mucho antes de la invasión de la Franja, al señalar que «de una Gaza devastada y hambrienta regresará a nosotros ese sufrimiento, agigantado. Y eso ocurrirá dentro de un año, de dos o de cinco».

Ahora bien, a pesar de que el diario tiene un tono eminentemente pesimista, también contiene algunos fragmentos que invitan a la esperanza. Entre ellos, destaca uno en el que el autor invita a su nación a pensar: «Pensar no solo en cómo atacar o en cómo evitar el próximo ataque, sino también en la manera en que queremos vivir aquí con nuestros vecinos, aunque parte de ellos sean hoy nuestros enemigos, pero no todos lo son, y eso es necesario recordarlo, recordar que tal vez algún día, si ellos lo desean y eligen a unos líderes mejores que los de Hamás y si también nosotros elegimos a unos líderes mejores, podríamos vivir en buena vecindad y paz». Recemos por que así sea.

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