Lecturas para junio

Se ha instalado casi abruptamente, de golpe, tal vez de tan deseado. El buen tiempo por fin ha llegado y, con él, la mirada nueva, deseosa, más viva, hacia el exterior. El buen humor, el cuerpo más ligero, el pensamiento en las vacaciones. Aquí en Celama, librería abierta el pasado enero, cada mes es nuevo todavía, así que la bienvenida a junio la damos con doble entusiasmo.

En nuestro primer artículo de recomendaciones, que procurarán ser siempre variadas en géneros, hemos seleccionado dos novelas nuevas que sintonizan con la liviandad de la estación, unas memorias ligadas al lenguaje, un breve ensayo sobre arte e historia y dos reediciones de clásicos de nuestra literatura:

Los paisajes naturales y humanos de su Noruega natal otorgan un ambiente de quietud, introspección y misterio a la obra de Tarjei Vesaas, de quien pudimos disfrutar la lírica novela El palacio de hielo (Trotalibros, 2021) y, ahora, descubrimos Los pájaros (Nórdica, 2025). Una historia muy sencilla, narrada de forma escueta y bellísima, sobre un hombre, Mattis, cuyo apodo en el pueblo (el Simplón) cruelmente resume su vida: una existencia siempre a la espera de algo. Algo que le permita encontrar una función, un papel que desempeñar, una misión, algo que le haga sentirse igual que los demás, y no por debajo. Una historia sobre la bonita capacidad de ver brotar milagros constantemente alrededor (un ave que sobrevuela una casa, un paseo en barca a dos turistas), y un anhelo muy hondo de ser aceptado, respetado y querido.

«Nacer cada verano: en cada vacación venir al mundo». Una maravilla de libro, narrado en segunda persona, que recorre cada año de la vida de Jonás en el mejor y más feliz entorno que todos guardamos en la memoria: los veranos del pueblo. La amplitud del espacio, los días infinitos, los juegos, la familia y las pandillas, el perezoso letargo de la despreocupación. Y crecer, claro. Cómo los paisajes rurales, la familia y las pandillas se van moldeando a nuestros ojos conforme el mundo de allá lejos, el de fuera del campo, el del resto del año, nos va moldeando a nosotros sin quererlo y se va metiendo en nuestro día a día, ese día a día antes tan simple, inconsciente e instintivo; la cotidianeidad sin horas ni futuro de la niñez. Una lectura agradable y preciosa.

María Luisa Bombal pertenece a ese heterogéneo y apasionante grupo de escritoras del siglo XX medio olvidadas, medio desaparecidas entre estanterías de lectores avispados que, en su discreto pero tenaz boca a boca, tratan de hacer justicia y compartirlas con el mundo. La editorial Bamba, joven y sin duda tenaz, está reeditando varios de esos nombres: Elena Quiroga, Elena Garro, Ana María Moix. Su última apuesta es Escribir como nace la tierra, una cuidada reedición de un conjunto de entrevistas concedidas por la autora chilena donde, principalmente, habla sobre su dolorosa e inevitable vocación de escritora, y su relación con el lenguaje, sus libros, la vida. «Cualquiera puede escribir», dice, «lo difícil es crear entregando un secreto del alma que nadie ha descubierto». Una mujer apasionada y muy personal por descubrir.

Qué placer, la colección breve de la editorial Acantilado. Tanto sus novelas cortas como sus ensayos son siempre una apuesta segura, un lugar confiable. El filósofo Rafael Argullol publica en ella El Quattrocento. Arte y cultura del Renacimiento italiano, un delicioso paseo por el contexto cultural de la Italia del siglo XV. En capítulos cortos, ágiles, realiza un repaso por todos los condicionantes que dieron lugar a uno de los fenómenos más populares y relevantes de la Historia del Arte, así como por sus símbolos, términos y nombres más representativos. Un pequeño volumen con fotografías para aprender o refrescar conocimientos a través de una palabra elegante, detallista y amena.

Este año se celebra el 100 aniversario del nacimiento de Ana María Matute, y la editorial Destino está reeditando algunas de sus obras más icónicas. La última en llegar es Los niños tontos, antología de relatos brevísimos, casi fugaces cuadros («El niño que era amigo del demonio», «El año que no llegó», «El niño que no sabía jugar»), que recorren la posguerra española con ese aura intimista, evocador y delicado de Matute, ese abordar la infancia desde su inocencia natural hacia el brusco despertar a un mundo triste, hostil, injusto. Hacia un dolor de mundo prematuro. El emotivo prólogo de María Paz Ortuño y las ilustraciones de Conrad Roset hacen de esta edición un homenaje precioso y único a esta obra, y a toda la literatura de Matute.

Chaves Nogales, autor ya de culto en nuestra literatura, está siendo merecidamente reivindicado en los últimos años. Junto a sus Diarios de la Segunda Guerra Mundial, que acaba de publicar El Paseo Editorial, el sello Lunwerg ha lanzado una edición ilustrada de su obra canónica, A sangre y fuego. Lo que hace especial esta propuesta son las ilustraciones de David de las Heras, artista que en Celama admiramos mucho. A su estupendo trabajo en ediciones como Campos de Castilla de Machado, Otras crónicas marcianas de Bradbury o distintos títulos de García Márquez, ahora dibuja, con sus icónicas tonalidades y delicadas escenas, estos relatos autobiográficos del gran periodista sevillano sobre la Guerra Civil española. Un recorrido árido narrado, y ahora ilustrado, de forma exquisita.