Fundado en 1910

04 de mayo de 2024

Maria Curiel
Maria Curiel

Vuelve Pereza, que pasa de las baldosas del Siroco a las tablas del Wizink 13 años después

Pereza demostró que no estaban muertos, solo de cervezas por Antón Martín y recordando aquellos tiempos en los que juntos levantaron su Madrid

Actualizada 07:25

El músico español Leiva durante el concierto ofrecido en el Wizink Center, en Madrid

El músico español Leiva durante el concierto ofrecido en el Wizink Center, en MadridEFE

Aquellos que cantaban a su «estrella de los tejados» han vuelto a hacer de su Madrid de cañas en Casa Paco y noches en Siroco la sede de su particular pop-rock. Pereza volvió a la ciudad que les vio nacer y reventaron la capital con todos esos himnos que ya son eternos para toda una generación.
Comenzó un Rubén Pozo, en calidad de telonero y protagonista escondido, animado y humilde ante un público reducido pero entregado que cantó a pleno pulmón todos esos acordes que se quedaron en los tímpanos de los que crecieron en los años 2000.
Rubén Pozo, exvocalista de Pereza, con copita en mano y fiel al estilo del grupo, nació para estar en un conjunto y demostró a todo el Wizink que nació también para «quemar rueda en una furgoneta». Siguió Rubén con temas suyos y del que siempre será su grupo, como Guitarra española, Pirata, Matar al cartero o Chavalita. Finalizó su repertorio con uno de los grandes temas de Pereza: Margot, aquella «reina del curso 92», en la que el público se entregó hasta reventar la garganta.
Dejó paso al rey de la noche, un Leiva entonado, potente y con ese toque desganado vocalmente que conquistó al público desde los primeros acordes de Sincericidio. Sonaban los «te quieros» y sin darse cuenta los fans estaban ya inmersos en una Guerra Mundial de la que no salieron ilesos. Volaron copas, y con ellas todos esos temas de su disco más reciente, acompañado del dulce sonido de Esmeralda, compañera de voz y furgoneta.
El músico español Leiva durante el conciertos en el Wizink Center, en Madrid

El músico español Leiva durante el conciertos en el Wizink Center, en MadridEFE

Cuando todo el mundo pensaba que Rubén iba a volver a las tablas para cantar con su querido amigo del barrio, Iván Ferreiro sorprendió con su entrada triunfal, perfectamente introducida por su gran amigo Leiva: «Yo tenía 19 años cuando conocí a uno de esos condenados a ser amigos». Tras este aviso a navegantes, un estelar Ferreiro sorprendió con su himno Turnedo, que mezcló con diversos versos de temas puramente españoles y acabó con un coreado «barras de bar, vertederos de amor» y el instrumental que tanto caracteriza a la canción estrella del gallego.
Volvió Leiva en solitario para interpretar Vis a vis. Pidió silencio al público y ausencia de pantallas, orden que sus fans respetaron y convirtieron en uno de los momentos más mágicos de toda la noche. Al comenzar a entonar «qué bonito mirar la sombra que hacen las rejas, mientras meto las orejas en el centro de tu andar», las 17.000 personas que adornaban el Palacio de los Deportes se mantuvieron en silencio, mientras Leiva disfrutaba sin flashes una de las canciones más emotivas de su repertorio.
En La Llamada Leiva se recreó en su silueta, tan reconocible por el sombrero que siempre adorna su cabeza. Tras esto, anunció que después de 13 años «que se acumulan en el pecho y en la tripa» volvería a cantar con su gran amigo Rubén Pozo y por tan solo unos minutos Pereza volvió a sonar en las calles de la capital: «Siento que esa decisión que tomamos de separarnos fue muy madura. Siento mucho orgullo por lo que hicimos tan pequeños por evitar que se distorsionase una amistad que se regía por los códigos de barrio».
Tras fundirse en un abrazo eterno y recalcar Leiva que Rubén ayer mismo estaba ingresado por neumonía –«si me tengo que morir, moriré delante de vosotros», sentenció Pozo– empezaron a sonar los acordes de Madrid, oda a la Villa que el público siguió con gran euforia. Con Estrella Polar las manos se alzaban al cielo, gritando la vuelta de ese grupo que marcó a tantos.
Leiva durante el concierto en el Wizink Center

Leiva durante el concierto en el Wizink CenterEFE

Dio Leiva un respiro a los nostálgicos y volvió con uno de sus temas más radiofónicos, No te preocupes por mí, canción que dejó cantar al público sin reparo y con todo el entusiasmo del que acaba de empezar en el mundo de la música y ha llegado a la cima casi sin enterarse.
La ciudad ya estaba dormida y quedaban los de siempre cuando volvió Rubén al escenario y cantaron Princesas, sabiendo que no podían irse de la ciudad que les vio «controlar cada baldosa del baño del Siroco» sin tocar juntos su mítico canto a «lo más rock and roll de por ahí»: Lady Madrid.
Aunque falló Eme, estaba más presente que nunca, y Pereza demostró que no estaban muertos, solo de cervezas por Antón Martín y recordando aquellos tiempos en los que juntos fueron todo. Leiva se corona en estas jornadas navideñas como rey del Wizink Center, sabiendo que si quiere puede hacerse con el estadio del equipo al que canta Partido a partido, o con el que le dé la gana.
Comentarios
tracking