
El cantante Raphael en el Festival de Viña del Mar
Raphael, el Elvis español que ha vencido a la «r», a la «c», a los bises, a la ideología y a la muerte
A casi todo le ha dado la vuelta incluso inconscientemente, pero sobre todo con lucidez preclara
No se parecen en nada y sin embargo sí. Elvis fue Elvis y Raphael es Raphael, pero durante un tiempo ambos dejaron a un lado su voz prodigiosa para hacer películas que, buscando potenciarla, en realidad la ocultaban.
Fue durante el rodaje de una de ellas cuando conoció a Ava Gardner y «el animal más bello del mundo» se lo llevó desde Acapulco hasta México D.F. para ver actuar a Sara Montiel. No se sabe qué pasó en realidad entre ambos, pero el protagonista contó que la media hora de vuelo fue la peor de su vida por las turbulencias en el aire.
Las de la tierra fueron otras, como lo son ahora las del anuncio de su grave enfermedad. La del gran Raphael es una historia de saltos, artística y personal, incluida la vez anterior en que estuvo en vilo la vida que salvó gracias a un trasplante de hígado.
Ya se sabe que la «ph» de Raphael se le ocurrió ponérsela la primera vez que fue a grabar a la discográfica Phillips y supo que se pronunciaba «filips». Eso fue después de que un cura de Linares, fascinado por su voz, le envió con nueve años a Salzburgo a un concurso donde fue elegido como «mejor voz de Europa».Después de esto, qué no iba a poder conseguir el prodigio. Antes tuvo que aprender a pronunciar la «r» de su nombre (qué casualidad o el destino que le ponía barreras para superar) porque galleaba con la «g». Al final, cómo no, consiguió pronunciar la «r» (y cómo) y en vez de cantar con la «c» empezó a cantar con la «s» para vender más discos en Suramérica.
Una vez se creyó que un terremoto real durante un concierto era un temblor producido por su sentimiento. A casi todo le dio la vuelta incluso inconscientemente, pero sobre todo con lucidez preclara. Raphael se convirtió en un ídolo impensable donde nunca lo fueron Los Beatles (o al menos no antes): en la URSS.
De Franco a Kruschev
Se cuenta en el documental Desde Rusia con amor que la popularidad del jiennense en la Rusia comunista hizo que aumentara enormemente la enseñanza del español en sus colegios y universidades a finales de los 60. Desde la España de Franco, donde era el favorito (de Carmen Polo) a la Unión Soviética de Kruschev: un puente único de arte y cultura ajeno a las ideologías.
En esa misma película se dice que aquellas jóvenes petersburguesas de hace medio siglo aún continúan hoy cantando a Raphael como en aquel tiempo en que también sustituyó a Judy Garland (en realidad adelantó su actuación ya prevista) cuando esta se murió de repente en 1969, dicen que por una sobredosis de pastillas.
Raphael ha vencido a todos, también a los prejuicios, cuando alguien entre el público durante un concierto le gritó: «¡Hijo de puta, maricón de mierda… pero qué bueno eres!». Él respondió a aquello asegurando que era el mejor piropo que le habían dedicado, quizá el mejor ejemplo de cómo ha vencido siempre como sin luchar, tan solo siendo artista.