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30 de abril de 2024

El Grand National es una carrera muy exigente

El Grand National es una carrera muy exigenteEFE

El Grand National, la carrera en la que jinetes y caballos alcanzan el extremo

Hoy se celebra en el hipódromo de Aintree la competición hípica más exigente, pese a las suavizaciones introducidas por la presión animalista

Son 6.907 metros de infierno para jinetes y caballos; alrededor de 9 minutos de angustia para espectadores y millones de televidentes a lo largo y ancho del planeta. Son 30 obstáculos, midiendo 76 centímetros el más bajo, y 1.52 metros el más alto. Es, sobre todo, el Grand National, la carrera de caballos más espectacular que se celebra –salvo durante las dos últimas guerras mundiales– que se viene celebrando en Aintree, una barriada a las afueras de Liverpool, desde 1839.
A mediados del siglo XIX, mientras Gran Bretaña se afirmaba como primera potencia industrial, la ya consolidada burguesía y la aún poderosa nobleza hicieron de las carreras de caballos uno de los principales escaparates de su ocio. En 1838 y 1839 se produjeron tres acontecimientos significativos que transformaron el evento de Aintree en un acontecimiento nacional. En primer lugar, la Great St. Albans Chase, que había coincidido con la carrera de obstáculos de Aintree, no se renovó después de 1838, dejando un importante hueco en el calendario de carreras. En segundo lugar, a la línea ferroviaria de Manchester a Liverpool inaugurada en 1830, se unió otra desde Londres y Birmingham en 1839, permitiendo por primera vez el transporte ferroviario a la zona de Liverpool desde zonas importantes de Gran Bretaña. Por último, se formó un comité para organizar mejor el evento Estos factores dieron lugar a una carrera más publicitada en 1839, que atrajo a un mayor número de caballos y jinetes de gran calidad, una mayor cobertura de prensa y una mayor asistencia el día de la carrera.
El Grand National tiene lugar este fin de semana

El Grand National tiene lugar este fin de semanaEFE

Unos factores que perviven hoy en día y que siguen haciendo del Grand National un acontecimiento singular cada año a principios de abril cuando, el norte de Inglaterra, el invierno no termina de despedirse y la primavera tarda en instalarse: por eso, no es extraño ver a Aintree hecho una nube de paraguas y gabardinas, a diferencia de lo que ocurre, pongamos por caso, en Ascot a mediados de junio.
Pero lo importante es la subida de adrenalina que cualquiera experimenta al ver a los caballos participantes -en torno a 30 o 40- abordar cada uno de los obstáculos. Por ejemplo, el conocido como Becher’s Brook, el sexto y vigésimo segundo de la carrera, pues para que el Grand National sea válido, ha de recorrerse dos veces. La caída en esta valla suele pillar por sorpresa a los corredores. Becher's siempre ha sido un punto de vista popular, ya que puede presentar una de las exhibiciones de salto más espectaculares cuando el caballo y el jinete se encuentran con la valla a la derecha. Los jinetes deben sentarse en sus sillas y utilizar el peso de su cuerpo como lastre para contrarrestar la pronunciada caída.
Imágenes del Grand National en Liverpool

Imágenes del Grand National en LiverpoolEFE

Es así nombrada en memoria del capitán Martín Becher, que se cayó allí en el primer Grand National y se refugió en el pequeño arroyo que corre a lo largo del obstáculo, mientras el resto de la carrera se precipitaba. Se dice que Becher reflexionó más tarde: «El agua sabe asquerosa sin los beneficios del whisky». Tan peligroso es el legendario obstáculo que los organizadores permiten evitarla en determinadas circunstancias. Así fue en 2011, junto con el vigésimo obstáculo, tras una baja equina, y de nuevo en 2018 después de que un jinete fuera atendido por los médicos. Ambos episodios ocurrieron en la última vuelta.
Meros incidentes, en todo caso, en relación con la edición de 1954, en la que falleció un caballo, o a la de 1993, anulada, pese a que empezó y terminó, debido al gran número de irregularidades constatadas por los jueces de la carrera. En los últimos años, la presión de los lobbys animalistas ha logrado que se introduzcan cambios en relación con la configuración de los obstáculos –más plástico y menos madera– y en los requisitos que han de cumplir los caballos; de edad, por ejemplo. Con novedades o sin ellas, ningún caballo ha logrado batir el récord de Red Rum: tres victorias entre 1973 y 1977 en lo que sigue siendo un desafío para los equinos y para quienes les montan.
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