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29 de marzo de 2024

El jugador lamenta una ocasión en un partido con el Barça

Dembélé lamenta una ocasión en un partido con el BarçaGTRES

Caso Dembélé: unas amenazas que pueden salirle muy caras al Barça

Diversas fuentes jurídicas consultadas por El Debate aseguran que el equipo azulgrana se arriesga a que un juez obligue al club a indemnizar al jugador por rescisión de contrato

El FC Barcelona ha decidido apostar fuerte por la salida de Ousmane Dembélé. El club se ha tomado muy mal que el jugador haya rechazado sus ofertas de renovación y decidió pasar a la acción. Mateu Alemany, director de la Sección de Fútbol del club, habló para los medios oficiales blaugranas y expuso de forma pública las intenciones del club con el jugador: «Dembélé debe dejar el club».
Unas palabras que pueden volverse en contra del club azulgrana y salirle muy caras, ya que el jugador podría tomar acciones legales. Con esta declaración pública de intenciones la entidad blaugrana ha dado argumentos al jugador para que pueda defenderse en los tribunales si continúa sin ir convocado con el equipo sin una decisión de carácter deportivo o de salud.
Según las fuentes jurídicas consultadas por El Debate la manifestación pública del Barça en el sentido de que el jugador debe salir ya y que debe darse una solución inmediata, pese a que tiene contrato vigente hasta finales de junio, con manifestación en el sentido de que no se cuenta con él, que se ha perdido la confianza e incluso tomando la decisión de no convocarle para los partidos, puede suponer si se mantiene en el tiempo causa suficiente para que el jugador inste la resolución del contrato por incumplimiento grave y culpable del Club empleador. 
El artículo 50 del Estatuto de los Trabajadores habilita al jugador a solicitar judicialmente la extinción anticipada de su contrato si entiende que se le han modificado las condiciones de trabajo con perjuicio de su dignidad, lo que puede ser interpretado de las manifestaciones del Club y sobre todo de su difusión pública con lo que ello puede suponer de desprestigio profesional para el jugador. Igualmente la falta de convocatoria continuada y la posibilidad de apartarle del juego y de la convocatoria pudiera dar lugar a pedir la misma resolución por falta de ocupación efectiva. La consecuencia legal de una estimación de la demanda sería la extinción del contrato con derecho a una indemnización equivalente a la prevista para el despido improcedente.
Cabría adicionalmente solicitar daños y perjuicios si se considera, lo que es más exigente desde el punto de vista de su apreciación en términos jurídicos, que se ha vulnerado su derecho a la intimidad, al honor y la consideración debida del jugador, cuya cuantía podría ir en relación con el tiempo que resta de contrato para que el jugador quede libre o en la cuantía que pueda acreditarse por los daños ocasionados morales y económicos.

¿Puede el club obligar al jugador a abandonar la entidad?

La Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), en conversación con El Debate, denuncia que «hay un indicio de una posible presión para doblegar la voluntad del futbolista, pero serán las actuaciones futuras del club para con el jugador las que nos permitan discernir si estamos ante un acoso laboral o no».
Sobre la posibilidad de que el club decida obligar al jugador a dejar el club pese a tener contrato hasta el 30 de junio, el sindicato pone dos condicionantes:
1) «Que se produzca el despido del jugador (algo que es improbable, puesto que el Barcelona debería indemnizarle y no cumpliría con su objetivo de rebajar los costes salariales)».
2) «Que se llegue a un acuerdo entre las partes (cuestión ésta que sería la más deseable para todos)».
Salvo sorpresa el Barça mantendrá intacta su postura con el jugador, pese a que su ausencia está lastrando los planes del equipo de Xavi Hernández. El Barça se plantó en San Mamés sin su futbolista más desequilibrante y vio cómo se le esfumaba el sueño de la Copa del Rey. El Barça, vigente campeón del torneo, veía cómo el Athletic Club lo eliminaba de la competición al ganarle por 3-2 en la prórroga. Una derrota en el campo que puede trasladarse a los despachos si el francés decide llevar la amenaza culé a los tribunales. 
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