El sexto Mundial y recuperar a una selección hundida: los retos de Ancelotti en su nueva etapa en Brasil

La historia de amor entre Brasil y Carlo Ancelotti ya es real. Era un secreto a voces, pero hubo momentos en los que la llegada del técnico italiano no se dio por segura y en el que se pensó que nunca iba a ser capaz de cumplir ese deseo.

Carletto cambiará su despacho de la Ciudad Deportiva del Real Madrid, ubicado en Valdebebas, por el que tendrá, a partir del 1 de junio en Granja Comary, el centro de formación de la selección brasileña de fútbol, para cumplir lo único que le faltaba por vivir antes de poner punto y final a su carrera en los banquillos.

Ancelotti llega a una selección que está viviendo la peor racha de su historia reciente. Se da por hecho que jugará el Mundial de 2026 que se celebra en Estados Unidos, México y Canadá, pero la sensación que da la selección brasileña es que las cosas no son como antes. Por eso mismo, el reto del técnico italiano al frente de Brasil adquiere el adjetivo de mayúsculo. No es moco de pavo y se deberá de tener mucha paciencia.

El nivel y la experiencia de Carlo en los banquillos es innegable. El italiano se ha ganado con el paso de los años ser considerado uno de los mejores entrenadores del mundo y puede decir orgulloso que ha conseguido todo lo que se puede ganar a nivel de clubes en el fútbol europeo. Y eso es a lo que se agarra Brasil. En la Canarinha sueñan en grande y confían en que la llegada de Ancelotti les sirva para recuperar su estatus en el fútbol de selecciones, ese que tuvo por última vez en 2002, año en el que levantó su quinto Mundial y se impuso a Alemania.

Ese, el de ganar el sexto Mundial, es el reto principal al que se enfrenta Carlo Ancelotti en esta nueva etapa como seleccionador, un cargo que da más tranquilidad, que permite a los entrenadores armar un equipo a su antojo y en el que los directores deportivos pasan a un segundo plano. En Brasil confían en Ancelotti y Carletto espera aprovechar su experiencia en los banquillos para devolverle la grandeza a la mejor selección de la historia en lo que a títulos se refiere.

El de Reggiolo no tendrá esa presión añadida que hay, por ejemplo, en el fútbol de clubes. El día a día de los seleccionadores es radicalmente distinto al de los técnicos de toda la vida y Carletto aprovechará su experiencia para convocar a aquellos jugadores que él considere mejores basándose en su criterio futbolístico.

Pero para volver a ganar un Mundial, Carlo Ancelotti sabe de primera mano que su objetivo primordial es el de recuperar la moral de una selección carente de líderes como antaño, que suele ser de lo más intermitente y que ha visto cómo en los últimos tiempos Argentina, su eterno rival en Iberoamérica, le ha adelantado en cuanto a rendimiento y nivel de selección. Y eso en Brasil no acaba de sentar del todo bien por la rivalidad que existe entre ambos equipos.

Ancelotti se reencontrará en Brasil con algunos de los futbolistas con los que hizo historia en el Real Madrid. El italiano volverá a tener a sus órdenes, por citar varios ejemplos, a Vinicius, Rodrygo, Militao y Endrick, jugadores que han contado con su confianza estos últimos años.

Desde la Confederación Brasileña de Fútbol creen que la decisión de nombrar a Ancelotti como nuevo seleccionador es acertada y piensan que el técnico italiano les va a ayudar a recuperar el prestigio que otros entrenadores como Tite, Dunga o Dorival Júnior le hicieron perder.

«Llevar a Carlo Ancelotti al frente de Brasil es más que una decisión estratégica. Es una declaración al mundo de nuestra determinación por recuperar el primer puesto del podio. Es el mejor entrenador de la historia y ahora dirige a la mejor selección nacional del planeta. Juntos, escribiremos nuevos capítulos gloriosos para el fútbol brasileño», declaró al respecto Ednaldo Rodrigues, presidente de la CBF.

Así las cosas, Ancelotti debutará como nuevo seleccionador de Brasil el próximo 5 de junio, día en el que la Canarinha se enfrenta a Ecuador. Y su segundo partido tendrá lugar cinco días más tarde, el día 10, contra Paraguay. En resumidas cuentas, dos encuentros en los que el técnico italiano espera ganar para empezar con buen pie su nueva aventura en Brasil.