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Qatarí que te viTomás Guasch

Franco, entre japoneses

Diecisiete años, mucho por aprender, mejorar, vivir. Hay futbolista, sí. Imagino que romperá a llorar el día que uno se le mueva, otro le acompañe en una pared, todo eso. A partir de julio, vamos

Actualizada 00:14

El primer acercamiento a Franco resultó algo confuso. La pregunta del partido fue quiénes son los japoneses: ¿los de la franja o los coloraos? Agotador. No había manera de saberlo, todo tan parejo, tan escaso de ritmo, tan huérfano de arte. Tan igual. Dicen que el calor influye: vale.

La cosa se decantó para los 'japos' presuntamente argentinos porque les dejaron cabecear dos veces dentro del área como hacen los alevines. Los alevines justitos, digo. Y porque un defensa, y no japonés, noruego por más señas, decidió pasársela a su portero en plan cabezazo atrás y se quedó corto, el arquero largo y ñaka. Un despelote.

En este ambiente unos mil millones de madridistas se pusieron a la noble tarea de ver a Mastuantono. La gran conclusión es que si se ha ido haciendo hombre en el fútbol con esta compañía... ¡Es un elegido! Hizo poco, pues apareció poco, muy difícil con unos compañeros incapaces de dar dos pases seguidos. ¿El calor? Sí, sí.

También les digo que lo más futbolero, lo más mejor del partido lo hizo él. Como me pasó con Vinicius en edad similar, él, no yo, afirmo que hay futbolista. El tipo sabe jugar, moverse, pedirla, salir hasta entrar. Buen manejo en una banda y cuando se centra. Diecisiete años, mucho por aprender, mejorar, vivir. Hay futbolista, sí. Imagino que romperá a llorar el día que uno se le mueva, otro le acompañe en una pared, todo eso. A partir de julio, vamos.

Fue, sí, Franco entre japoneses, una cosa extraña víspera del debut del Madrid. Que metió por ciento a su equipo de baloncesto en la final de la Liga. Estreno de Xabi. A ver.

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