25 años del fichaje de Figo por el Madrid, el jugador que fue nombrado persona 'non grata' en el Camp Nou

El 24 de julio del 2000 apuntaba a ser un día de verano más en el calendario futbolístico del Real Madrid. Sin embargo, Florentino Pérez, que llegó a la presidencia del club ese mismo año, decidió dinamitarlo presentando a Luis Figo, que había sido una de sus múltiples promesas electorales, como nuevo futbolista del conjunto madridista procedente del FC Barcelona.

«Quiero decirles que si soy presidente del Real Madrid, Figo será jugador del Real Madrid. Si no es verdad, les pagaré el abono de un año a los socios», afirmó el actual presidente del club blanco el 12 de julio de ese mismo año. Esa frase dio la vuelta al mundo y doce días después cumplió su palabra: el extremo portugués, que militó en el Barça durante cinco temporadas, fichó por el Real Madrid y posó, junto al propio Florentino y Alfredo di Stéfano, con la elástica blanca.

La de Figo fue una operación que se cocinó a fuego lento y le acabó costando al Real Madrid 11.900 millones de pesetas (71,5 millones de euros al cambio, que aplicando la inflación y el incremento del IPC desde el 2000 a 2020, en dinero actual serían 100,7 millones de euros).

El fichaje del extremo portugués por el Real Madrid fue tan inesperado que en Barcelona rodaron cabezas. José Luis Núñez decidió abandonar la presidencia del club catalán y Joan Gaspart, su mano derecha, se convirtió en el nuevo presidente. Y a eso hubo que sumarle la sensación de traición que habitaba en la mente de los barcelonistas, que no se tomaron nada bien que uno de sus mejores jugadores se cambiara de bando.

Figo se convirtió en el primer galáctico de la era Florentino Pérez en el Real Madrid (un año después llegaría Zidane). Y en su acto de presentación, el futbolista luso se dirigió a los madridistas con el corazón en la mano: «Lo siento por los compañeros del Barça y especialmente por su afición. Pero así son las cosas y yo ya me siento madridista».

Años después, el futbolista comentó en una entrevista cómo se fraguó su fichaje por el Real Madrid: «No fue una cuestión económica, sino de valoración. Informé a Gaspart de que tenía propuestas de clubes dispuestos a pagar la cláusula de rescisión y le pregunté si no estaba interesado en renovarme. Reaccioné en caliente. Cuando se dieron cuenta de que me iba al Real Madrid, ya era demasiado tarde. Cometí errores durante el proceso, pero fue una decisión acertada. Gané prestigio, experiencia y títulos. Al ver lo que pasó con algunos colegas en los años siguientes, me di cuenta de que hice bien. Tengo la conciencia tranquila. Acerté».

Un regreso hostil al Camp Nou

Como decíamos anteriormente, la traición de Figo al Barça no sentó bien y las veces que le tocó jugar en el Camp Nou fueron una pesadilla para él. El portugués fue considerado persona 'non grata' en el feudo barcelonista y cuando tocaba el balón recibía de todo menos aplausos.

Sin embargo, lo que vivió el 23 de noviembre de 2002 superó todo lo imaginable. Figo tuvo la valentía de sacar todos los córners en dicho partido y cada vez que se acercaba a la esquina le llovían todo tipo de objetos que, por suerte, no llegaron a impactar en la cabeza del jugador.

Entre esos objetos destacaron el lanzamiento de una botella de whisky y la cabeza de un cerdo, lo que llevó a bautizar el partido como el 'Clásico del Cochinillo'. La tensión fue in crescendo y fue tal el nivel de hostilidad que Luis Medina Cantalejo, árbitro del encuentro, se vio obligado a detener el partido durante 15 minutos.

Al término del Clásico, Figo abandonó el terreno de juego del Camp Nou escoltado por la Policía y Joan Gaspart no reprochó la actitud de sus aficionados. «Nosotros no nos hemos comportado en una minoría porque nos han venido a provocar. Los profesionales tienen que comportarse, jugar al fútbol y tirar las faltas y los córners rápidamente y no provocar a la gente».