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Dean Huijsen celebra un gol con Arda Güler en el Mundial de Clubes

Dean Huijsen celebra un gol con Arda Güler en el Mundial de ClubesReal Madrid

Xabi Alonso dibuja el pasillo de seguridad con el que quiere hacer historia en el Real Madrid

  • El inglés se unirá en octubre a esta columna vertebral de los intocables, que marcarán la personalidad del Real Madrid en el nuevo entrenador

  • Huijsen, con veinte años, se erige en el jefe de la retaguardia; todo el sistema jugará para que un líder, Mbappé, remate el trabajo del conjunto

No es el Real Madrid un club de revoluciones, como la misma casa reflexiona, pero es verdad que ahora vive la excepción que confirma la regla. Xabi Alonso viene a revolucionar el equipo tras una década en la que Ancelotti y Zidane marcaron la pauta de un estilo apuntalado por la calidad de Cristiano, Ramos, Modric, Kroos y Benzema. Hoy ya no está ninguno. El nuevo entrenador llega para introducir plenamente al conjunto blanco en el balompié moderno, en el fútbol total de presión y defensa conjunta.

Las incorporaciones de Vinicius, Rodrygo, Militao, Camavinga, Tchouaméni, Fran García, Bellingham, Endrick y Mbappé comenzaron una renovación en la plantilla que actualmente se remata con la llegada de Huijsen, Trent, Carreras, Gonzalo y Mastantuono. Los refuerzos en la retaguardia fueron la primera petición del entrenador. Y ahora es el momento del salto adelante que debe dirigir el nuevo responsable del plantel. Ahora toca reconducir a todos esos futbolistas en pro unas estrategias de juego ofensivas y defensivas que cambian el sistema de juego según se tenga o no el balón. Es un trabajo arduo, porque exige una transformación de los jugadores. Por eso es necesaria hacerla con futbolistas jóvenes.

El técnico guipuzcoano tiene que cambiar un molde que se coció durante once años a fuego lento. De Ancelotti a Zidane y de Zizou a Carletto, tanto monta, monta tanto, tres Champions con cada uno. Siempre salía un molde parecido. Ahora, Alonso ha cambiado la parrilla.

El preparador vasco ha elegido su nuevo pasillo de seguridad. La columna vertebral de su armazón. Los hombres que siempre estarán en su esquema salvo que las lesiones lo impidan. Los 'intocables' son seis: Courtois, Huijsen, Tchouaméni, Valverde, Bellingham y Mbappé. Cada uno con misiones distintas y por razones diferentes, pero todos son clave en su idea.

El paraguas de seguridad está en el centro del campo

Jude Bellingham se sumará a la competición en octubre, una vez recuperado de su operación en el hombro. Será el sexto referente de un proyecto nuevo al que todos deben adaptarse, empezando por Vinicius, Rodrygo, Ceballos y por el propio Mbappé.

Como se observa, los cimientos de la columna vertebral creada por Xabi se apoyan en el paraguas que ha formado en el centro del campo. Tchouaméni como pivote, Valverde por la derecha y Bellingham por la izquierda definirán su estilo. El retraso de Aurelien Tchouaméni al epicentro de la defensa también consolidará ese pasillo de seguridad, con dos puntales en el eje de la zaga y dos en la línea media. Alonso tiene el ideario muy claro de lo que desea hacer y de lo que quiere conseguir.

Courtois: la necesidad de un meta que otorgue tranquilidad a sus compañeros

El punto de partida es Thibaut Courtois. El portero es fundamental para fabricar una columna vertebral sólida en la que todos los futbolistas confíen. Tiene que haber un cancerbero que otorgue tranquilidad al equipo en el césped. El belga es crucial porque todos creen en él. Saca bien el balón jugado con los pies y sobre todo hace milagros en remates imposibles de parar. Sus compañeros saben que cuando todo está perdido siempre puede surgir Courtois a salvarlos de la quema. De eso se trata. De tener un arquero como último remedio para evitar lo imposible. Thibaut alimenta ese aura. Es un seguro para el grupo y para el entrenador.

Huijsen: un jefe nuevo con veinte años

La revolución del pasillo de seguridad se ejemplifica perfectamente en la defensa. Hasta ahora habíamos visto que Rüdiger era el jefe. El alemán lideró al conjunto desde atrás en los últimos tres años. Ahora el referente será Huijsen. Su juventud no es problema. Se ha erigido en un líder natural con su eficacia y su serenidad para tocar bien la pelota y para cortar los ataques enemigos con una seguridad espectacular.

Rüdiger podrá ser su compañero de fatigas, con una veteranía muy válida para el esquema. Y Militao aspira a ser el tercer central si es el sistema que Alonso aplica mayoritariamente. Pero el que no faltará será Huijsen.

Tchouaméni, el muro de contención

Aurelien Tchouaméni es el hombre imprescindible en la estrategia de Alonso. El pivote que corta el contragolpe enemigo, el que se impone por su fuerza. Siempre estará ahí, en medio, como una columna fija e inamovible para parar al contrario. Su fuerza y contundencia inyectan la dosis de agresividad que un equipo necesita. Cuando su jefe decida retrasarlo a la retaguardia, será el hombre perfecto para sacar el balón jugado desde atrás. Estará en la alineación donde Alonso quiera, cuando Alonso quiera y como Alonso quiera.

Valverde, un trabajo total

Pero si hay un profesional indispensable en un once ese es Valverde. Los entrenadores de todos los grandes europeos analizan con razón que el uruguayo sería titular en todos los equipos del mundo. Da igual, sea de mediocentro o por la banda derecha, 'el Halcón' es el mediocampista que mejor vuela del mundo.

El guipuzcoano le alineará preferentemente como interior derecha, en una labor sufrida de ataque y defensa, subiendo y bajando. Será un extremo en la estrategia ofensiva y un lateral en la táctica defensiva. Su entrega sin fin está asegurada.

Su segunda misión será ejercer de pivote, una posición que le gusta. La presencia de Tchouaméni y Camavinga para cubrir ese cometido significa que el técnico prefiera que el uruguayo ocupe el flanco diestro con el fin de explotar su zancada y su resistencia incansable.

Bellingham, centrocampista puro

Alonso ya le dijo a Bellingham que deseaba retrasar su posición para que jugara como centrocampista puro. En pleno proceso de recuperación de la operación de clavícula, el inglés sabe que el entrenador desea que apoye a Güler, Valverde y Tchouaméni en la creación del fútbol del equipo. Que no recaiga toda la responsabilidad sobre el joven turco. La ayuda de Jude puede ser esencial en la construcción desde el engranaje del esquema. Tiene personalidad, recursos técnicos y visión de juego. Aunque el británico no desea de perder la oportunidad de marcar goles o de crearlos al borde del área. Es lo que más le gusta. Subirá al ataque cuando sea necesario.

Mbappé, el artillero de todo el pasillo de seguridad

El punto final de la columna vertebral creada por Alonso es Mbappé. El sexto hombre del paraguas de seguridad será el encargado de rematar el esquema. Todas las estrategias pasan por el francés. El fútbol creado por Güler, por Valverde y por los laterales tendrá a Kylian como el objetivo. Los centros medidos, las paredes precisas, todos sus compañeros buscarán a la estrella francesa, que con sus 44 goles y la Bota de Oro ha demostrado que debe ser la diana de los pases decisivos.

Sí, todas las variantes del ataque culminan en Mbappé. El trabajo de la columna vertebral acaba con el broche de la eficacia del artillero francés. Vinicius y Rodrygo realizarán acciones individuales y marcarán goles pero su labor principal consistirá en generar jugadas decisivas por las bandas para que el parisino las convierta en gol.

La apuesta deportiva se casa con la institucional. Mbappé es la guinda del pastel. El goleador. El esquema de Xabi se despliega para explotar las cualidades de la gran figura del equipo. El pasillo comienza en un guardameta soberbio y finaliza en un delantero superior. Es indiscutible.

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