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El Real Madrid ha sido capaz de revertir el gabinete de crisis

El Real Madrid ha sido capaz de revertir el gabinete de crisisEFE

Los jugadores se lo dijeron a Ancelotti: míster, esto lo sacamos adelante

  • Los hombres que fallaron al italiano, con cinco derrotas, querían salvarle de la diana y lo han conseguido: un título, a un punto del liderato en Liga y vivos en la Champions

  • Los futbolistas quieren a Carletto y se conjuraron para salir de la crisis

Un penalti condenó al Real Madrid en Lille en la primera derrota europea de la temporada. Podía suceder, a veces ocurre. No pasaba nada. Comenzó a pasar tras los fiascos ante el Barcelona y el Milán. Había muchos lesionados, desde Carvajal a Militao pasando por Courtois, Alaba, Tchouaméni, Camavinga, Vinicius y Rodrygo, pero al aficionado no le importa eso y el Real Madrid tiene un aura legendaria que le impide secularmente quejarse. Los fracasos en Liverpool y Bilbao, con dos penaltis desperdiciados y fallos obscenos en defensa, pusieron a Carlo Ancelotti en el disparadero. Los jugadores se pusieron manos a la obra. Quieren a Carletto como entrenador y se sentían culpables de esos fallos.

Se cumplía la ley de Murphy. Cuando más quieres salvar a alguien más infortunios tienes para complicarle la vida. Así lo vivieron los jugadores con el técnico italiano. Las derrotas en Anfield y San Mamés fueron preocupantes porque se regalaron dos penaltis, uno en cada estadio, y los dos goles del Athletic, con equivocaciones de Courtois y de Valverde. Esto no podía continuar así.

La plantilla habló. Primero con entrenador y después ella misma en privado. El propio Carlo pedía a sus pupilos serenidad. Sabía que estaban con él y esa ansiedad les traicionaba con errores graves. El preparador de los quince títulos con el Real Madrid inyectó tranquilidad. No se había perdido nada y todo tenía solución. El grupo respondió: 'Míster, esto lo sacamos adelante'.

Comienza el despegue, lento pero seguro

Esa frase, 'esto lo sacamos adelante', ya se la dijeron los futbolistas a Florentino Pérez hace año y medio cuando se rompieron Courtois y Militao nada más comenzar la pasada campaña. Muchos hablaron de una temporada de transición y al final se conquistaron la Liga y la Champions. Ahora no puede asegurarse nada, porque la ristra de lesiones es enorme, pero el Real Madrid ya ha sacado la cabeza del atolladero. Y el plantel le ha dicho a Carlo que esto lo van a volver a sacar adelante.

¿Cómo? Todos los futbolistas tenían claro que debían reaccionar. Los líderes del plantel hablaron con franqueza en la cocina blanca, todos juntos y en la intimidad del equipo.

El balance de daños era cristalino, estaban fallando y condenando al entrenador sin quererlo. Tenían que volver a ejecutar el sacrificio defensivo que es imprescindible para vencer después por calidad.

El Real Madrid es muy tranquilo en tomar decisiones rotundas, pero si se producen tres derrotas consecutivas hay que mover el banquillo. Es ley de vida del fútbol.

La plantilla sabía que había que vencer al Osasuna en el Bernabéu para serenar el ambiente. Hubo goleada y la puesta en escena de un canterano con futuro, Asencio. Un pase monumental del canario a Bellingham le consagró en el primer equipo. Pero la plaga de lesiones se cobró otra pieza importante. Militao se rompió para toda la temporada.

La remontada del grupo fue lenta. Las victorias contra el Getafe y el Leganés dieron aire al cuerpo técnico y a sus pupilos.

El 0-3 en Gerona consolidó la revolución. Ancelotti había logrado por fin que el esquema volviera a defender con sacrificio y coordinación, un fútbol de presión sin el balón, el más odiado, el menos lúcido, el menos divertido, que le dio la Champions de 2022 y 2024. El problema de esos meses de crisis se basaba en dos puntos: las bajas y esa falta de entrega defensiva en bloque que costaba muchos goles, demasiados.

El equipo blanco ya estaba bien situado en la Liga y faltaba reaccionar en la Copa de Europa. El reto era una final de Champions adelantada al invierno. La batalla de Lombardía.

El triunfo en Italia asentó al equipo

En Bérgamo por fin vimos a un Real Madrid muy concentrado, sacrificado, que jugaba a una velocidad paranormal. Por primera vez en la temporada, los blancos corrieron más que el contrario. Y el rival era nada menos que un italiano. Esa victoria era una final que debía ganarse. Ese triunfo fue necesario para tranquilizar los ánimos con vistas a la Copa de Europa. El 2-3 fue el bálsamo definitivo. Los jugadores habían salvado a Carlo Ancelotti. Tocaba consolidar la evolución.

La dirección deportiva exigió cambios

En este transcurso desde la crisis hasta la remontada hubo reuniones crudas y duras. La dirección deportiva argumentó a Carlo Ancelotti que si los titulares no rendían utilizara el plan B con los jóvenes. La explicación era lógica. Si las figuras no brillan hay que ganar con quienes se encuentren mejor.

El italiano es reacio a colocar jóvenes en las situaciones complicadas pero Ceballos, Brahim, Güler y Fran García demostraron desde el primer momento que merecían jugar. Brahim sí contaba para Carletto desde el principio y fue una lesión la que cortó su trayectoria. Ceballos, Fran García y Güler no estaban en el plan A y funcionaron muy bien. A partir de ese momento comenzaron a tener muchos más minutos. Brahim ascendió a la titularidad en cuanto estuvo recuperado. Ceballos y Fran también han sido titulares en diversos partidos. Güler ha disfrutado igualmente de ese privilegio. Todos ellos se convirtieron en factores fundamentales en esta reacción. Y le han dado una lección al entrenador. Hay que contar con los jóvenes talentos en las crisis también.

Mbappé dio el primer paso

Esa conjura para sacar al Real Madrid adelante comenzó con la reacción de Mbappé. Se sintió culpable de fallar dos penaltis y sabía que esto no podía seguir así. Se le exigió liderazgo y que olvidara ese perfil bajo de humildad con el que llegó. El grupo necesitaba que se sumara al carro de los líderes junto a Vinicius y Bellingham. El cambio ha sido evidente. Goles frente al Gerona, la Atalanta, el Sevilla y un aura de sentir que esto no ha hecho más que empezar.

De la Copa Intercontinental a la Supercopa de España

El conjunto blanco ha vivido esta progresión paulatina en la Champions y en la Liga sin olvidar su razón de existir. Ancelotti sabe que lo más importante para la entidad son los títulos y especialmente los internacionales, pues la marca Real Madrid es mundial y su prestigio se labra en todo el planeta con estos trofeos. Había que conquistar la Copa Intercontinental y lo hizo. Carlo y la plantilla tienen ahora otro título en su diana mental: la Supercopa de España que se disputa en Arabia en el ecuador de enero. Todos saben que será un espaldarazo de esta evolución constante.

La Liga y la Champions se deciden a partir de febrero

Ancelotti espera recuperar en enero a Alaba. Mendy ya está listo. Las ausencias de Carvajal y Militao son muy importantes y se acusarán durante todo el curso, pero la plantilla empieza a salir de la agonía de lesiones y el estado físico de todos es muy bueno.

El Real Madrid tiene más experiencia que nadie y sabe que todos los títulos se dilucidarán a partir de enero. Se medirá entonces al Salzburgo y al Stade Brestois en la fase previa de la Copa de Europa. Y en febrero empezará la carrera de verdad que decidirá la Liga y la Champions. El Real Madrid está bien colocado en ambas competiciones. Muchos le condenaron tras las cinco derrotas. Ahora están condenados a soportarle. La voz de la experiencia de la cocina blanca dice que esto no es como empieza sino como acaba.

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