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02 de mayo de 2024

Carlos Alcaraz posa con el título de Wimbledon

Carlos Alcaraz posa con el título de WimbledonEFE

Los 37 días en los que Alcaraz cambió la historia: de la mayor decepción a una hazaña inolvidable

«Aprenderé de esto, la próxima vez lo haré mejor, voy a trabajar para ello». Estas fueron las palabras de Carlos Alcaraz justo después de perder en Roland Garros ante Novak Djokovic. Un partido al que se presentaba como el claro favorito y donde la presión le pasó mucha factura. Tanta, que terminó el choque con calambres y sin casi poder correr.
Todo esto provocó que muchos aficionados aprovechasen para cargar contra Carlitos y tacharlo de sobrevalorado. Era el momento idóneo para los más críticos con el joven español, y no desaprovecharon la oportunidad. En un abrir y cerrar de ojos se pasó de hablar de Alcaraz como el heredero del tenis, a cuestionarse si realmente estaba preparado para hacer frente a los grandes momentos, esos que marcan la diferencia entre un buen tenista y un jugador para la historia.
Lejos de preocuparse por el ruido generado, Alcaraz siguió trabajando de la misma manera, convencido de que pronto tendría una posibilidad de revancha y para la que estaría mucho más preparado que en Roland Garros, donde posiblemente subestimó a Novak Djokovic por el hecho de que no llegaba en su mejor momento.
Por eso, el español se presentó en Wimbledon con la lección aprendida y consciente de que si quería vencer a Djokovic iba a tener que dejar todo y más en pista, además de estar preparado para sufrir lo indecible. No es posible ganar al serbio sin estar perfectamente preparado y sin entender que a Nole tienes que matarlo varias veces para vencerlo.

Menos presión que en París

El murciano entendió que de nada servía cargar con la presión de ser favorito y menos aún teniendo a uno de los jugadores más grandes de todos los tiempos al otro lado de la red. La figura de Djokovic impone siempre, independientemente de cómo llegue. Por eso es fundamental tenerle respeto, pero no miedo.
De hecho, esta fue la clave por la que Alcaraz terminó ganando la final de Wimbledon. El pupilo de Juan Carlos Ferrero salió con miedo a la pista central, pero una vez pasado el primer set fue capaz de pasar del miedo al respeto y darle la vuelta al encuentro, pues entendió que sólo así podría tener oportunidades de ganar a alguien que llevaba más de diez años sin caer en la pista central del All England Club.
Carlos Alcaraz junto a Novak Djokovic en la ceremonia de trofeos

Carlos Alcaraz junto a Novak Djokovic en la ceremonia de trofeosAFP

Es más, el español se convirtió en el primer jugador de la historia que consigue ganar a Djokovic un Wimbledon después de que éste se anotase la primera manga, casi nada. Todo esto lo hizo además en una superficie en la que apenas había jugado y a la que se ha adaptado en tiempo récord, pues no se debe olvidar que ningún miembro del Big Three lo hizo con tanta rapidez.

Alcaraz aprende rápido

El hecho de que haya tardado tan solo un mes en cumplir con el mensaje que dejó Alcaraz al caer ante Djokovic en Roland Garros demuestra lo rápido que aprende. Si algo ha dejado claro Carlitos en su corta carrera es que es raro verle tropezar dos veces con la misma piedra. Por el momento nunca lo ha hecho.
La pasada temporada pecó de ambicioso y tuvo problemas físicos, algo que ha resuelto bastante bien este año, mientras que este curso su único pero era la semifinal de París. Allí defraudó y era algo que sabía, por lo que se puso el mono de trabajo para ganar el torneo más prestigioso del mundo, convirtiéndose además en el tercero más joven en lograrlo, solo por detrás de Becker y Borg.
Ahora, con todo el futuro por delante, falta por ver hasta dónde es capaz de llegar el murciano. A sus 20 años ya ha conquistado dos de los cuatro majors y no parece tener techo. Según han comentado varios extenistas, como por ejemplo Mats Wilander, Alcaraz es el jugador más completo que se ha visto nunca a esa edad.
Carlitos tiene todo para hacer historia. Si hoy se retirase ya sería una leyenda del tenis, pero viendo todo el tiempo que le queda en pista si las lesiones le respetan, podemos estar ante el gran dominador del tenis en los próximos 15 años, sobre todo teniendo en cuenta que Nadal y Djokovic están cada vez más cerca de la retirada.
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