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La presidenta del BCE, Christine Lagarde

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, quizá tenga que hacer 'tapering' como ya han anunciado en EE.UU. que haránBernd Hartung for ECB

Retirada de estímulos

Qué es el 'tapering' y cómo afecta a los ciudadanos de a pie

El progresivo abandono de bombeo económico puede repercutir de un modo especialmente negativo en países como España 

El otro día se me ocurrió utilizar la palabra tapering en el programa de televisión en el que estaba y desde entonces me han llovido muchas consultas sobre qué es el tapering  y cómo puede afectarnos a los españoles de a pie.

Voy por lo tanto a intentar explicar en un lenguaje sencillo lo que significa, de dónde viene la utilización y si esto puede pasar en España o en Europa.

El tapering es la retirada de forma progresiva de estímulos económicos.

Desde 2008 y debido a la gran crisis financiera americana, y posteriormente mundial con la caída de Lehman Brothers, la Reserva Federal Americana (FED) se vio abocada a inyectar dinero en su sistema financiero para evitar un crack mundial y un parón en el sistema monetario internacional.

Empezó con préstamos a la banca americana y siguió comprando deuda del Gobierno Federal de los Estados Unidos y deuda de las empresas. El objetivo era generar liquidez y permitir que las compañías, a pesar de la crisis, tuviesen liquidez y no se viesen abocadas al cierre.

Desde 2008 la FED no ha parado de inyectar dólares en la economía estadounidense y ha superado la cifra de 6.000.000.000.000 de US $ (6 billones de dólares). Esta cifra, que es descomunal, significa haber cogido la máquina de imprimir billetes y no haber parado hasta alcanzar dicho monto. Si, además, pensamos que esta liquidez ha sido muy barata, pues prácticamente los tipos de interés han sido el 0 %, veremos que quien ha recibido el dinero ha podido utilizarlo para maximizar su beneficio.

En 2009 Jean Claude Trichet coloca a disposición de la Banca Europea más de 440.000 millones de euros en una sola medida para evitar el efecto dominó de la banca europea.

En 2011 Mario Draghi, dada la situación de crisis de la economía europea, empezó a copiar las medidas de estímulo económico y financiero que había puesto en marcha la FED. Desde entonces, el Banco Central Europeo ha colocado en los mercados más de 3 billones de euros y ha permitido a los miembros de la Unión Europea financiar mucha de la deuda emitida desde 2020.

Estados Unidos acaba de anunciar que en octubre ha alcanzado una cifra histórica de inflación no vista desde hace 30 años, llegando al 6.2 % de subida de precios. Evidentemente, todos los analistas financieros han vuelto la cara hacia Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, que está en la encrucijada de tener que subir tipos de interés y/o iniciar el tapering (dejar de inyectar dinero en el sistema monetario americano).

Powell ya anunció que para el primer trimestre de 2022 dejaría de inyectar 15.000 millones de dólares de los 80.000 millones que inyectaba todos los meses a través de la recompra de la deuda soberana de los Estados Unidos.

Si la inflación se sostiene hasta final de año, Powell tendrá que tomar medidas, subirá los tipos de interés y aumentará el tapering hasta hacer desaparecer los estímulos financieros actuales. Esto implicará que la deuda que emita el Gobierno de los Estados Unidos le costará más dinero en intereses y tendrá que buscar compradores que quieran su deuda.

Si esto pasa y pasará, el Banco Central Europeo, que siempre va por detrás de la FED, tendrá que reaccionar de la misma manera, primero reduciendo los estímulos (haciendo tapering) y segundo subiendo los tipos de interés. Dado que el BCE tarda al menos 6 meses en reaccionar, y dado que Christine Lagarde no es tan rápida en reaccionar cómo Draghi, pueden pasar 9 meses antes de que nos veamos afectados por el tapering y las subidas del tipo de interés. Todo va a depender de la evolución de la inflación de Alemania y de la formación de su nuevo Gobierno.

Pero cuando eso suceda ya podemos ponernos a temblar. Ahora este Gobierno, que ha sido el rey de generar déficit, se va a encontrar con que la economía no crece a más del 6 % cómo dicen sus planes, sino que lo hará a un ritmo por debajo del 5 %; que la inflación siga por encima del 4-5 % porque el coste de la energía se haya trasladado a los productos básicos, a las pensiones y a los salarios, y que además tenga que salir a colocar deuda a tipos de interés superiores al 5 % y sin posibilidad de recompra por el Banco Central Europeo.

La situación se le va a poner muy complicada al Gobierno actual, que este año, según sus previsiones, tiene que colocar más de 160.000 millones de  euros de deuda en el mercado, entre renovación de deuda (95.000 millones) y nuevas necesidades de financiación ( 65.000 millones), y esto sin contar que la Seguridad Social no se descuelgue con otros 20.000 millones como sucede últimamente.

Así que, como le he dicho a mucha gente, rezad porque tenga razón en las fechas y esto no se adelante un trimestre, porque en ese caso vamos a tener un segundo semestre negro con unos 3.000 millones de euros más de gasto que anualizados serían 6.000 millones.

Y por último, España nunca podrá hacer tapering, porque eso es una función de los bancos centrales. En nuestro caso ya no es el Banco de España, que sí podía hacerlo cuando existía la peseta, sino el Banco Central Europeo.

En definitiva, el tapering siempre va a ser malo para una economía como la española, muy endeudada, con poca o nula credibilidad internacional, y con una necesidad creciente de dinero, porque los ingresos mensuales son muy inferiores a los gastos mensuales.

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