La receta del Banco de España para reducir el paro

El triunfalismo del Gobierno con los datos de desempleo solo puede entenderse desde una retórica electoralista. Lo cierto es que somos el país con mayor tasa de paro de toda la OCDE y, a pesar del aumento de la ocupación, ha bajado la productividad, lo que hace sospechar de un ejercicio de maquillaje por parte del Ejecutivo.

El Banco de España, en su último Informe Anual, advierte que es necesario revisar las políticas pasivas de empleo, y concretamente las prestaciones, que favorezcan el retorno al mercado de trabajo de los beneficiarios.

Las políticas pasivas de empleo son aquellas que buscan mantener la renta de los desempleados mientras no tienen un trabajo. En España, el principal instrumento son las prestaciones contributivas por desempleo. En 2022, estas supusieron el 69,5 % del gasto total en políticas pasivas en nuestro país: un trozo de pastel de 19.623 millones de euros.

Se pueden acoger aquellos trabajadores que pierden su empleo de forma involuntaria o voluntariamente bajo ciertas condiciones y hayan cotizado al menos un año desde la última prestación. La duración máxima oscila entre los cuatro meses –para periodos cotizados de un año– y los dos años para periodos de seis o más.

La cuantía inicial es del 70 % del salario medio cotizado en los últimos seis meses trabajadores que se reduce al 60 % a partir del séptimo mes de prestación, y cuentan como unos mínimos máximos en función de la situación familiar que oscilan entre los 560 y los 1.575 euros mensuales.

Entre 1987 y 2019, aproximadamente la mitad de las prestaciones de cuatro meses se agotaron antes de que su beneficiario hubiera encontrado un trabajo, porcentaje que se va reduciendo conforme aumenta la duración potencial de la prestación.

En su informe, la institución que gobierna Hernández de Cos señala que, tras calcular el importe mensual medio de las prestaciones, la mayor parte de ellas tuvieron una cuantía constante en el tiempo.

Así, han analizado mediante un microsimulador el ajuste de parámetros del sistema de prestaciones contributivas para que, preservando el grado de protección, se pudiera favorecer el retorno de los parados a un puesto de trabajo. En particular, este organismo ha calculado que, si se reduce un 5 % la duración potencial de las prestaciones al tiempo que se incrementan 2 puntos porcentuales, las probabilidades de reincorporación al empleo se elevan en todos los colectivos en 0,11 puntos, especialmente en los casos de trabajadores con bajos estudios y los de mayor edad.

«Los resultados de este ejercicio analítico apuntan a que podría existir un cierto margen de mejora en el diseño de las prestaciones por desempleo», apunta el Banco de España, que advierte, no obstante, que el hecho de que a lo largo de las últimas décadas no haya habido modificaciones de calado en el sistema dificulta que se puedan cuantificar con precisión los efectos que unos eventuales cambios podrían tener en el comportamiento agregado de la economía.