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05 de mayo de 2024

El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá.

El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá.Eduardo Parra / Europa Press

Las grandes falsedades del sanchismo (Capítulo 2)  La Seguridad Social genera un déficit de 15.000 millones

Es muy difícil de creer que en plena campaña a las elecciones municipales y autonómicas este Gobierno haya reducido las prestaciones sociales que estaba manteniendo en el último trimestre del año

Este el segundo capítulo de una serie de cuatro y que irá desgranando las tremendas falsedades que pretende hacernos creer un Gobierno que, en la actualidad, ha pasado a la acción de dejar de contabilizar gastos para no asustar a la Unión Europea del desastre que hay en estos momentos en las cuentas públicas.
En el capítulo 1 hemos visto como la Administración Central publica a través de la Intervención General de la Administración del Estado, que sus ingresos crecen un 10 % y sus gastos solo lo hacen un 0,9 %. Todo eso sería posible si no comparamos con la tendencia que tenían los gastos en el último trimestre del año, que es el que marca lo que va a pasar en el primer trimestre y subsiguientes.
Al aplicar la tendencia del tercer trimestre se ve que es imposible que los gastos hayan crecido 566 millones y tengamos un superávit de 858 millones, sino que realmente tenemos un déficit de al menos 26.398 millones. Hay errores tan burdos en los datos facilitados oficialmente por Hacienda como que los intereses de este año sean inferiores a los del año pasado, cuando tenemos 75.000 millones más de deuda en circulación que en 2022.
En este segundo capítulo vamos a realizar el mismo análisis para ver que ha pasado en el Organismo pagador de las pensiones a los jubilados y otros muchos menesteres que se asumen desde ese ministerio, como el Ingreso Mínimo Vital y otros de menos importe, pero sustanciales para que les hagan entrar en déficit.
Así tenemos que, oficialmente, los ingresos han crecido en 3.309 millones de euros y casi alcanzan los 50.000 millones de euros en el primer trimestre del año y todo gracias a un incremento de las cotizaciones sociales que pagan los empresarios y que crecen un 8,0 % y se van a los 44.757 millones. Este crecimiento le permite presentar un déficit oficial muy aceptable, «solo necesitando enviar» 5.140 millones de transferencias corrientes desde el Ministerio a la Seguridad Social en este primer trimestre.
En el capítulo de gastos, lo cuadran a la perfección, poniendo unos gastos que se incrementan en 3.530 millones de euros, que equivalen a la revalorización de las pensiones contributivas en el primer trimestre que fueron 3.487 millones. El resto de los gastos son prácticamente idénticos que en el primer trimestre de 2022.
Ahora bien, si vemos los datos del último trimestre de 2022, donde se contabilizaron gastos por 60.109 millones de euros y, la gran diferencia con el primer trimestre que se contabilizaron 55.678 millones de euros en prestaciones sociales, cuando en el primer trimestre de 2023 se han contabilizado 48.649 millones.
O la cifra del último trimestre está mal, o la cifra del primer trimestre es la que está mal.
Es muy difícil de creer que en plena campaña a las elecciones municipales y autonómicas este gobierno haya reducido las prestaciones sociales que estaba manteniendo en el último trimestre del año.
Todo esto nos lleva a concluir que se han dejado de contabilizar en la Seguridad Social nada más y nada menos que 8.755 millones de euros que, sumados a los oficiales de 1.440 millones, nos encontramos con que el gobierno tendría que haber reconocido 10.195 millones de déficit, en lugar de los presentados.
Pero esa tampoco es la realidad porque siguen contabilizados como ingresos de la Seguridad Social los 5.140 millones enviados desde el Ministerio de Seguridad Social y que, por lo tanto, la cifra real de déficit de este Organismo, a cierre del primer trimestre se cuelga a las espaldas 15.335 millones de euros.
Ya sé que esto suena a barbaridad, pero es muy típico que antes de la salida de un gobierno socialista le deje a su sucesor un «pufo» muy importante, que le va a obligar a centrarse en arreglar las cuentas públicas en lugar de ponerse a reactivar la economía.
Ya vimos, en el primer capítulo, que un gran economista y periodista económico de este país demostró que en el traspaso de Zapatero a Rajoy afloraron 2,5 % puntos de déficit, que por aquel entonces fueron nada más y nada menos que 27.000 millones de euros.
En esta ocasión el «pufo» va a ser mucho mayor y tan grande que puede dejar la economía de este país completamente tocada y sin capacidad de recursos para intentar resolver los problemas realizando acciones a medio largo plazo.
La deuda en este país ha llegado a los 33.000 millones de incremento en el primer trimestre, cuando nos dicen que el déficit no llega a los 3.000, pero pega un salto hasta los 41.000 millones en el mes de mayo.
Uno no se endeuda para pagar intereses al 3,5 % si realmente no lo necesita y está claro que se ha necesitado, porque nos hemos endeudado.
De momento con la Administración Central del Estado y con la Seguridad Social ya nos salen 36.000 millones, veremos cuanto le añaden las Comunidades Autónomas y finalmente veremos el consolidado de todas estas áreas del Estado español.
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