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17 de mayo de 2024

La ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero.

La ministra de Hacienda en funciones, María Jesús MonteroRocío Ruz / Europa Press

Análisis económico

Faltan por contabilizar como gasto 27.500 millones de euros

Están flotando por el limbo de los justos de la Administración Central del Estado

En este país de charanga y pandereta que nos ha tocado vivir está claro que hay una tremenda falta de transparencia en las cuentas públicas.
La reciente publicación del Ministerio de Hacienda con respecto a los resultados individuales de la Administración Central del Estado llama mucho la atención.
Días atrás publicábamos que la contabilización de gastos del mes de junio había subido un 48 % con respecto a mayo de este mismo año en el total del Gasto No Financiero de la parte de la Administración, que es responsabilidad de los ministerios, sin incluir los Organismos Autónomos y sin incluir la Seguridad Social.
Pero también decíamos en el artículo que, aunque se había puesto el pie en el acelerador en la contabilización, no podíamos saber si realmente estábamos al día o si nos faltaban todavía muchos millones por contabilizar.
Lo importante es que estamos con datos a mitad de año y, por tanto, si llevamos la contabilidad nacional como se debe llevar, deberíamos estar muy cerca del 50 % entre el gasto presupuestado y el ejecutado, y si no es así, muy posiblemente falta todavía bastante por contabilizar, o se hizo un presupuesto para empapelar paredes.
Puede haber datos de falta de ejecución en alguna partida como las Inversiones que se hayan licitado pero todavía no se hayan adjudicado, aunque cuanto más se avanza en el tiempo, más difícil es ejecutar inversiones que se adjudiquen terminado el tercer trimestre.
Así que hoy vamos a ver el Presupuesto que indica el Ministerio de Hacienda, que es el oficial para el año a cierre del mes de junio; lo ejecutado, según el propio Ministerio, y el cálculo en porcentaje de lo ejecutado, y además le vamos a añadir una columna más para que sepamos dónde deberíamos estar si hubiésemos ejecutado el 50 %, para ver en qué partidas no se está cumpliendo el presupuesto o va por encima del objetivo.
El presupuesto que nos indica Hacienda para este año son 261.290 millones de euros en gastos no financieros y 137.884 millones en amortizaciones de préstamos y deuda, con un total de gasto de 399.175 millones, aunque el inicial y aprobado por las Cortes españolas fue 388.106 millones, con 250.229 millones en gastos no financieros.
A cierre del primer semestre, la cifra contabilizada es de 97.547 millones, sin contar deuda, y 151.713 millones contando amortizaciones de préstamos y deuda.
La primera partida, la de gasto de personal, está en 9.858 millones y una ejecución del 47,8 %, que parece que debe estar bastante ajustada a la realidad, porque una diferencia del 2,2 % sobre el presupuesto del año suena muy razonable.
En la segunda partida de gastos corrientes de bienes y servicios se han contabilizado 2.166 millones, que equivale al 29,4 %, lo cual es imposible: o está mal hecho el presupuesto o queda casi un 20 % pendiente de contabilizar que equivale a 1.500 millones de euros.
En la tercera partida, la de gastos financieros, hay contabilizados solo un 26,2 %, lo cual de nuevo es imposible, entre otras razones porque ha habido que amortizar 54.165 millones que se han tenido que renovar a tipos de interés mucho más altos de los que había antes. Aunque no afecte mucho todavía al año, al menos faltan por contabilizar 7.500 millones para estar al 50 %, aunque esta partida se va a desviar sensiblemente a finales del ejercicio.
En transferencias corrientes se han contabilizado 66.301 millones que corresponden al 44,5 %, y visto el incremento que hubo en junio, donde se contabilizaron 26.274 millones más que el acumulado a mayo, da señales de que queda bastante dinero por contabilizar; probablemente, no menos de 8.000 millones.
Con el Fondo de contingencia, como la transparencia es nula, pues puede que sí, que no se haya hecho uso, o puede que no.
En cuanto a Inversiones reales, sorprende que, con todas las iniciativas anunciadas por el Gobierno en las dos campañas electorales, que empezaron nada más y nada menos que en enero, la contabilidad diga que solo se han ejecutado 2.231, que es el 16,6 % del presupuesto.
Si aceptamos que esta partida se queda a final del año siempre en el entorno del 70 %, nos deben de faltar por contabilizar no menos de 3.000 millones en inversiones y no menos de 6.500 millones en transferencias de capital, quedando la partida de Inversiones al 39 % y la de transferencias de capital también al 41 %.
Por lo tanto, si sumamos los 1.500 millones de gastos corrientes, los 8.500 millones de intereses, los 8.000 millones en transferencias corrientes, los 3.000 millones de inversiones y los 6.500 millones de transferencias de capital, la cifra suma 27.500 millones de euros que están flotando por el limbo de los justos de la Administración Central del Estado, y veremos que estos datos cuadrarán con la necesidad de deuda.
Si estos gastos se hubiesen contabilizado, el gasto real seria de 125.047 millones aproximadamente, y estaríamos en una media del 48 % de ejecución de los presupuestos.
Recordemos esta cifra, porque es la que nos va a explicar la razón de necesitar 66.000 millones de deuda que ha tenido que pedir la Administración del Estado.
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