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El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, sabe a quién tiene que señalar.

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, sabe a quién tiene que señalar.DPA vía Europa Press

Energéticas, farmacéuticas e Indra: las empresas y sectores españoles que más temen los aranceles de Trump

Si el motivo de los aranceles que prevé imponer Donald Trump es que otros países le venden más a Estados Unidos de lo que le compran, España no debe temer sufrirlos. Les compramos 10.000 millones de euros más de lo que les vendemos, pero en su mandato anterior ya nos los impuso, y en esta ocasión todo apunta a que también lo hará.

Nuestra pertenencia a la Unión Europea y las desafortunadas y continuas declaraciones de Pedro Sánchez en contra de Trump suman puntos a nuestra entrada en el club de los países penalizados por los aranceles de Estados Unidos.

En esta ocasión hay sectores como el energético que pueden verse más castigados. Trump ya ha dicho que dejará a un lado las empresas que producen energías renovables para centrarse en los recursos energéticos que puedan producirse en Estados Unidos, como el shale gas, el shale oil o incluso el carbón. Los votantes dejaron claro a Trump que querían una energía más barata. El nuevo presidente del Gobierno estadounidense pondrá a competir a todas las fuentes energéticas para que baje el precio y sus compatriotas se vean favorecidos por ello.

Tampoco Indra, que ayer fue la compañía que más cayó en el Ibex 35 por su compra de Hispasat, parece que vaya a verse favorecida en el mercado interior estadounidense: «No creo que tenga alguna opción de ganar los concursos que se van a abrir en el mercado de control aéreo, que era uno de sus objetivos para 2025», señala una fuente conocedora. Otra cosa es el incremento de ingresos que le llegue por el aumento del presupuesto en Defensa.

Mala experiencia en el mandato anterior de Trump

En octubre de 2019, en el primer mandato de Trump, el presidente estadounidense impuso aranceles del 25 % a determinados productos agroalimentarios europeos. Entre ellos estuvieron el aceite de oliva, el queso, el vino y otros productos emblemáticos de España. Los aranceles fueron en esta ocasión una represalia por las ayudas europeas a Airbus.

Los aranceles al aceite de oliva y al vino perjudicaron gravemente a los exportadores de España hacia Estados Unidos. Cayeron las ventas y perdieron competitividad frente a otros países. Las exportaciones de aceite envasado cayeron un 60 %.

Además del agroalimentario, otros sectores afectados entonces para las empresas españolas fueron el aeronáutico, automovilístico, bienes de lujo y productos tecnológicos

La eventual nueva política arancelaria estadounidense podría ampliarse a otro tipo de sectores, como las energías renovables y los productos farmacéuticos.

Estados Unidos es un destino importante para el sector exterior español. Entre enero y octubre de 2024 fue el quinto destino español en términos de valor. Concentró 27.123 operadores españoles vendiendo sus productos.

Como indica la Cámara de Comercio de España, la exposición de la economía española a un incremento de los aranceles en Estados Unidos es inferior al que presentan otros socios comunitarios. «Entre los grandes países de la Unión Europea, Italia y Alemania concentran un porcentaje de sus exportaciones de bienes en el país norteamericano en el entorno del 10 % de su correspondiente PIB, Francia alrededor del 7 % y España por debajo del 2 %», apuntan.

Lo que aprendieron las empresas en la crisis anterior

Durante la anterior administración Trump, las empresas españolas afectadas por los aranceles extendieron su presencia en mercados emergentes (en particular, se exploraron alternativas en Asia, Oriente Medio e Iberoamérica). También buscaron nuevos socios comerciales y avanzaron acuerdos con importadores y distribuidores estadounidenses para renegociar precios, plazos y condiciones. Buscaban repartir el impacto de los aranceles. «Algunos productores trasladaron operaciones a terceros países para evitarlos y también los hubo que centraron sus esfuerzos en la consolidación de su posición en el mercado europeo y compensar de esta forma las pérdidas en Estados Unidos», afirman desde la Cámara.

En sectores donde los márgenes lo permitían, las empresas optaron por absorber parte de los aranceles para evitar trasladar el incremento al consumidor final y mantener su competitividad.

Empresas en sectores como el vino y el aceite de oliva exportaron productos en formatos no sujetos a aranceles, como envases industriales, o redirigieron ventas hacia mercados secundarios.

«De materializarse las amenazas de la nueva administración estadounidense, las empresas españolas podrían aplicar estas lecciones para prepararse ante posibles nuevas trabas comerciales, reforzando cadenas de suministro globales, explorando o consolidando relaciones comerciales fuera de EE.UU. y utilizando la digitalización para acceder a nuevos mercados», estiman desde la Cámara.

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