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El presidente de Prisa y representante de Amber Capital en Indra, Joseph Oughourlian

El presidente de Prisa, Joseph Oughourlian.Europa Press

La jugada de Moncloa era poner a Contreras de presidente de Prisa

El actual presidente de Prisa, el francés de origen armenio Joseph Oughourlian, entró en Prisa en 2015 a través del grupo inversor al que representa (Amber Capital) por puro negocio. Él no es ni de izquierdas ni de centro izquierda: es inversor.

Durante el último año, José Miguel Contreras, ex consejero delegado de La Sexta y hasta ahora director de Contenidos de Prisa, jugó el papel de director editorial y él el de gerencia. Pero hubo un momento en que se dio cuenta de que el Gobierno quería coger también la gerencia y poner a José Miguel Contreras de presidente. Esa era la jugada: poner a otro afín de presidente, como han hecho en Telefónica y en otras empresas.

Contreras conjuga a la perfección sus intereses ideológicos con los personales. Quiso vender su productora (que vende mucho a TVE) a Prisa, y Oughourlian se negó. Ahora quería tener el 10 % del capital de la nueva televisión que el Gobierno quiere dar a Prisa (La Séptima) sin poner un euro.

Por eso Oughourlian, que echó ayer por la mañana a Carlos Núñez, presidente de Prisa Media, despidió por la tarde a Contreras.

Al parecer Contreras va diciendo que ellos (el Gobierno) pueden llegar a tener el 51 % de Prisa. Parece difícil, teniendo en cuenta que es el porcentaje que más o menos domina Oughourlian sumando su participación (29,6 %) a la de Vivendi (11,8 %) y a los Polanco (7,6 %). Se especula con que Telefónica podría volver a entrar en Prisa, algo que sería difícil de entender teniendo en cuenta que ya hubo una experiencia fallida en este sentido. Sería difícil de justificar de cara a los accionistas. Si entrara, haría pinza con Global Alconaba, la firma del ex Globomedia Andrés Varela Entrecanales, que tiene el 7 %, y con Adolfo Utor, presidente de Balearia e investigado por fraude, que tiene el 5,4 %.

Además hay otra variable importante. La cuantiosa deuda de Prisa se renegoció con los acreedores con la condición de que se mantuviera la estructura accionarial y la dirección financiera que hay en estos momentos. Si no se mantuviera, los nuevos propietarios tendrían que hacer frente a una deuda de nada menos que 850 millones de euros.

Mientras todo esto ocurre, se comenta que en la gestión de Movistar Plus va a desembarcar personal de La Sexta y del entorno del Gobierno, que van a sustituir a sus actuales gestores, Cristina Burzako y Sergio Osle. Y por otra parte el Gobierno sigue obcecado con que La Séptima sea su nueva televisión de propaganda en forma de tertulias estilo Intereconomía, como contábamos en el artículo de ayer. Para que este proyecto se desarrolle dentro de Prisa tendrán que hacer desaparecer a Oughourlian, que no quiere verlo ni en pintura porque sería una ruina para la compañía, pero también hay quien especula con que puede ser Telefónica quien se haga con La Séptima. Así el Gobierno tendría un canal adicional en cerrado (Movistar Plus) y otro en abierto (La Séptima). Habrá que ver quién gana.

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