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Análisis económicoJosé Ramón Riera

En el juego de póker de Trump la UE se juega más de 530.000 millones

En este juego del póker, al que quiere jugar Trump, o cambiamos de actitud, o como vemos vamos a dejar de venderles muchos miles de millones de euros, que van a hacer tambalear a muchas empresas europeas

Actualizada 04:30

Les puedo asegurar que mi fuerte no es el juego del póker, sino más bien el del mus, típicamente español, en donde el farol también es clave a la hora de jugar si te combinas bien con tu pareja. Entre el póker y el mus, solo hay dos similitudes: se juegan con cartas y los faroles, a veces funcionan y a veces se pagan.

El mundo, pero sobre todo la Unión Europea y sus políticos, se encuentran en una situación en que les han sacado de su zona de confort, en donde, hasta hace escasamente 2 meses, las negociaciones importantes se realizaban en grandes mesas de trabajo donde asistían cuantos más mejor para así demostrar la importancia de la negociación. Si se llegaba a un acuerdo, todos los presentes manifestaban su alegría a la par que engordaban varios kilos de satisfacción por haber sido partícipes de tan faustos hechos.

Hoy las reglas del juego han cambiado. Donald Trump no es un político, es un empresario devenido en Presidente de los Estados Unidos, porque la población americana se ha dado cuenta de que su país estaba a punto de entrar en banca rota a pesar de tener las mejores empresas tecnológicas del mundo, la mejor infraestructura industrial de producción de armamento y las mejores bolsas del mundo, donde si no estás no eres nadie, por mucho que cotices en el Eurostoxx.

La llegada de Trump a la Casa Blanca ya se sabía que iba a ser como la entrada del pistolero del Far West, que entra abriendo de una patada las dos puertas de la cantina, se sienta en la mesa del póker, coloca sus billetes encima de la mesa junto a su Colt 45, preparado por si alguien pretende salirse de su línea.

Solo admite ganar, solo quiere ganar y lo va a hacer. Eso es lo que no han entendido ninguno de los políticos europeos, con él se negocia de otra manera, no va a haber grandes mesas de reuniones, sólo el despacho oval y los dos o tres que estén a su lado.

Hay que ir a esa reunión con ánimo de negociación y siguiendo un manual que les aconsejo a nuestros políticos, el método de negociación de la Harvard Business School, que te explica muy bien en que consiste una negociación win-win, en la que todos tienen algo que ganar y para ello hay que empezar por ceder a cambio de proponer cesiones después por parte del otro, para tratar de llegar a un acuerdo.

Donald Trump es consciente de que el Gasto Público de los Estados Unidos es insoportable, que no puede tener un déficit de un 6 % acumulativo anual, que le lleva a una deuda que en el año 2000 era de 10,3 billones de dólares y, a cierre de 2024, es de 35,5 billones. Se ha multiplicado por 3,5 veces, que ha llegado al 123 % de deuda sobre su PIB nominal, que el tipo de interés medio que está pagando es de un 3,32 % y que este año el Gobierno Federal tendrá que dedicar 1,2 billones de dólares a pagar intereses de esa deuda y que son el 23 % de todos los ingresos del gobierno.

El presidente americano tiene prisa por cerrar temas y tratar de recomponer las finanzas de su país. Tiene a Elon Musk buscando debajo de las piedras donde cortar gastos, pero también sabe que su gasto militar es insoportable y ha jugado su farol de que deja a la Unión Europea sola y teniendo que pagar la OTAN.

Además nos ha subido los aranceles del acero y del aluminio, que necesitan sus industrias para seguir produciendo, para ver cuál era la reacción y ha sido, en lugar de negociar, decir que nosotros la UE más y ya ha replicado inmediatamente, con la amenaza de un arancel del 200 % a los vinos y champanes de la UE.

Hemos entrado en la provocación con el y tu más, hemos colocado en la mesa de póker nuestro Colt 45 y vamos a jugar como le gusta a Trump, en lugar de sacarle a él de su zona de confort.

Para poder negociar en condiciones hay que entender a la otra parte y por eso quiero que vean lo que está pasando en el tan manido comercio internacional entre la UE y los EE. UU. porque Eurostat acaba de sacar un informe en donde cuenta que el 20,6 % de nuestras exportaciones se van a EE.UU. y sólo importamos el 13,7 % :Comercio entre EE.UU y la UE y de ese informe he sacado los siguientes datos:

Los Estados Unidos, en 2024, nos han vendido un 4 % menos que en 2023, que en valores representa vendernos 13.794 millones menos, a pesar de haber estado sosteniendo la guerra de Ucrania, que según dicen, les ha costado 350.000 millones de dólares y encima la UE le compra menos a su principal aliado.

Pero resulta que nosotros si les hemos vendido más a ellos:

Un 5,5 % más, que representa haberles vendido 27.773 millones más y hemos dejado de comprarles un 22,4 % de petróleo y sus derivados, para, por detrás, seguir comprando a Rusia. Vamos que les hemos hecho el truco del almendruco.

Por lo tanto, el déficit comercial ha crecido un 26,5 %:

EE. UU casi ha tenido un déficit comercial del 26,5 % y además pretendemos dar lecciones de urbanidad.

En este juego del póker, al que quiere jugar Trump, o cambiamos de actitud, o como vemos, vamos a dejar de venderles muchos miles de millones de euros, que van a hacer tambalear a muchas empresas europeas.

No somos suministradores únicos del mundo en nada, los EE.UU. tienen alternativas y ha llegado la hora de no entrar a las bravuconadas del jugador de póker del oeste y ponerse a negociar con sentido común y tratando de que la negociación sea buena para las dos partes.

Si no lo hacemos así y el comercio entre los dos aliados naturales se reduce por culpa de los aranceles, quien más va a perder es la Unión Europea, que es quien más vende y quien además ha entrado en pánico con el tema de la defensa y el pánico no es un buen compañero para jugar al póker.

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