El déficit de la balanza comercial de los Estados Unidos se dispara un 75 %
Parece mentira que el equipo económico del gobierno de Trump sea tan flojito y no haya sido capaz de anticipar el problema que iban a tener dejando a la «fiera suelta»
Estoy convencido de que esto es justo lo contrario de lo que quería que sucediese Donald Trump, pero la culpa de lo que le ha pasado en este primer trimestre solo la tiene él.
Su convencimiento de que siempre que habla está ungido por una clarividencia absoluta y su pensamiento de que siempre que comunica algo lo hace ex cátedra es lo que tiene, que no piensa en las consecuencias a corto plazo de lo que puede suceder con sus intervenciones, muchas veces demasiado histriónicas.
En economía, lo peor que puede pasar es la inseguridad de cara al futuro y su entrada en la Casa Blanca anunciando la subida de aranceles y que esto iba a ser peor a medida que pasasen lo meses ha provocado una enorme desazón en el empresariado americano.
No es normal que un Presidente a los 100 días de su mandato tenga las cifras de aprobación más bajas de la era moderna, Eisenhower se colocó en un 73 % de aprobación, Kennedy en un 83 % o George W. Bush en un 62 %, frente al actual inquilino de la Casa Blanca que se quedó en un 43 %.
Todo viene provocado porque su ego, que le obliga a estar todos los días en el candelero, le lleva a una política errática que ha hecho mucho daño a la economía de su país, al menos en este primer trimestre.
No piensa en las consecuencias a corto plazo de lo que puede suceder con sus intervenciones, muchas veces demasiado histriónicas
Una de las grandes preocupaciones que tenía Donald Trump era el déficit de su balanza comercial, que le provocaba un enorme déficit, que tenía una doble consecuencia. Debilitaba el crecimiento de su PIB y provocaba una salida de capitales de su economía.
Los aranceles que ha ido anunciando, pretendían parar la sangría de salida de capitales, ayudar a mejorar el crecimiento del PIB y, a su vez, conseguir financiación para poder pagar los intereses de la deuda, que es una de sus mayores preocupaciones. Deuda que no olvidemos que contribuyó a crear en su mandato anterior, en donde endeudó a su país en más de 7 billones de dólares en solo 4 años, aunque es cierto que tuvo la mala suerte del COVID, que le obligó a endeudarse en la mitad de esa cifra.
Pero hay una cosa evidente en estos momentos, en el primer trimestre del año le ha salido el tiro de los aranceles por la culata.
Los empresarios americanos, en su desesperación por no saber qué puede pasar con los aranceles a futuro, se han liado a comprar productos como si no hubiera un mañana y han llenado sus almacenes, posiblemente para unos cuantos meses. Esto ha provocado justo lo contrario de lo que quería Trump y necesitaba la nueva administración, que era reducir el déficit de su balanza comercial.
Como siempre, para que lo vean ustedes, con los datos que acaba de publicar la Oficina de Análisis Económico (Bureau of Economic Analysis (BEA)), he preparado esta tabla en la que van a ver el desastre que ha tenido los Estados Unidos en el primer trimestre:
La economía americana se ha comportado más que bien en sus exportaciones. Las exportaciones de productos han crecido al ritmo de la inflación creciendo en 13.147 millones y llegando a 528.568 millones de dólares, que suponen un crecimiento del 2,6 %, mientras que las exportaciones de servicios han crecido un 8,4 % y han llegado a los 288.942 millones de dólares. Así tenemos que las exportaciones de bienes y servicios suben un 4,5 % con un incremento en valor de 35.418 millones de dólares.
Pero el problema ha venido por las importaciones que han crecido en productos un 20,9 % y ha provocado un incremento de compras de 164.884 millones dólares y una subida en la compra de servicios que ha crecido un 10,7 % sumando otros 20.85 millones de dólares de más importaciones.
Todo ello ha llevado que, aunque en los servicios han tenido un ligero superávit del 2 %, en productos, el déficit se ha incrementado en un 55,5 %. Esto ha llevado a que la economía americana haya pasado de un déficit de 200.798 millones de dólares en el primer trimestre de 2024 a los 351.069 millones de déficit en 2025, lo cual supone un incremento del déficit del 74,8 %.
A Trump se le ha ido el ego de las manos y esto le tiene que servir como una cura de humildad y a ponerse de verdad a negociar con sus aliados y sus socios, si no quiere hacer sufrir a la economía americana, que ha visto decrecer el PIB en términos reales en el primer trimestre de un 0,3 % que viene provocado por este déficit y en parte por la bajada de gasto público.
Nadie preveía una caída tan significativa en la economía americana que había crecido en el último trimestre a ritmos del 2,4 %.
Probablemente, esto no se va a volver a repetir en el segundo trimestre, porque no se van a importar ni tantos productos, ni tantos servicios, pero en caso de producirse sería por la política totalmente errática de los aranceles.
Parece mentira que el equipo económico del gobierno de Trump sea tan flojito y no haya sido capaz de anticipar el problema que iban a tener dejando a la «fiera suelta». Nadie niega a Trump sus conocimientos en el tema empresarial, pero es microeconomía y lo que funciona en la micro no tiene por qué funcionar con la macro.
Esperamos que el hombre que ha empezado a desmontar el movimiento woke en el mundo, vuelva al sentido común y lleve a los americanos el éxito que se merecen y empiece a entender que no todos somos sus enemigos y que al otro lado del charco hay mucha gente que queremos tener una muy buena relación con la mayor economía del mundo.