
Yolanda Díaz y Joaquín Pérez Rey.
Fallos, improvisación y 150.000 expedientes en el aire: el programa que implantó Yolanda Díaz desespera a sus empleados
El sistema Alma, que costó más de 30 millones de euros a cuenta de los fondos europeos, acumula críticas por su mal diseño y problemas técnicos
El Ministerio de Trabajo invirtió más de 30 millones de euros en Alma, un nuevo sistema informático que, lejos de facilitar la gestión del desempleo, ha generado una cascada de fallos técnicos y quejas por parte de sus propios trabajadores. Los problemas acumulados han motivado incluso la apertura de una petición en Change.org para solicitar su retirada, que en apenas dos semanas ya ha reunido más de 2.700 firmas.
Tras el caos que dejó la pandemia en el mercado laboral, el Departamento que dirige Yolanda Díaz anunció un «proceso integral de modernización» del SEPE. Para ello, se licitó el desarrollo de una nueva aplicación de gestión que sustituyera a el sistema de prestaciones y subsidios que llevaba operando desde finales de los ochenta. Así, Trabajo presentó un concurso a cuenta de los fondos europeos por valor superior a los 30 millones de euros para el desarrollo de Alma. El primer lote se lo llevó la consultora Deloitte por 8,2 millones de euros, mientras que el segundo se la adjudicó la unión temporal de empresas formada por Capgemini y Babel por 10,3 millones.


Alma fue concebido como un sistema capaz de unificar solicitudes, pagos y comunicaciones internas en una única interfaz moderna. Sin embargo, su implantación ha provocado serios problemas operativos. Los sindicatos denuncian que el sistema ha paralizado el trabajo en múltiples oficinas de empleo: caídas constantes, expedientes bloqueados y una plantilla que apenas ha recibido formación para su uso. Incluso los trabajadores han abierto una petición en Change.org pidiendo su retirada.
En ella, una trabajadora relata los problemas a los que se enfrentan: «31 de marzo, último día de mes y por tanto día clave para que lo tramitado hoy se cobre el 10 de abril. A Alma se le ocurre dejar de funcionar...a mitad de operación dice que sesión expirada y no deja hacer nada más. Al tener que repetir varias veces el intento, la cita se va retrasando y los expedientes sin tramitar se acumulan para ver si luego funciona. Pero no, no funciona, te deja dar algún paso y te saca del sistema. Y a las 15 horas cierran el sistema. Intentas de nuevo a ver si a la velocidad que va consigues tramitar el expediente antes de que cierren si no te da error y, con suerte algún usuario por lo menos cobra el día 10, si Alma tiene a bien funcionar...».Según explica esta empleada, su interfaz es «pésima» lo que dificultad poder explicar a los usuarios los recibos, lo cual es frustrante «porque no podemos resolver las dudas ni darles una respuesta adecuada al no entender qué ha hecho el programa». «Antes era un proceso más sencillo y eficiente. Necesitamos volver al programa anterior mientras no se disponga de uno mínimamente operativo. No se trata sólo de nosotros, los trabajadores, sino de miles de ciudadanos que dependen de este servicio para su subsistencia. Este constante funcionamiento defectuoso del programa Alma añade estrés e incertidumbre en un momento que ya es difícil para muchos» añade, para concluir pidiendo firmar la petición para que el SEPE retire este programa «disfuncional».
Fuentes del SEPE apuntan a que seguramente se trate de una herramienta muy buena para cerrar los resultados, que habitualmente habían sido un dolor de cabeza para la Dirección General, pero «no tiene sensibilidad de cara al público» ya que «una consulta básica se convierte en un imposible».
Falta de previsión
Los sindicatos llevan meses advirtiendo de que la implantación del sistema se realizó con «absoluta falta de previsión, de forma atropellada y totalmente unilateral», bajo el aliciente de «premios engañosos» por participar en los cursos y «saltándose a la torera» el procedimiento establecido en materia de Formación del SEPE. En un comunicado, denuncia que los cursos de formación ofrecidos fueron tan básicos que «se podían completar en pocas horas para obtener un diploma y unos días de regalo, en lugar de garantizar una capacitación real».
El sindicato también apunta a una preocupante acumulación de expedientes sin tramitar. Según sus cálculos, habría más de 150.000 solicitudes del complemento de apoyo al empleo (CAE) pendientes desde abril, todas ellas canalizadas ahora a través de Alma. Desde el Ministerio, sin embargo, se rebaja la cifra hasta los 7.900.
Desde el SEPE señalan que, en realidad, todos estos problemas son consecuencia de la falta endémica de personal que sufre el organismo. «El SEPE necesitaría 12.500 personas para gestionar todo lo que está llegando, pero actualmente estamos en la frontera de los 7.000», apunta.
Descoordinación
Además de los fallos técnicos, el despliegue de Alma ha evidenciado una descoordinación interna preocupante. Según CCOO, las direcciones provinciales han recibido libertad para organizar formación complementaria sin criterios comunes, lo que ha derivado en una implantación desigual y caótica. En Galicia, la central sindical CIG califica la situación del SEPE de «crítica» y señala que en los últimos cuatro años se han perdido 85 empleados públicos, agravando la falta de medios.
Los problemas de este sistema reflejan varios de los vicios que arrastra la gestión de este Gobierno, con partidas infladas con fondos europeos, falta de evaluación real de las medidas implantadas y una ejecución que, según denuncian los trabajadores, los ha dejado sin herramientas eficaces para cumplir con su función. Y, lo más preocupante, miles de ciudadanos siguen esperando a que un programa informático decida si este mes cobran o no.