Donald Trump
Trump abre otro frente a las empresas españolas y carga contra la eólica marina: «Es una vergüenza, matan a las ballenas»
El magnate mantiene en torno al 50 % las probabilidades de lograr un acuerdo con la UE e insiste en dejar fuera los medicamentos: «Deben producirse en EE.UU.»
Donald Trump pone a la energía eólica marina en el punto de mira. En la rueda de prensa celebrada este domingo junto a Úrsula von der Leyen para tratar de alcanzar un acuerdo arancelario con la Unión Europea, el republicano ha asegurado que este tipo de parques «son una vergüenza, muy destructivos y malos para la gente». Además, los ha vinculado, en contra de la evidencia científica, con un aumento de las muertes de ballenas dado que, según ha dicho, «se vuelven locas».
El presidente ha cerrado la puerta a nuevas concesiones en Estados Unidos a parques de eólica marina.
De vacaciones en Escocia, el republicano ha cuestionado la apuesta de Reino Unido por esta tecnología. «Ahora voy a ir a uno de los mejores campos de golf del mundo, veo el paisaje y pienso: qué vergüenza».
En España, los parques eólicos marinos siguen sin despegar, dado que el sector está aún a la espera de una orden ministerial que habilite la primera subasta.
Pero en Reino Unido y también en Francia ya hay un desarrollo importante, con grandes inversiones, entre otros, de Iberdrola. La compañía española está construyendo East Anglia Three, uno de los mayores parques eólicos del mundo cuando entre en operación, a finales del año que viene, con 1.400 MW. En la fabricación del mismo participan las también españolas Navantia, y Gamesa.
Iberdrola comenzó a construir East Anglia Hub en 2022. El complejo agrupa tres proyectos con una capacidad instalada total de 2.900 MW: East Anglia One North, East Anglia Two y East Anglia Three. Esta potencia es suficiente para abastecer energía limpia a 2,7 millones de hogares británicos.
Respecto al acuerdo con la UE, Trump ha afirmado que «ya veremos que pasa, tenemos ganas», ha afirmado antes de reunirse con Von der Leyen. Dicho acuerdo no incluirá, en principio, a los productos farmacéuticos, cuya fabricación, según el republicano, «debería concentrarse en Estados Unidos» dado su carácter estratégico.
