La estafa de la España Vaciada y el libro blanco de Feijóo para el campo
A la hora de votar, deberían dejarse de experimentos los hombres y las mujeres del campo porque con las cosas del comer no se juega
«El campo español no puede ser socialista. Por la sencilla razón de que la España Vaciada es una de las mayores estafas de Pedro Sánchez. Con suerte, quizá se acuerde todavía de las plataformas que nacieron para completar el número de escaños que necesitaba para gobernar en 2020. La marca blanca de la izquierda cumplió su función hasta que Tomás Guitarte, de Teruel Existe, perdió el escaño en el Congreso y luego, si te he visto no me acuerdo. Desde luego, él nunca ha creído en esto». Eso me cuenta un empresario ganadero de la provincia de Huelva que conocí hace años grabando un reportaje para TVE.
Tras el triunfo de la moción de censura que aupó a Sánchez a la Moncloa, los promotores de la purga emprendida contra quienes no éramos de la cuerda de la nueva dirección, decidieron castigarme recortando mi sueldo de manera sustancial y destinándome a un programa dedicado al medio rural. De aquella etapa conservo un buen puñado de amistades, además de estupendas fuentes informativas en el sector primario. Estoy convencida de que mis inquisidores nunca imaginaron que disfrutaría aquella temporada extraña en la televisión pública. Y que hasta les estoy agradecida por todo lo que aprendí en mis viajes por la España vacía. Vacía, que no vaciada, por favor, pues una cosa es el elemento vertebrador de la convivencia descrito por Sergio del Molino en el magnífico ensayo del mismo título que publicó en 2016, y otra bien distinta, la utilización de agricultores y ganaderos para hacer política.
«Estamos hartos de que sólo se acuerden de nosotros los unos y los otros para intentar comprarnos. O incluso para enriquecerse. Acuérdate de aquello que se publicó hace poco sobre un proyecto de Hidalgo y Begoña Gómez que pretendía convertir algunas de nuestras explotaciones en desarrollos urbanísticos destinados al turismo». Se refiere mi contacto a ‘Hola Pueblos’, un negocio que acabó siendo desechado por Globalia por las dificultades legales que implicaba adquirir pueblos enteros de especial relevancia patrimonial y medioambiental con el objetivo de transformarlos en polos tractores de visitantes.
El Gobierno asegura que ha dedicado 12.000 millones de euros a la España abandonada y que ha desarrollado un programa con 130 medidas. Sin embargo, nadie ha evaluado su impacto
«El Gobierno asegura que ha dedicado 12.000 millones de euros a la España abandonada y que ha desarrollado un programa con 130 medidas. Sin embargo, nadie ha evaluado su impacto, si es que han llegado a aplicarse. Y tampoco se sabe si tendremos más dinero que los 72 millones de euros anuales que contemplan los últimos Presupuestos Generales aprobados», me explicaba ayer en conversación telefónica un veterano cofrade de la vendimia en la Rioja Alavesa.
Juntos, buscamos el Presupuesto total del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que es el que tiene las competencias para enfrentar los perjuicios derivados de la despoblación del mundo rural. Son 10.371 millones de euros frente a 72, según decíamos, así que la atención a este problema apenas es hoy residual cuando en enero de 2020 Sánchez le dio la máxima relevancia para lograr el voto decisivo de Teruel Existe en la investidura. Por eso no es de extrañar que se sigan perdiendo vecinos en los municipios de menos de 2.000 habitantes. Aunque la propaganda monclovita prefiera fijarse en los que superan los 5.000, que si somos rigurosos, no deberían ser considerados como área rural porque las deficiencias de conectividad o la financiación para costear los servicios públicos no tienen nada que ver.
Libro Blanco
Alberto Núñez Feijóo anunció ayer la elaboración de un Libro Blanco de Desarrollo Rural consensuado con las organizaciones agrarias. Lo hizo en la localidad ciudadrealeña de Membrilla, donde se comprometió a acabar con «los que protegen más al lobo que al ganadero, los que no dejan limpiar al monte o los que hablan de emergencia climática pero no invierten en la prevención de incendios como los que hemos sufrido este verano».
Entre las diez materias que abordará el texto, el líder de la oposición ha puesto especial énfasis en la defensa de una Política Agraria Común igual para todos, ahora que se está negociando el presupuesto; en la reducción de la burocracia mediante una ley de simplificación administrativa en el ámbito rural, y en la implementación de una norma para el ámbito fiscal con la que se discrimine favorablemente a los que viven en y del campo. Y también ha vuelto a abogar Feijóo por un Plan Nacional del Agua despolitizado y tecnificado, así como otro de gestión forestal.
Conocida la reñida disputa entre PP y Vox por el voto rural, se le está sacando mucha punta a la convocatoria. Y es comprensible, aunque nadie debería perder de vista que el sector agroalimentario representa el 8,6 % de nuestro PIB. Seguimos siendo la cuarta potencia europea y la séptima del mundo, con 76.000 millones de euros en exportaciones y una balanza comercial favorable superior a los 15.000. A la hora de votar, deberían dejarse de experimentos los hombres y las mujeres del campo porque con las cosas del comer no se juega. Y nunca mejor dicho, ¿verdad?
Susana Burgos es periodista especializada en economía y empresas y formadora de portavoces
