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Salarios
Así responden los extranjeros cuando se les pregunta por su sueldo en España: «Eso no es dinero amigo»
La realidad del sueldo de los extranjeros en España evidencia un problema estructural del mercado laboral
En España, muchos trabajadores extranjeros se enfrentan a sueldos que, aunque les permiten subsistir, están muy por debajo de la media española y reflejan la precariedad de ciertos sectores. Un ejemplo de ello es un trabajador colombiano que se dedica al reparto a domicilio, quien comenta que «al mes es variado, pero ya como todo cambió el contrato, ya estamos ganando 1.100 euros».
Otro caso lo representa un trabajador marroquí en la construcción, que percibe entre 1.350 y 1.400 euros al mes y lleva tres años en el oficio. Su testimonio evidencia que, a pesar de la antigüedad, los salarios en sectores como la obra siguen siendo modestos y no siempre se corresponden con la intensidad del trabajo físico requerido.
Por su parte, un salvadoreño empleado como comercial en la venta de productos latinos para toda Latinoamérica afirma que su sueldo ronda los 1.300 euros mensuales y que lleva cuatro meses en el puesto. Su experiencia refleja que incluso en trabajos comerciales o de atención al cliente, los ingresos de los extranjeros pueden mantenerse en niveles ajustados, sobre todo en los primeros meses de contrato.
La realidad del sueldo de los extranjeros
Estos testimonios muestran un patrón: los extranjeros en España, especialmente en sectores como la hostelería, la construcción, el reparto o el comercio minorista, suelen percibir salarios que, aunque cumplen con el mínimo legal, se encuentran por debajo de lo que se consideraría suficiente para cubrir con comodidad todas las necesidades básicas.
Además, la temporalidad de los contratos y la rotación de empleo son factores que influyen directamente en la estabilidad económica de estos trabajadores.
La realidad del sueldo de los extranjeros en España también evidencia un problema estructural del mercado laboral: la falta de salarios dignos en empleos que requieren esfuerzo físico o dedicación constante. Los trabajadores colombianos, marroquíes o salvadoreños entrevistados muestran que, aunque están insertos en el sistema laboral español, su remuneración muchas veces no refleja su experiencia ni la exigencia de sus puestos.