La tormenta perfecta de Telefónica
Y aún queda lo mejor: la inevitable ampliación de capital que haga frente a la deuda de la compañía
Vista de la sede de Telefónica
Si antes lo digo… Pero eso es ya agua pasada: el ERE de Telefónica es lo que viene, y atrás quedan dos días dramáticos en los que la teleco perdió 3.776 millones de euros en bolsa, que se dice pronto. Y las estadísticas: en los últimos 18 años, el valor de la acción ha pasado de representar el 20 % del Ibex a ser apenas el 2,5 %. ¿Qué ha pasado?
Pues que las cuentas trimestrales y el llamado Plan Estratégico han desencadenado una tormenta casi perfecta. Pero como dicen en la Ciudad Financiera, «hay que mirar para adelante»; y ahora solo queda convencer a los inversores de que el futuro será mejor. Marc Murtra dice que lo mismo le pasó con Indra. ¡Como si fuera lo mismo Indra que Telefónica!
Pero la realidad es que Telefónica ya nunca será la Telefónica que conocimos. Ardua tarea les espera hasta 2030, por mucho que el Consejo de Administración apoye la jugada. Dicen que Murtra no se ha dejado impresionar por el desplome en los mercados. Insiste en «tomar todas las decisiones que sean necesarias». Y a decir verdad, parece que lo va a hacer. Y lo primero es el recorte de plantilla.
Todos somos ya accionistas de Telefónica y me temo que vamos a seguir poniendo más dinero en una ampliación de capital
El consejero delegado Emilio Gayo fue el primero en hablar del recorte. Unos 6.000 trabajadores que supondrían un ahorro de costes de unos 3.000 millones de aquí a que concluya en famoso Plan. No lo querrán llamar ERE, pero es eso y algo más.
No voy a referirme de nuevo al dividendo, pero sí quería detenerme en las operaciones corporativas que se anuncian y que tratarían de paliar los males endémicos de la compañía que señala el propio presidente: «Aversión a tomar decisiones difíciles, gran complejidad organizativa y operativa, escasa flexibilidad financiera, lentitud en la ejecución, excesivo cortoplacismo…». El Plan Estratégico da pistas de hacia dónde se dirigirá la nueva Telefónica. Y cuatro son los frentes señalados: España, Alemania, Reino Unido y Brasil. Ni una palabra de Hispanoamérica, donde siguen las ventas de las filiales. Tiene gracia que Murtra hable de fusiones y adquisiciones pero «a precio adecuado» cuando la almoneda americana sigue con sus rebajas en México, Chile y Venezuela.
Y aún queda lo mejor: la inevitable ampliación de capital que haga frente a la deuda de la compañía. Dice Murtra que ya tiene el ok de su Consejo, pero los mercados más que de Plan hablan de maniobra financiera que sea aceptable por los mercados. Y los mercados ya están hablando.
Y queda lo mejor. El primer año del Gobierno en el accionariado de Telefónica no se podía cerrar peor. Pero hablar de Gobierno es un decir. La SEPI somos todos los españoles, no solo los pequeños accionistas que han visto volar su dividendo y que la operadora haya perdido un 17,9 % de su valor. ¡Menudas ideas las de Manuel de la Rocha y Moncloa!
En realidad todos somos ya accionistas de Telefónica y me temo que vamos a seguir poniendo más dinero en una ampliación de capital que va a costar sangre si los mercados siguen desconfiando del Plan de la operadora.