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La inflación que se dispara y el PNV se apunta al caso Cerdán

Hasta hace unos días nos querían hacer creer que esto de que la inflación se había disparado era un invento de la prensa 'facha' o de los magistrados del Supremo

Pedro Sánchez y Carlos Cuerpo, este jueves entrando al hemiciclo

Pedro Sánchez y el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, este jueves entrando al hemiciclo.EFE

Tengo un amigo pescadero que ha debido coger el gusto al WhatsApp. Cada semana me manda un video hecho por él en el que repasa el mostrador del mercado donde tiene el puesto. La verdad es que va mejorando bastante en su calidad técnica, y ya se detiene con arte en los precios del género en cuestión. Como no voy mucho al mercado -algo más al súper- no dejan de asombrarme los precios, sobre todo ahora que se acercan las fiestas. Esto me ha traído a la memoria lo que hacía mi madre por estas fechas, o incluso antes, cuando compraba el pescado para Navidad y lo congelaba mientras protestábamos por aquella invasión del pequeño congelador familiar. Nada que ver con los de ahora.

Vivimos en dos mundos paralelos: el de «la economía va como un tiro» de Pedro Sánchez y la economía real

El caso es que los vídeos de mi amigo y el recuerdo materno me han confirmado en que vivimos en dos mundos paralelos. Por un lado, el de «la economía va como un tiro» -Pedro Sánchez dixit- y por otro el real, el que todos los días se exhibe en los mercados y que parece que corresponde a otro planeta. Y no me refiero al pescado fresco o marisco, al que uno mira como aquellos niños pegados al escaparate de la tienda de juguetes, sino a lo de cada día: el pan, la leche, las patatas, el pollo y los huevos.

Hasta hace unos días nos querían hacer creer que esto de que la inflación se había disparado era un invento de la prensa facha o de los magistrados del Supremo. Pero en octubre no solo comprobamos que alcanzaba el 3,2 %, sino que además la diferencia con el resto de los países de Europa se había disparado al 1,1 %. La inflación en Francia está en el 2,4 %; en Italia, en el 1,9 %, y en Alemania, en el 0,9 %, por poner solo algún ejemplo.

Si preguntamos al Gobierno por estos datos, repetirá que la economía española es la que más crece de Europa, pero no analizan las consecuencias que esta inflación provocará a no mucho tardar en nuestras empresas. Ya no es que los aranceles de Estados Unidos nos estén afectando; es que China está dinamitando los precios en Europa, pues no le queda más remedio que vendernos a nosotros a la vista de los problemas con Estados Unidos. Y si a eso sumamos la pérdida de competitividad de nuestros productos en Europa, la tormenta no ha hecho más que comenzar.

Y solo acaba de comenzar, pues al alza de los precios hay que sumar en España otros incrementos que los empresarios conocen muy bien, pues están cerrando los presupuestos del año que viene: costes laborales que siguen creciendo por el intervencionismo del Gobierno, y una carga fiscal que duplica la de Europa en algunos sectores.

Mikel Buesa analizaba la semana en este mismo diario el enfrentamiento entre los datos macroeconómicos y los que cada familia y empresa comprueban cada día, y llegaba a la conclusión de que la economía no solo no va bien, sino que el Gobierno nos está engañando. Una amiga que me lee cada semana en El Debate me pregunta siempre por qué si la economía va tan bien, no hace más casas de protección oficial el Gobierno. Siempre le digo lo mismo: porque no quiere. Y si no hay casas baratas, tampoco los jóvenes se pueden independizar. Es una realidad que vemos cada día y que ningún ministro puede disfrazar. Ni siquiera María Jesús Montero.

Por cierto que, hablando de Montero, esta semana pasada presentó el llamado techo de gasto. Para los profanos, el techo es la cantidad máxima de gasto que el Gobierno puede realizar en un año, sin incurrir en déficit estructural. Es la herramienta para garantizar la estabilidad financiera y sirve para elaborar los Presupuestos Generales del Estado. Pues bien, las cuentas de Montero lo han situado en 212.026 millones de euros, un 8,5 % más que en el año 2025. ¿Y de dónde lo va a sacar el Gobierno ahora que se queda sin fondos europeos y sin Presupuestos? Pues como hasta la fecha: aumentando el déficit que deja a los que vengan después, que sigue subiendo y ya supera los 1,7 billones de euros. Es decir, de la deuda y de los impuestos que, no se preocupe, seguirán subiendo… ¡y nos quejábamos de las basuras!

Y hablando de basura, al día siguiente del artículo del domingo pasado, la UCO no solo situaba en el 2 % de mordida de todas las obras que controlaba la banda de Cerdán, sino que a Acciona le había salido un compañero de viaje: el PNV. Resulta encantador cómo la constructora ha hecho público que encargó el pasado verano a PwC que revisara su sistema interno de prevención de delitos, y también que evaluara sus actuales protocolos de control de riesgos, entre ellos el seguimiento de los sistemas de licitación y contratación, la conformación de UTE y la selección de empresas subcontratistas.

Hace bien en tomar medidas la constructora de la familia Entrecanales. Cada próxima declaración ante los tribunales -y quedan unas cuantas- promete ser una nueva bomba para su reputación. Y haría bien en hacer lo propio el Partido Nacionalista Vasco. El informe de la UCO sobre la corrupción en torno a Santos Cerdán y al empresario Antxon Alonso incluía una sección titulada: 'M. Fomento', 'M. Medio Ambiente' y 'Peticones [sic] nombramientos PNV'. Según el apartado, los nacionalistas pedían tres cargos al PSOE a cambio de la moción de censura que tumbó a Rajoy: un puesto «importante» en Adif, la sociedad que en el País Vasco explota los ferrocarriles estatales; otro similar en la SEPI y otro en Medio Ambiente. En este último caso, el informe de la Guardia Civil incluye el nombre de Javier Cachón, que «fue nombrado por [José Luis Rodríguez] Zapatero y es muy buen profesional». La UCO recuerda que fue la persona que dio el visto bueno a la evaluación ambiental del proyecto Mina Muga de Navarra, en que participaron Cerdán y Alonso con Acciona. ¡Ay Zapatero!, ¡siempre en los papeles!

En fin, que tanto amor del PNV a Sánchez ya empieza a pasarle factura; como terminará salpicando a todos. Siempre quedará al PNV contratar a PwC (Price Waterhouse Coopers) para que, al menos, evalúen sus protocolos de riesgo.

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