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Gonzalo Bernardos

Gonzalo BernardosEFE

La advertencia de Gonzalo Bernardos sobre la vivienda: «No hay burbuja, es un boom que durará años»

El economista sostiene que el alza de precios responde a la escasez de oferta y al trasvase de jóvenes del alquiler a la compra

El economista Gonzalo Bernardos descarta de forma tajante que el mercado inmobiliario español esté ante una nueva burbuja. A su juicio, el fuerte encarecimiento de la vivienda responde a un desequilibrio estructural entre oferta y demanda y no a un ciclo especulativo como el que precedió a la crisis de 2008. «No hay burbuja. Lo que existe es un boom inmobiliario que durará bastantes años», afirma.

Bernardos, profesor de Economía en la Universidad de Barcelona y advisor de Trioteca, advierte de la «confusión conceptual» que rodea al uso del término burbuja, reactivado en análisis mediáticos y discursos políticos ante la escalada de precios. «Es erróneo utilizarlo como sinónimo de precios elevados o subidas intensas en un periodo concreto», señala. Una burbuja, recuerda, exige dos fases –creación y destrucción– y no basta con un aumento acusado del valor de los activos.

El economista pone como ejemplo el ciclo alcista vivido entre 1986 y 1991, cuando el precio de la vivienda llegó a crecer un 234 % en términos nominales sin que se produjera posteriormente un colapso del mercado. «Nada explotó», subraya. En cambio, sí identifica una burbuja «clásica» en el periodo comprendido entre 1998 y 2013, cuando la banca concedió crédito de forma masiva y llegó a otorgar más hipotecas que viviendas se vendían, un proceso que desembocó en la crisis financiera tras años de desequilibrios y un déficit exterior que alcanzó el 9,6 % del PIB en 2007.

En el contexto actual, Bernardos insiste en que la situación es «radicalmente distinta» a la de entonces. El aumento de los precios, explica, no está impulsado por una expansión crediticia descontrolada, sino por una oferta claramente insuficiente frente a una demanda creciente. «La causa es exclusivamente la escasez de vivienda», resume.

Este diagnóstico coincide con los datos del último informe del Centro de Estudios de Trioteca, correspondiente al mes de noviembre, que reflejan un encarecimiento tanto del importe medio de las hipotecas solicitadas, que se situó en 210.000 euros, como del valor medio de la vivienda financiada, que alcanzó los 301.000 euros, el nivel más alto desde el pasado verano.

De cara a los próximos años, Bernardos anticipa que la presión sobre el mercado se mantendrá. «Vamos a asistir a un traslado masivo de jóvenes menores de 40 años desde el mercado del alquiler al de compra», sostiene. A su juicio, en un escenario en el que el alquiler resulta más caro que una cuota hipotecaria, la decisión es clara para quienes pueden acceder a financiación. «Nadie que piense a medio y largo plazo, pueda conseguir una hipoteca y sea sensato, preferirá alquilar si esa opción es mensualmente más onerosa que comprar», concluye.

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