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Quique Sarasola

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El fundador de la cadena hotelera, libre de culpa

El informe de PwC exime de culpa a Kike Sarasola en la quiebra de Room Mate

La quiebra de la cadena hotelera Room Mate fue fortuita. Así lo asegura PwC, administrador concursal, en el informe remitido al Juzgado número 14 de lo Mercantil. En su informe de calificación, exime al fundador, Enrique Sarasola, y al resto del consejo, descartando por tanto que su mano estuviera detrás del agravamiento económico de la situación de la compañía.

Aunque la última palabra siempre la tiene la jueza del concurso, única responsable de determinar las causas de la quiebra, Expansión ha adelantado que el informe de PwC favorece a los intereses de Sarasola. «Quiero compartir con vosotros esta noticia tan importante para mí», dijo el empresario en Twitter.

Auge y caída de Room Mate

El Juzgado de lo Mercantil número 14 de Madrid declaraba el final de la fase común del concurso de acreedores en el que entró Room Mate, lo que daba paso a su liquidación tras completarse la venta al fondo estadounidense Angelo Gordon y a la hotelera canadiense Westmont Hospitality.

Con la apertura de la fase de liquidación, se produjo el cese del presidente y del fundador del grupo, Enrique Sarasola, así como del resto de los consejeros de la sociedad.

Angelo Gordon y Weston fueron los únicos postores con una oferta valorada en 57 millones de euros, dividida en 53 millones que corresponden a la asunción de pasivos laborales, saldo pendiente con proveedores, arrendamientos, deudas…y otros cuatro millones en concepto de contraprestación ofrecida por la unidad productiva que incluye la explotación de 21 hoteles.

El último clavo en el ataúd

Que algo marchaba mal en Room Mate acabó por salir a la luz el pasado mes de mayo, cuando trascendió que la empresaria Sandra Ortega, hija de Amancio Ortega, desahuciaba al grupo hotelero español de sendos hoteles en Nueva York y Miami al exigir el 100 % del pago del alquiler de los inmuebles. Fue, posiblemente, el último clavo en el ataúd de la cadena hotelera, que se vio inmersa en las turbulencias de la crisis desatada por la pandemia.

La respuesta de la cadena hotelera fue acusar a la empresaria de «extrema rigidez» en las negociaciones, asegurando en aquel tiempo que estaban en proceso de regularizar el pago con la mayoría de sus proveedores.

Finalmente, en junio, Room Mate presentó en los juzgados la solicitud de concurso de acreedores voluntario con venta de unidad productiva, acompañada de una oferta vinculante por parte de un inversor que plantea la continuidad del negocio y el mantenimiento de los puestos de trabajo.

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