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05 de mayo de 2024

Un ingeniero toma notas junto a los espejos del James Webb

Un ingeniero toma notas junto a los espejos del James WebbNASA

Los españoles ya no quieren ser ingenieros: «El déficit de profesionales irá en aumento»

La evolución tecnológica exigirá una demanda de ingenieros que España será incapaz de satisfacer, en un contexto en el que las facultades se vacían de alumnos

En la ingeniería española hay carencia de profesionales. Y a este sombrío panorama hay que añadir que parece que no habrá el relevo suficiente, debido a que se ha reducido el número de estudiantes de esta carrera, para satisfacer la demanda que generará la evolución tecnológica.
Esta ha sido la principal conclusión de la jornada 'Retos de futuro: Talento joven en el sector de la ingeniería', que ha organizado Tecniberia, la Asociación Española de Empresas de Ingeniería, Arquitectura, Consultoría y Servicios Tecnológicos.
Las previsiones son que nuestro país necesitará unos 200.000 nuevos ingenieros durante la próxima década, aunque no es un problema exclusivo de España. Esa necesidad viene de ámbitos como las tecnologías relacionadas con la forma de gestionar y administrar datos, la ciberseguridad o el blockchain, los nuevos materiales, el ciclo circular del agua, la conectividad a través del sector aeroespacial, políticas relacionadas con la salud de vanguardia o con los microchips, y, a medio plazo, con la inteligencia artificial y los gemelos digitales.

Función social

A juicio de los expertos que han intervenido, las empresas de ingeniería deberían explicar más y mejor lo que hacen de cara a la sociedad, potenciando el valor social de esta actividad, así como acercarse a los jóvenes y niños para fomentar nuevas vocaciones que palíen el déficit actual.
Para Javier Cid, vicepresidente de Tecniberia y coordinador del Comité Laboral de la asociación, el problema de la captación y retención de talento en las ingenierías es una de las cuestiones más relevantes que tiene el sector.
Por su parte, el presidente, Joan Franco, subrayó en su intervención que el trabajo de un ingeniero «es convertir los conocimientos en cosa prácticas que hagan más fácil la vida de las personas, incluso me atrevería a decir que las haga más felices. Tenemos una función social».
«Los jóvenes no acaban de ser conscientes de esta realidad. Esa es una de las razones por las que se ha reducido el número de estudiantes de la carrera».
A juicio de Franco, el sector empresarial debería mejorar en dos aspectos: en publicitar y dar a conocer todas sus actuaciones a la sociedad en general y muy especialmente a los jóvenes y a los niños, al objeto de despertar vocaciones embrionarias; y la conexión con las universidades, a día de hoy insuficiente.
«Debemos fidelizar a nuestros ingenieros, evitar fenómenos como el drain brain, hemos de ofrecer buenos proyectos y debemos pagarlos bien. Y, para ello, estos proyectos deben generar márgenes suficientes para las empresas de manera que permitan pagar salarios justos y adecuados al talento», subrayó Joan Franco.

Vocaciones

El presidente de Tecniberia recalcó que la transformación digital, la transición ecológica, la adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático y el camino a recorrer hacia una economía más circular, obliga ya a conseguir un mayor número de vocaciones de ingeniería, de perfiles STEM en general, para satisfacer la demanda que generará la evolución tecnológica.
Sobre esta cuestión, resaltó la importancia que adquiere la incorporación de la mujer a la ingeniería, superando la actual brecha de género en la formación STEM: «Necesitamos, tanto a nivel de profesorado como de profesionales, referentes femeninos en el desarrollo de las formaciones y profesiones STEM de tal manera que ayuden a mejorar e incrementar el atractivo de estas profesiones y estudios»
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