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30 de abril de 2024

Miles de docentes trabajan gratis o por cantidades mínimas en las universidades sin contratos ni seguridad social

Múltiples herramientas son necesarias para detectar si ha habido plagio en la entrega del alumnoPixabay

Estas son las armas secretas de los profesores para detectar los plagios de sus alumnos

Ante las artimañas de aquellos que aprovechan la tecnología, más tecnología. Los docentes cuentan con varias alternativas para detectar los calcos entre los estudiantes

Ante el avance incontenible de la inteligencia artificial en todos los ámbitos de la vida, en el área educativa van apareciendo diferentes herramientas para detectar qué tareas no han salido de la mano (y la mente) del alumno, sino que proceden de la ‘ayuda’ de algún tipo de asistente virtual.
De hecho, cada vez son más los profesores que toleran (y se resignan) a su existencia, pero aprovechan la coyuntura para animar a su uso siempre y cuando luego el alumno sea capaz de defender, tanto de forma oral como escrita, su trabajo.
Otras veces, sin embargo, ello no es posible, por lo que los docentes tienden a buscar la manera adecuada para defenderse ante el plagio. Ante los avances de la tecnología, más tecnología.
  • Plagiarisma: Una de las herramientas antiplagio por excelencia. Detecta la posible infracción de los derechos de autor en ensayos, trabajos de investigación y cursos. Es fácil e intuitiva, porque permite pegar los textos a analizar. Además, podemos cargar documentos desde el Drive y soporta otros formatos, como TXT, HTML, EPUB o XLS.
  • Papel Rater: Su mayor virtud, que la diferencia de otras herramientas ‘hermanas’, es que permite hacer traducciones automáticas para comprobar si el documento original proviene de otro idioma, lo que sin duda servirá de mucha ayuda cuando se trate de alumnos o colegios bilingües.
  • Viper: una solución habitual dedicada a la detección de plagios. Su versión gratuita permite realizar el escaneo de un documento de hasta 30.000 palabras cada semana, pudiendo ampliarse en su modalidad de pago. Este detector posee una interfaz simple de usar y un detallado proceso de escaneo, diagnosticando un informe que concluirá en qué porcentaje el trabajo ha sido copiado.
  • Plag: Es una plataforma eficaz para la detección del plagio que se sirve de una herramienta de detección multilingüe en 129 idiomas. Permite archivos en varios soportes y de un peso de hasta 50 MB y emplea una variedad de algoritmos que funcionan para cualquier sistema de escritura, como el griego, el árabe, el cirílico o los caracteres chinos y derivados.
  • Plagium: Se autodefine como una herramienta de detección de plagio la cual ha sido diseñada específicamente para identificar aquellos textos generados por IA que hayan sido o copiados o hayan parafraseado otras fuentes. Utiliza algoritmos avanzados y técnicas de aprendizaje automático para comparar el texto a analizar y proporciona un informe sobre la probabilidad de que el texto haya sido plagiado.

El problema de los TFG

Contra la cultura del esfuerzo, y en una maniobra para ser cazado por haber recurrido al plagio, hay alumnos que tienen la opción de recurrir a empresas, auténticas especialistas en realizar por ellos trabajos tan importantes como un TFG (Trabajo de Fin de Grado) pero garantizando la inocencia.

​En una investigación de El Debate, este tipo de ofertas utilizan a ‘colaboradores’ que se dedicarán a hacer el trabajo del alumno. Es decir, que la asignación a una persona especializada para un TFG excluiría la sospecha de que dicha tarea sea realizada por la IA. «Ofrecemos por contrato confidencialidad, originalidad y la transmisión de los derechos de autor», dijo a este medio un asesor, «y garantía de satisfacción. Si no apruebas, rehacemos tu trabajo».

«Superarás con éxito el trámite de entregar el TFG con un respaldo de una empresa seria y con años de experiencia. Si aceptas nuestra oferta, evitarás que te engañen. Fuera es una lotería y el azar difícilmente te va a garantizar calidad, seriedad y éxito».
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