
Gonzalo Caballero y Valentín Formoso
PSOE Galicia
Agitadas primarias en el PSOE de Galicia bajo el signo de la división interna
Los militantes gallegos votarán este sábado para elegir a su próximo candidato a las elecciones a la Xunta de Galicia
Las primarias del PSOE en Galicia se han convertido en toda una contienda interna. Los candidatos son Gonzalo Caballero, actual secretario general del PSGA y Valentín Formoso, alcalde de As Pontes. Muchos son los que dicen que se trata de unas elecciones con una historia oculta y en las que Ferraz tiene unas intenciones muy concretas.
Gonzalo Caballero es la persona que ostenta en estos momentos el liderazgo de la formación en Galicia. El candidato es, además, sobrino del popular alcalde Vigo, Abel Caballero, con el que ahora mantiene una relación estrecha. Esta unión no siempre fue así. El motivo de su distanciamiento fue, precisamente, los periodos de primarias. Un joven Gonzalo decidió en 1998 posicionarse a favor de Josep Borrell en un proceso de elecciones internas en las que ganó a Joaquín Almunia, candidato al que apoyaba su tío. Lo mismo ocurrió con las encarnizadas primarias del 2017 cuando el alcalde se posicionó a favor de Susana Díaz, mientras su sobrino se definió como partidario de Pedro Sánchez. Pero ahora el hacha de guerra parece enterrada y Abel Caballero ha respaldado tímidamente a su sobrino al que asegura que votará pero al que no ha apoyado, sin embargo, de manera pública.
Formoso es el actual alcalde de As Pontes (La Coruña) desde el año 2007 y presidente de la diputación de La Coruña desde 2015. «Es un hombre de su ayuntamiento», comentan fuentes cercanas del partido a El Debate. «Nunca le ha interesado la política más allá de eso y mucho menos los líos internos», añaden.
Sobre su candidatura hay muchas teorías. Una de ellas apunta a un liderazgo transitorio para ser sustituido como secretario general –o como candidato a la Xunta– por José Ramón Gómez Besteiro, que quedó libre de imputaciones a comienzos de este mismo año.
Besteiro renunció a ser candidato en las elecciones autonómicas de 2016 después de ser imputado como presunto autor de seis delitos: soborno, prevaricación, tráfico de influencias, fraude a las administraciones públicas, fraude de subvenciones y delito continuado de malversación de caudales públicos.
El archivo de la causa en la que se vio implicado, conocida como Garañón, removió al PSOE gallego que había imaginado su futuro liderado por Besteiro. Fue por aquel entonces cuando su nombre empezó a sonar de nuevo para liderar la formación en la región.
Amistad de años
Finalmente fue Formoso el que presentó su candidatura. «Conoce el partido y tiene experiencia de gestión», le defienden los suyos. Besteiro y Formoso acudieron de manera conjunta a Ferraz a presentar la candidatura a nivel interno, una reunión que fuentes cercanas al alcalde no han querido ni confirmar ni desmentir. «Besteiro y Formoso están unidos por una amistad de años», relatan desde el entorno de Formoso, desde donde descartan que exista una intención oculta del partido.
Las mismas fuentes aseguran que se tienen un «moderado optimismo» respecto a los resultados y que ellos abogan, en todo caso, por evitar los conflictos entre miembros de la misma formación. «Hemos llenado todas las casas del pueblo y eso es buena señal», recalcan.
Preocupación en Ferraz
Ferraz se ha mantenido distanciado de estas primarias, pero únicamente de cara a la galería. El PSOE está preocupado por Galicia y por el avance del BNG, que es la segunda fuerza en el parlamento gallego.
Es precisamente este uno de los argumentos usados por el equipo de Formoso, que ha recordado en los debates del proceso de primarias que Caballero no cuenta con la simpatía de los socialistas gallegos.
Para ello se han basado en los datos del CIS, donde se relacionaba el voto con el candidato. Mientras el 47 % de los votantes del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, eligieron su papeleta basados en el líder popular, únicamente el 5 % votaron al PSGA por Caballero.
Su aparente baja popularidad decanta a Ferraz por el alcalde de As Pontes y le hace apoyarle desde la sombra que le proporciona su sede en la calle madrileña.