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26 de abril de 2024

El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional será quien decida sobre el recurso

El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional será quien decida sobre el recursoPablo Ojer

La Audiencia Nacional pone cerco a la ETA de la Titadine

Admite a trámite la querella de Dignidad y Justicia contra la cúpula terrorista que en 2003 ordenó atentar con este material explosivo

El Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional ha admitido a trámite la querella presentada por la Asociación Dignidad y Justicia contra la cúpula que dirigía ETA durante el segundo semestre de 2003, momento en que se cometieron 18 atentados con el empleo de Titadine y que se inició con la bomba-lapa que acabó con la vida de los agentes de la Policía Nacional, Julián Embid y Bonifacio Martín en la localidad navarra de Sangüesa.
La querella fue presentada contra los dirigentes de la organización terrorista ETA: Juan Fernández Iradi, alias «Susper» como jefe del «aparato militar», Gorka Palacios, alias «Andoni» y «Jesús» , integrante del aparato militar, Garikoitz Aspiazu, alias «Txeroki», integrante del aparato militar, Aitzol Iriondo, alias «Gurbitz» y «Barbas» , integrante del aparato militar, Félix Ignacio Esparza, alias «Navarro» y «Gaba», jefe del aparato logístico, Mikel Albisu, alias «Antza», jefe del aparato político, Ramón Sagarzazu, alias «Ramontxo», alias «Txango» y «Lohitzun», jefe aparato Internacional, y María Soledad Iparraguirre, alias «Marisol» hasta 1994, alias «Anboto», como jefa del aparato de tesorería. Además, la querella admitida a trámite también acusa a los terroristas Garikoitz Arruarte y Gorka Loran como autores materiales del atentado de Sangüesa.

«Meses del Titadine»

Según explica el auto judicial, en la querella se explica que «entre los años 2003 y 2004 la organización terrorista ETA se encontraba cada vez más acorralada y debilitada por la labor de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, en modo que a lo largo de esos dos años su ZUBA (órgano de dirección de la banda terrorista ETA) conformada por los aquí querellados lo intentó de manera idónea una y otra vez distribuyendo una gran cantidad de explosivo Titadine entre sus distintos comandos, como el empleado en el atentado Sangüesa, a lo largo de la geografía española». Incluso, el juez llega a afirmar que «si a otro periodo de la banda se le dio en llamar los «años de plomo», aquel segundo semestre de 2003 fueron los «meses del Titadine»».
El auto judicial explica que «buscaba crear un estado de terror total, de no saber por dónde iba a venir el siguiente ataque. Y era algo totalmente premeditado, totalmente querido y calculado dentro de las posibilidades operativas que aún les quedaban en las manos, y ese es el contexto en el que se produce el atentado de Sangüesa. La secuencia de atentados que comenzó el 30 de mayo de 2003 con los hechos de Sangüesa, pero que no fue sino el inicio de una 'ofensiva' terrorista, de un giro estratégico, netamente diferenciado de los meses o el año precedente y que plagó la geografía española de artefactos repletos de tal explosivo, con un total de 18 atentados bomba contando sólo hasta el 26 de diciembre de aquel año. Este es el primer hecho que debe quedar asentado y correctamente ubicado en su contexto en relación al atentado de Sangüesa». Precisamente, esta acción terrorista es una de las que todavía quedan por resolver.
Respecto a los autores materiales del atentado, la querella explica que tras la detención de los dos terroristas en las navidades de 2003 y tras colocar un artefacto explosivo en el Intercity Irún-Madrid, la campaña de bombas con explosivo Titadine se cortó.

Todas las cúpulas

De esta forma y gracias a las querellas presentadas por Dignidad y Justicia, la Audiencia Nacional continúa la persecución judicial contra las diferentes cúpulas de la organización terrorista ETA como ya ha hecho contra los dirigentes que presuntamente ordenaron los asesinatos de Gregorio Ordóñez, Miguel Ángel Blanco, el magistrado Querol o la niña que murió tras la explosión de un coche bomba en Santa Pola en 2002.
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