Alberto Luceño, socio de Rafael Medina en los contratos de material sanitario suscritos con el Ayuntamiento de Madrid
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El socio de Luis Medina: «He hecho una operación limpia. Nadie va diciendo lo que cobra»
El empresario está siendo investigado por, presuntamente, estafar al Ayuntamiento de Madrid en la compra de material sanitario durante los meses más duros de la pandemia del coronavirus
«anadie le digo la retribución que gano y que obtengo del suministrador», se ha excusado Alberto Luceño ante el juez. El socio de Luis Medina en la operación de venta de material sanitario al Ayuntamiento de Madrid que está siendo investigada por el juez Adolfo Carretero comparecía, este lunes, en Plaza Castilla para explicar, por primera vez, y de viva voz, las condiciones en las que se firmaron los tres contratos bajo sospecha. «He hecho una operación limpia con el Ayuntamiento de Madrid» en la que «en cinco días se hizo un contrato» cuyo precio lo marcó, según la versión del empresario, el proveedor malayo. Sobre su retribución en la operación: «Nadie va diciendo lo que cobra», ha asegurado ante un juez escéptico.
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Luceño ha comenzado su delcaración reconociendo ser «agente exclusivo de Leno» –la empresa asiática que suministró parte de las mascarillas y guantes 'colocados' por ambos amigos en el Consistorio de la capital– con la que «tengo un documento firmado en que se dice que es así». Sin embargo ha negado que las cifras de beneficio que se le imputan sean reales. «Luis era un facilitador y yo soy un agente que no sabíamos qué íbamos a ganar hasta que se cierra la operación. Sólo después de cerrada vemos el margen de retribución», ha sostenido el empresario madrileño que cobró hasya cinco veces más que el propio Medina.
Además, ha asegurado que su «intención era parte ayudar» y «por supuesto cobrar mi trabajo». Unas gestiones por las que ha defendido no cobró los importes que se están manejando. «Los porcentajes de las ganancias no son correctos. Me llevé el cuarenta y siete por ciento» del total «que en nuestro trabajo es un porcentaje normal» en el sector, indicaba al magistrado instructor que le interpelaba: «Todavía no sé cuál es ese sector».
Al principio, «Luis es mandatario y yo agente y a los mandatarios se les reconoce un dólar, dólar y medio» por su labor, ha indicado Luceño para volver a insistir en que «nadie sabía lo que iba a cobrar al principio». Fue en 2018 cuando ambos firmaron los documentos de colaboración. Hasta entonces, con Leno «no había hecho ninguna operación» y fruto de las suscritas con el Ayuntamiento de la capital Luceño es tajante: «Yo no engañé a Medina».
En esta última cuestión -así como en el hecho de que ninguno de los dos amigos se hayan prestado a declarar a las preguntas de las acusaciones populares ni de los abogados contrarios- han coincidido las versiones de Medina y Luceño.
Guantes defectuosos
«Cuando enviamos los guantes, me dicen que lo percibido no es lo esperado», recuerda Luceño a quien fue la propia Elena Collado, responsable de Compras del Consistorio y citada como testigo el próximo día 9 de mayo, quien se lo transmite. Entonces, el empresario habló con su proveedor en Malasia –Saan Chin Chong– para decirle «que la percepción del guante no era la que se esperaba».
«Cuando Elena me dijo que nos estaban estafando, me enfadé con ella», afirma Luceño. Ella «me dijo que había visto los guantes más baratos y yo le dije que eso era imposible, que comprase esa cantidad en el supermercado».
No hubo quejas, en cambio en el caso de los test rápidos. «Elena me dijo que funcionaban bien, pero al mes y pico me dijo que había bajado la sensibilidad de uno de los lotes. Los test eran correctos, aún así devolvimos sesenta mil reactivos, para que la sensibilidad del test fuera la correcta que era lo único que les pasaba», ha sostenido Luceño durante su comparecencia en sede judicial. La misma en la que ha mantenido que su proveedor malayo va a declarar a lo que el instructor Carretero ha respondido: «Pues, la primera noticia que tengo».
Vehículos de lujo como negocio
Luceño ha narrado ante el juez Carretero cómo el dinero que recibió de la operación de venta al Ayuntamiento de Madrid lo metió «en una cuenta personal» de su banco habitual, presentando «la documentación oportuna». «Ningún documento presentado en Caixabank es falso», ha apostillado.
Una vez recibida la transferencia, el empresario madrileño reconoce que «compré vehículos, en principio, para alquilarlos. Lo hice para hacer negocio. Queríamos cubrir todo el segmento, entre 18 y 21 años, para el Jarama y como en el mercado no había estabilidad y no se alquilaba, incurría en muchos gastos, por eso vendía y compraba, perdí dinero porque algunos coches se devaluaron».
Hemos pagado seiscientos y pico mil euros sólo de Impuesto de Sociedades
Tal es así que Luceño ha sostenido que «vendí dos coches después de declarar ante el Sr. fiscal» pero no incurriendo en alzamiento de bienes –un delito por el que ya ha sido formalmente señalado Luis Medina pero no su socio– «hay operaciones en Takamaka que van a tener ingresos», por lo que garantiza que se irán consignando las cantidades reclamadas para cubrir la fianza solicitada.
«Me compré tres relojes que entre todos valían cuarenta y dos mil euros», asiente. Pero «antes de esto mi nivel de vida era medio alto. Antes de este negocio con el Ayuntamiento de Madrid ya obtenía ingresos de entre tres mil y siete mil euros al mes».
«El dinero que falta lo he empleado en viajes de carácter internacional, en la flota de los coches, se ha pagado a Hacienda, se han pagado nóminas, alquileres, ... que hemos pagado seiscientos y pico mil euros de impuesto de sociedades, se ha invertido en la flota de coches, ... », ha narrado Luceño. El socio de Medina ha asegurado «que ese dinero es para que la empresa viva y lo que falta está invertido para futuros negocios porque tengo de gastos al año 330.000 euros».
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