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05 de mayo de 2024

Montaje de Juan Espadas y José Félix Tezanos

Montaje de Juan Espadas y José Félix TezanosEFE / El Debate

Tezanos esconde los detalles de un encuentro con el líder del PSOE andaluz a diez días del 28-M

El presidente del CIS recibió en su despacho al líder del PSOE andaluz en puertas de las elecciones autonómicas y municipales

José Félix Tezanos es uno de los pilares de Pedro Sánchez y, desde su puesto en el CIS, ha intentado sistemáticamente orientar a la opinión pública e inducir el voto a favor del líder socialista, que le ha mantenido contra viento y marea a pesar de las sistemáticas respuestas del sector, de la oposición e incluso de los tribunales.
Y de su alineamiento con el partido de cuya Ejecutiva Federal salió para liderar el todopoderoso Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) da cuenta un dato insólito: apenas diez días antes de las Elecciones Autonómicas y Municipales del 28M, se reunió en sede oficial con el responsable del PSOE de Andalucía, Juan Espadas, uno de los pocos dirigentes regionales que le guardan aún lealtad absoluta al presidente del Gobierno.
Entre sombras sobre el papel de Indra, que no recuenta votos pero sí participa en el proceso y tiene al frente a otro dirigente socialista, Marc Murtra; y dudas sobre Correos, presidida por el exjefe de Gabinete de Sánchez en el PSOE, Juan Manuel Correos; los movimientos de Tezanos no parecen precisamente consolidar la credibilidad de las instituciones copadas por afines al líder socialista.
Solo dos días después de que el CIS publica uno de sus polémicos «sondeo flash» el 16 de mayo, en el que daba una increíble victoria al PSOE de más de dos puntos sobre el PP en «estimación de voto» y un empate técnico en «voto directo»; se reunió con el barón andaluz en una reunión secreta a efectos de contenidos, según documenta hoy El Debate.
Apenas 24 horas después de la publicación de esa encuesta, observada como un intento de movilizar a los votantes socialistas con una expectativa de victoria que nunca llegó, Tezanos mantuvo una reunión con Espadas que, para esquivar toda explicación, tilda de «informal» y «protocolaria» a la vez en un documento oficial en propiedad de este periódico.
Así figura en la insólita respuesta dada por José Félix Tezanos, presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas, a El Debate para intentar salir del paso de explicar los detalles del polémico encuentro que mantuvo con el secretario general del PSOE de Andalucía, Juan Espadas, en los días previos a las elecciones municipales del 28M.
El escándalo salió a la luz el pasado 18 de mayo, cuando se supo que, un día antes, Espadas visitó a Tezanos, reconocido militante socialista y miembro de la dirección del partido hasta que llegó a su cargo institucional, en el despacho de este último en la sede del CIS en Madrid.
«No tengo nada que ocultar». «Si voy a un despacho es porque se me invita y teniendo claro cuál es el marco legal», dijo Espadas en un intento de defenderse de la polémica generada por su encuentro a preguntas del presidente de la Junta, Juanma Moreno, en el Parlamento andaluz.
Así, quedó claro que fue Tezanos el que invitó a su compañero de militancia a visitarle, aprovechando que el líder de los socialistas andaluces estaba en la capital para acudir al pleno del Senado, por lo que sobre el encuentro planeaba la sombra de la posible información electoral que Tezanos habría podido filtrarle de cara a los comicios.
Por ello, en aras a la transparencia que debe presidir las actuaciones de los altos cargos y «ante el hecho indubitado de falta de objetividad (y oportunidad) en la realización de dicha reunión con un compañero y directivo de su partido y la necesidad objetiva de esclarecer los motivos de tan sospechosa reunión», El Debate se dirigió a Tezanos para que aclarase los detalles de tal encuentro.
Y ha resultado ser, paradójicamente, «informal» y «protocolario» al mismo tiempo, dado que él mismo reconoce que todo ello forma parte de las relaciones protocolarias que como presidente del CIS mantiene en su despacho oficial . En otro caso, habría podido quedar a charlar en una cafetería, por poner un ejemplo.
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En concreto, el presidente del CIS ha explicado en un documento oficial rubricado por él mismo que «no hubo una reunión formal ni, por lo tanto, tampoco un orden del día, ya que fue una visita en un contexto de cordialidad y dentro de las relaciones protocolarias habituales del presidente del Centro», por lo que se ha negado a detallar las cuestiones tratadas en el encuentro, más allá de asegurar que «no se ha entregado, informado, ni analizado ningún documento, encuesta, informe, investigación ni estudio realizado por el Organismo».
Así, Tezanos se embarra en un juego de calificaciones para definir la reunión entre dos conocidos miembros socialistas, de forma que reviste de 'visita protocolaria' el encuentro y así justificar la presencia de Espadas en su despacho en la sede oficial del CIS, como alto cargo de la Administración.
Sin embargo, pese a tales afirmaciones, el propio Tezanos es víctima de sus propias contradicciones pues dicha visita protocolaria, se transforma rápidamente en informal cuando se le cuestiona por las fechas en las que fue solicitada, por quién y los motivos de la misma.

Según Tezanos «las visitas informales que puedan recibirse no están sujetas a una solicitud formal de reunión, justificación de necesidad ni expresión de motivos de las mismas»

De hecho, señala que «las visitas informales que puedan recibirse no están sujetas a una solicitud formal de reunión, justificación de necesidad ni expresión de motivos de las mismas. Se producen en un contexto habitual de cordialidad propio de las reuniones protocolarias informales».
Además, se niega a explicar qué otras reuniones de carácter protocolario en su condición de presidente del CIS, catalogadas por él mismo de informales, pero motivadas por su condición de Alto Cargo de un polémico CIS marcado por su nada oculta condición de militante activo del PSOE.
El Debate le ha preguntado igualmente de forma expresa por los demás encuentros informales y protocolarios mantenidos por él a lo largo del mes de mayo con otras personas o miembros de otros partidos, lo que permitiría alejar el foco de unos intereses personales o partidistas que siempre han planeado sobre la actuación de Tezanos al frente del CIS, con una conducta muy alejada de la necesaria imparcialidad y objetividad que la normativa reguladora de los Altos Cargos, la Ley 3/2015 de 30 de marzo impone para cargos como el suyo, que en ningún caso pueden valerse de su condición y de los recursos puestos a su disposición para el ejercicio de tal cargo, sino que deben servir al interés general. El CIS se halla en el ojo de la polémica por la militancia activa de su presidente al servicio del Gobierno de Sánchez.
Es más, para evitar facilitar cualquier dato acerca de su agenda, se escuda en la Recomendación 1/2017 del Consejo de Transparencia y Buen Transparencia, organismo independiente encargado de velar por la transparencia de las administraciones públicas. Según Tezanos, las agendas oficiales “son recomendables únicamente para ministros y secretarios de Estado, no para el resto de cargos.
Por lo tanto, el presidente del CIS, con rango de director general, no tiene agenda oficial formalizada, como la mayoría de sus homólogos, al no estar incluido en el ámbito de aplicación de la recomendación –que no obligación- establecida por el Consejo”.
Sin embargo, lo que no dice el presidente del CIS es que la misma recomendación que cita, deja claro que el carácter de información pública de las agendas de los altos cargos, «es indudable y de ahí su inclusión en algunas de las leyes autonómicas como publicidad activa, del mismo modo que, indefectiblemente y al ser información pública, pueden ser solicitadas por los ciudadanos».
Además, pese a que la recomendación inicial de publicar agendas se circunscribía a ministros y secretarios de Estado, el CTBG propone extenderla posteriormente «a todos los responsables públicos de la AGE y del sector público institucional estatal, esto es, a los altos cargos, así como los máximos responsables de las autoridades y entidades de ámbito estatal incluidas en el artículo 2 de la LTAIBG», entre los que se encuentran los organismos autónomos como el CIS.

La falta de imparcialidad

De esta forma, pese a que no existe una obligación expresa de publicar una agenda como tal, sino que es una recomendación, no es menos cierto que en aras de la transparencia, y tal y como aconseja el CTBG debería haber explicado si tuvo alguna reunión con otro partido político, tal y como se le solicitó de forma expresa.
Sin embargo, a Tezanos le importa poco mantener la apariencia de imparcialidad que se le exige como alto cargo de la administración, pues en diversas ocasiones ha aireado su militancia socialista y ha socavado la credibilidad de una institución como el CIS, con sus fallidas predicciones electorales, siempre a favor de Pedro Sánchez.
La última, el pasado viernes, daba al PSOE la victoria con medio punto por encima del PP y situaba a Sumar por encima de VOX, justo el resultado que necesita Sánchez para conservar la Presidencia. No es de extrañar que una de las primeras decisiones que adoptará Feijóo, si consigue llegar a La Moncloa, será destituir al «mago» de las encuestas precocinadas.

Feijóo y Ayuso: objetivos de Tezanos

De hecho, basta con leer sus declaraciones y escritos, en los que ha atacado sin pudor a la derecha, para comprender que le ha importado poco su papel institucional. De hecho, aseguró que Feijóo «no tenía los conocimientos necesarios para conformar determinados liderazgos» y presentó a Isabel Díaz Ayuso como «un globo de aire que no tiene prácticamente nada dentro» y una dirigente con «escasa entidad intelectual y política».
Además, tal y como recogió El Debate, el propio sociólogo se presentaba como una víctima de la «radicalización de las derechas», al considerar que «pertenecer a un partido político puede ser una especie de hándicap o incluso un motivo de repudio, estigma o rechazo apriorístico hacia determinados españoles, a los que incluso se pretende impedir 'por ley' que puedan ocupar determinadas responsabilidades. Al frente del CIS, por ejemplo. ¿Por qué? ¿Por pertenecer a un partido político o a una etnia o religión concreta, como decían las derechas extremas sobre los judíos bajo el 'síndrome de 1933'?», se preguntaba Tezanos.
Tampoco hay olvidar aquella filtración que Pablo Iglesias desveló por error en su canal de Telegram, que aseguraba que Podemos obtendría «entre 3 y 5 escaños. Un 11% en Valladolid» en las elecciones de Castilla y León, cinco horas antes de presentarse la encuesta.
Lo hizo después de una comida con el sociólogo que el presidente del CIS reconoció haber pagado de su bolsillo, pero ambos negaron la filtración, que incluso el tema se trató en la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados, sin que se llegase al fondo del asunto aunque eso sí, Pablo Iglesias y Podemos rompieron su 'idilio' con el sociólogo cuando las encuestas del CIS dejaron de serles favorables. Quizá porque a Sánchez le interesaba más promocionar ya a Yolanda Díaz y a Sumar como socio de futuro.
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